Pobreza y gasto público

Crisis 2009, y algo más
Realidad vs. discurso

Carlos Fernández-Vega / México SA


En su faraónico show con motivo de lo que él llama informe de gobierno, el inquilino de Los Pinos se ufanó por el creciente gasto público canalizado al combate de la pobreza, el cual, según dijo, permite reducir significativamente el número de mexicanos en tal condición. Ello se logra con políticas públicas que superen un enfoque asistencialista, de modo que las personas puedan adquirir capacidades y generar oportunidades de trabajo. Bonitas palabras que, como siempre, no corresponden a la realidad. Y 12.2 millones adicionales de pobres en sólo cuatro años lo certifican.

De acuerdo con su percepción, el incremento en el número de pobres no es atribuible a una política social fallida, sino a la crisis de 2009. Sin embargo, como documenta el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados, la evidencia da sustento a la hipótesis de que otros factores también contribuyeron al empobrecimiento de los mexicanos, entre ellos, una deficiente aplicación del gasto social, toda vez que desde 2006 –cuando oficialmente no había crisis– el número de pobres en el país registró aumento sostenido. La información del Coneval muestra que el deterioro en las condiciones de vida de la mayoría de las familias mexicanas avanzó significativamente durante los últimos dos años, pero también documenta que esta lamentable situación se registra desde el comienzo de la presente administración.

Los informes de la medición de la pobreza de la citada institución reportan un aumento de la pobreza desde 2006, precisa el CEFP. Entre ese año y 2008 el número de personas pobres pasó de 45.5 a 52.3 millones, un aumento de 6.8 millones de mexicanos en tiempos en los que el gobierno federal presumía no sólo fortaleza económica, sino ausencia absoluta de crisis. Para el periodo 2008-2010 el número de mexicanos en condición de pobreza se incrementó 5.4 millones, de tal suerte que el saldo entre 2006 y 2010 fue de 12.2 millones adicionales de pobres.

Ese es el resultado real de lo que Calderón define como una política que permite reducir significativamente la pobreza en México. Sobre el particular, el CEFP anota que llama la atención que la pobreza en el país se haya incrementado desde 2006, ya que se han destinado crecientes recursos para su combate, e incluso, desde 2008 se aprobó una política contracíclica que evitara impactos negativos derivados de la crisis de 2009. En esta lógica, la Cámara de Diputados aprobó que el gobierno federal incurriera en un déficit fiscal a partir de 2009 y hasta 2011; se admitió un déficit de 1.8 por ciento del PIB, y su ampliación en 2010, a 2.8 por ciento. Así, con estas medidas y durante ese periodo, fue posible mantener el crecimiento del gasto social en términos reales, en particular el gasto destinado a la superación de la pobreza.

Así, el gasto social creció, en términos reales, 5.3 por ciento anual en el periodo 2006-2010, lo que representa el mayor flujo de recursos que se haya ejercido en la historia en materia de gasto social, incluso durante la crisis de 2009. El gasto específico para la superación de la pobreza se duplicó entre 2007 y 2010, y el presupuesto aprobado para la superación de la pobreza en 2011 resultó 14 mil millones de pesos superior al de 2010. Dinero, pues, sí hubo, pero la pobreza aumentó en grupos prioritarios, a pesar de recursos etiquetados crecientes.

El CEFP señala que la pobreza, tanto en la población indígena como en aquella que habita en las zonas de atención prioritaria (ZAP), se incrementó a pesar de que el gasto social etiquetado para esos grupos vulnerables creció sustancialmente entre 2006 y 2010. De acuerdo con el Coneval, la pobreza entre la población que habita en las ZAP se incrementó de 75.3 a 77.8 por ciento entre 2008 y 2010. Mientras, la proporción de indígenas en situación de pobreza pasó de 75.9 a 79.3 por ciento en el mismo periodo. En el caso de los grupos indígenas, los recursos etiquetados crecieron a una tasa real de 37 por ciento, al pasar de 3 mil 900 millones de pesos en 2006 a 6 mil 500 millones en 2010; mientras en las ZAP, los recursos crecieron en términos reales 837.3 por ciento, al pasar de 638 millones a 6 mil 194 millones en igual lapso.

No obstante que el gobierno federal tiene 127 programas para la superación de la pobreza, seis de ellos concentran 57 por ciento de los recursos (Oportunidades, Seguro Popular, 70 y más, Construcción y Mantenimiento de Caminos Rurales, Desarrollo de Zonas Prioritarias e IMSS-Oportunidades). En este sentido, el Coneval ha señalado desde 2009 que los programas sociales se caracterizan por su gran dispersión y por la deficiente calidad en los servicios que a través de ellos se prestan, por lo que se requiere articular los diferentes programas sociales. Contrario a lo que se había fijado el Ejecutivo en el PND 2007-2012 como Objetivo 1 para la superación de la pobreza, los programas del gobierno federal muestran una orientación asistencialista que no ha logrado que los beneficiarios desarrollen capacidades productivas para generar un ingreso propio que les permita salir de su condición de pobreza.

En el caso del Programa Oportunidades, el más emblemático de combate a la pobreza del gobierno federal, la Auditoría Superior de la Federación (dictamen de la Cuenta Pública 2009) observó que a 11 años de ser beneficiarias del programa, del millón 313 mil familias que se volvieron a certificar en 2009, 88.8 por ciento continuaba en situación de pobreza extrema; 6.5 por ciento había transitado hacia el esquema diferenciado de apoyos (EDA), y sólo 4.7 por ciento había superado la situación de pobreza extrema.

Una vez más la realidad contradice al inquilino de Los Pinos, quien asegura que la crisis de 2009 fue la causante del aumento de la pobreza en México. Es evidente que dicho incremento se registró no obstante los sustanciales y crecientes recursos públicos que se han destinado al combate de la pobreza, en un periodo de baja inflación y a pesar de haber contado con una política contracíclica destinada a frenar los efectos adversos de la crisis de 2009. La situación del país dista mucho de los objetivos establecidos por el Ejecutivo federal en el PND 2007-2012 de reducir significativamente el número de mexicanos en situación de pobreza, lo cual, como ha quedado evidenciado, no ha sido propiciado por la falta de recursos presupuestales.

Las rebanadas del pastel

Un enorme y sentido abrazo de despedida para mi hermano Antonio Castellanos Martínez, gran periodista, compañero en las buenas y en las malas, entrañable amigo. Todo mi cariño para Verónica, Wendy, Areli y Toñito.

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