Gregorio Ortega Molina / La Costumbre Del Poder
Las buenas consciencias, comenzando por la presidencial, no se han cansado de tapar sus propios errores con los cometidos por el priismo. En cuanto pueden enaltecen la democracia “lograda” por el PAN, pues -siempre según ellas- vivía México en el autoritarismo impuesto por un partido único o casi único, cuyos gravísimos pecados fueron el 68, el 71 y recurrentes crisis económicas. Entre 1929 y el año 2000 hubo, sí, el maximato y delitos políticos diversos, como los cometen todos los gobiernos de todas las ideologías y cualquier afinidad religiosa.
No existe la democracia perfecta. Los gobiernos son más o menos autoritarios, más o menos hipócritas, capaces de promover el engaño, la mentira con tal de permanecer en el poder sólo para medrar, de ninguna manera para servir.
Si los priistas hicieron de México una nación sometida, los panistas convirtieron al país en un casino en el que se apuesta por todo y puede perderse la vida como daño colateral, sin que ninguna autoridad piense siquiera en que los asesinatos se cometen por su irresponsabilidad, pues las políticas públicas de contención a la delincuencia organizada no se hacen a sangre y fuego, sino con inteligencia e imaginación.
Si el presidente Felipe Calderón se muestra tan indignado con el gobierno de Estados Unidos porque incumple con lo que le corresponde en materia de combate al narcotráfico, por qué no flexibiliza la relación bilateral y determina, como presidente de una nación soberana, que para combatir la delincuencia organizada en territorio mexicano, igualará exactamente los parámetros y programas a como lo hacen los estadounidenses, porque allá, entre su frontera con México y Canadá, no permiten lo que hoy sucede acá, no, ¡ni pensarlo!
En 70 años de priismo no hubieron 50 mil o más muertes violentas causadas por políticas públicas gubernamentales, no sumaron los desaparecidos que suman los dos gobiernos panistas, y en materia económica no pueden darse golpes de pecho, pues la deuda externa creció 52.8 por ciento. Todos tienen sus propios pecados, pero el PAN insiste -como sectario y excluyente que es- en no buscar un camino común que lleve a la transición, se conduce con esa hipocresía que únicamente permea en las consciencias determinadas por la religión y el temor de Dios.
La cloaca panista quedó destapada con el incendio del Casino Royale, de Monterrey; ahora no tienen idea de cómo contener el alud de mierda causado por esa corrupción que, para llegar al poder, prometieron erradicar. Dice la información que prolijamente circula, que es a través de los permisos y extorsión a los casinos o casas de apuesta como se financian las campañas políticas de Acción Nacional; El octavo mandamiento, la teleserie de Cadena 3, hace correr la versión que es a través de la extorsión a los gasolineros para no sancionarlos por vender litros de 900 mililitros o menores.
Anduvieron urgidos de que el presidente municipal de Monterrey, Fernando Larrazabal, renunciara, no como castigo a la muy difícil comprobable extorsión de su hermano Jonás a dueños de casinos, sino como preámbulo a la necesidad de enlodar al PRI y pode exigir, por ello, la cabeza del gobernador Rodrigo Medina.
Para buena suerte de Humberto Moreira -es indeterminado el tiempo que pueda durarle-, circulan cifras y nombres de los panistas que si no concibieron esa fuente de financiamiento a todas luces ilegal -tanto o más reprobable que las achacadas al priismo, porque el juego no es únicamente lo que ocurre en las casas de apuestas o en los casinos, sino toda la infraestructura delictiva que la acompaña-, no necesariamente con conocimiento o complicidad de los propietarios, que de cualquier manera están conscientes de su proceder al pagar extorsión o al haber obtenido los permisos para operar con un costo altísimo.
De entre los pulcros operadores panistas, cuya ideología seguramente fue sembrada por El Yunque, destacan Roberto Correa Méndez y Juan Iván Peña Nader, ambos ex funcionarios en la secretaría de Gobernación, uno de ellos muy ligado a la Dirección General de Juegos y Sorteos. Se comprende, entonces, la verdadera, auténtica razón por la cual los panistas buscaron afanosamente el poder: quítate tú, para que me ponga yo.
Ahora resulta que la empresa Comercial de Juegos Vallarta Galet, de la cual es director general Juan Iván Peña Nader, acondicionó un antiguo salón de fiestas, ubicado en el bulevar Faja de Oro, en Salamanca, para operar un casino. La casa de juegos y sorteos abrirá una vez que el gobierno municipal concrete las verificaciones para la autorización de la licencia de uso de suelo, informó el director de Fiscalización y Control municipal, César del Ángel Acosta, quien explicó que personal de Protección Civil y de Fiscalización ha verificado las instalaciones del futuro casino y encontró que están en orden.
No le den vueltas ni se hagan bolas. Fue una falsa promesa el gobierno del cambio. Qué hicieron para que esta aterida nación fuese mejor, un poco, poquito mejor. Hay alternancia, sí, pero han sido incapaces de imaginar, proponer e instrumentar la transición.
Mi Demonio de Sócrates, también cansado como el presidente Felipe Calderón, dice que con la corrupción destapada por el incendio al casino, se ve claramente que con el paso del tiempo, lo que ha sido debe seguir siendo o debe seguir habiendo sido, como sucede siempre o casi siempre, así está concebida la vida, de manera que lo hecho nunca puede deshacerse ni desacontecer lo acontecido; los muertos (más de 50 mil, al menos) han de permanecer en su sitio y nada debe rectificarse.
Lo único cierto es que Naomi Klein tiene razón.
De ticketmaster no se puede confiar. El 30 de agosto un cliente envió el siguiente texto a Atención al Cliente: El 14 de agosto último, con la orden (38-34898/MXC) adquirí dos boletos para OVO del Cirque du Soleiel, para el 09 de noviembre, sec. 103, fila D, asientos 1 y 2. No me han llegado. Mucho agradeceré den por cancelada mi adquisición, pues la seguridad, después de lo de Monterrey, nada garantiza. Espero su respuesta o mis boletos.
El primer de septiembre Blanca Yuridia Valentino Manríquez respondió: Le informo que sus boletos ya fueron enviados al domicilio y le estarán llegando en el transcurso de esta semana; en este caso tendremos que pedir la devolución a la mensajería siempre y cuando no los haya recibido y una vez que hayan regresado los boletos se podría realizar la cancelación y seria sin cargos por servicio.
El dos de septiembre también escribió: Le informo que los boletos llegaron como devolución y la cancelación se aplicara en este momento por la cantidad de $2380 ya que solo se reembolsa el costo del boleto. Los cargos por servicio no son reembolsables, seguimos a sus órdenes.
¿En qué quedamos? Lo que el primero de septiembre era sin cargos por servicio, al día siguiente deja de serlo.
Las buenas consciencias, comenzando por la presidencial, no se han cansado de tapar sus propios errores con los cometidos por el priismo. En cuanto pueden enaltecen la democracia “lograda” por el PAN, pues -siempre según ellas- vivía México en el autoritarismo impuesto por un partido único o casi único, cuyos gravísimos pecados fueron el 68, el 71 y recurrentes crisis económicas. Entre 1929 y el año 2000 hubo, sí, el maximato y delitos políticos diversos, como los cometen todos los gobiernos de todas las ideologías y cualquier afinidad religiosa.
No existe la democracia perfecta. Los gobiernos son más o menos autoritarios, más o menos hipócritas, capaces de promover el engaño, la mentira con tal de permanecer en el poder sólo para medrar, de ninguna manera para servir.
Si los priistas hicieron de México una nación sometida, los panistas convirtieron al país en un casino en el que se apuesta por todo y puede perderse la vida como daño colateral, sin que ninguna autoridad piense siquiera en que los asesinatos se cometen por su irresponsabilidad, pues las políticas públicas de contención a la delincuencia organizada no se hacen a sangre y fuego, sino con inteligencia e imaginación.
Si el presidente Felipe Calderón se muestra tan indignado con el gobierno de Estados Unidos porque incumple con lo que le corresponde en materia de combate al narcotráfico, por qué no flexibiliza la relación bilateral y determina, como presidente de una nación soberana, que para combatir la delincuencia organizada en territorio mexicano, igualará exactamente los parámetros y programas a como lo hacen los estadounidenses, porque allá, entre su frontera con México y Canadá, no permiten lo que hoy sucede acá, no, ¡ni pensarlo!
En 70 años de priismo no hubieron 50 mil o más muertes violentas causadas por políticas públicas gubernamentales, no sumaron los desaparecidos que suman los dos gobiernos panistas, y en materia económica no pueden darse golpes de pecho, pues la deuda externa creció 52.8 por ciento. Todos tienen sus propios pecados, pero el PAN insiste -como sectario y excluyente que es- en no buscar un camino común que lleve a la transición, se conduce con esa hipocresía que únicamente permea en las consciencias determinadas por la religión y el temor de Dios.
La cloaca panista quedó destapada con el incendio del Casino Royale, de Monterrey; ahora no tienen idea de cómo contener el alud de mierda causado por esa corrupción que, para llegar al poder, prometieron erradicar. Dice la información que prolijamente circula, que es a través de los permisos y extorsión a los casinos o casas de apuesta como se financian las campañas políticas de Acción Nacional; El octavo mandamiento, la teleserie de Cadena 3, hace correr la versión que es a través de la extorsión a los gasolineros para no sancionarlos por vender litros de 900 mililitros o menores.
Anduvieron urgidos de que el presidente municipal de Monterrey, Fernando Larrazabal, renunciara, no como castigo a la muy difícil comprobable extorsión de su hermano Jonás a dueños de casinos, sino como preámbulo a la necesidad de enlodar al PRI y pode exigir, por ello, la cabeza del gobernador Rodrigo Medina.
Para buena suerte de Humberto Moreira -es indeterminado el tiempo que pueda durarle-, circulan cifras y nombres de los panistas que si no concibieron esa fuente de financiamiento a todas luces ilegal -tanto o más reprobable que las achacadas al priismo, porque el juego no es únicamente lo que ocurre en las casas de apuestas o en los casinos, sino toda la infraestructura delictiva que la acompaña-, no necesariamente con conocimiento o complicidad de los propietarios, que de cualquier manera están conscientes de su proceder al pagar extorsión o al haber obtenido los permisos para operar con un costo altísimo.
De entre los pulcros operadores panistas, cuya ideología seguramente fue sembrada por El Yunque, destacan Roberto Correa Méndez y Juan Iván Peña Nader, ambos ex funcionarios en la secretaría de Gobernación, uno de ellos muy ligado a la Dirección General de Juegos y Sorteos. Se comprende, entonces, la verdadera, auténtica razón por la cual los panistas buscaron afanosamente el poder: quítate tú, para que me ponga yo.
Ahora resulta que la empresa Comercial de Juegos Vallarta Galet, de la cual es director general Juan Iván Peña Nader, acondicionó un antiguo salón de fiestas, ubicado en el bulevar Faja de Oro, en Salamanca, para operar un casino. La casa de juegos y sorteos abrirá una vez que el gobierno municipal concrete las verificaciones para la autorización de la licencia de uso de suelo, informó el director de Fiscalización y Control municipal, César del Ángel Acosta, quien explicó que personal de Protección Civil y de Fiscalización ha verificado las instalaciones del futuro casino y encontró que están en orden.
No le den vueltas ni se hagan bolas. Fue una falsa promesa el gobierno del cambio. Qué hicieron para que esta aterida nación fuese mejor, un poco, poquito mejor. Hay alternancia, sí, pero han sido incapaces de imaginar, proponer e instrumentar la transición.
Mi Demonio de Sócrates, también cansado como el presidente Felipe Calderón, dice que con la corrupción destapada por el incendio al casino, se ve claramente que con el paso del tiempo, lo que ha sido debe seguir siendo o debe seguir habiendo sido, como sucede siempre o casi siempre, así está concebida la vida, de manera que lo hecho nunca puede deshacerse ni desacontecer lo acontecido; los muertos (más de 50 mil, al menos) han de permanecer en su sitio y nada debe rectificarse.
Lo único cierto es que Naomi Klein tiene razón.
De ticketmaster no se puede confiar. El 30 de agosto un cliente envió el siguiente texto a Atención al Cliente: El 14 de agosto último, con la orden (38-34898/MXC) adquirí dos boletos para OVO del Cirque du Soleiel, para el 09 de noviembre, sec. 103, fila D, asientos 1 y 2. No me han llegado. Mucho agradeceré den por cancelada mi adquisición, pues la seguridad, después de lo de Monterrey, nada garantiza. Espero su respuesta o mis boletos.
El primer de septiembre Blanca Yuridia Valentino Manríquez respondió: Le informo que sus boletos ya fueron enviados al domicilio y le estarán llegando en el transcurso de esta semana; en este caso tendremos que pedir la devolución a la mensajería siempre y cuando no los haya recibido y una vez que hayan regresado los boletos se podría realizar la cancelación y seria sin cargos por servicio.
El dos de septiembre también escribió: Le informo que los boletos llegaron como devolución y la cancelación se aplicara en este momento por la cantidad de $2380 ya que solo se reembolsa el costo del boleto. Los cargos por servicio no son reembolsables, seguimos a sus órdenes.
¿En qué quedamos? Lo que el primero de septiembre era sin cargos por servicio, al día siguiente deja de serlo.
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