Los nuevos enemigos de Zapatero

Fausto Pretelín

Una vez que el barco no logra revertir su hundimiento sólo una tribu de músicos nostálgicos continúa disfrutando su agonía (sinfonía) temporal. Zapatero lo sabe. El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) se hundirá en las elecciones generales del 20 de noviembre. Lo tiene claro. España también. Sobre todo la derecha convergente en el Partido Popular (PP); desde los centristas hasta los neo franquistas, ya compran cajas de champaña para la celebración histórica.

Hasta aquí no hay sorpresa.

Sí la provoca la reacción del cerebro político del grupo mediático PRISA, Juan Luís Cebrián, otrora socio ideológico de facto de los gobiernos socialistas, particularmente los felipistas. En semanas previas a la decisión que tomó Zapatero en relación al adelanto de elecciones, una editorial del periódico El País mostraba el enfado del grupo mediático sobre el presidente español. Claro, el tema lo ameritaba: la economía. ¿Quién podía poner las manos al fuego por Zapatero cuando éste negó la caída súbita de la economía española? El “váyase” dirigido hacia González en voz de Aznar revivió, ni más ni menos, que en el tanque ideológico de PRISA, El País.

Por si hubiese alguna duda, el pasado miércoles, Juan Luís Cebrián le dedicó unas palabras a Zapatero durante un foro de comunicación: “No hemos contado con el líder político adecuado” y por eso España se encuentra “en un periodo de desprestigio”. Y, sin pelos en la lengua, Cebrián remató: “estamos sin Gobierno” (El País, 22 de septiembre).

En efecto, Zapatero no mostró liderazgo en el momento en que su ministro de economía, Pedro Solbes se despidió al finalizar su primer gobierno. ¿Por qué se fue Solbes? Muy simple. Sabía lo venía y, lo peor, conocía la ruta crítica de Zapatero. La ruta en que Solbes no confiaba.

Pero hay algo que Cebrián ocultó. Zapatero rompió el matrimonio con PRISA. Lo hizo en dos frentes: prensa y televisión. En todo momento apoyó al empresario catalán Jaume Roures (ex comunista) para empujar su empresa mediática Mediapro a través del periódico Público y el canal de televisión, La Sexta. Imposible olvidar la reedición de La Guerra del Futbol en la que Mediapro irrumpió en la transmisión de Liga española comiendo importantes pedazos de mercado al brazo televisivo de PRISA, Sogecable. La competencia y la crisis económica obligaron a PRISA a vender su canal de televisión, Cuatro, a Berlusconi, ni más ni menos, mientras que en su plataforma de televisión digital (Canal Satélite Digital), tuvo que desaparecer el canal CNN+ para convertirlo en un canal basura (pero seguramente rentable) de reality shows.

Por si fuera poco, Zapatero reformó el mapa audiovisual a través de la Televisión Digital Terrestre (TDT). Otorgó decenas de concesiones a tal grado que al día de hoy, un televidente español puede observar de manera gratuita decenas de canales. Otra vez, PRISA fue impactada por el mercado. Y a Cebrián (PRISA), curiosamente (con un timing maquiavélico) le parece que España no tiene Gobierno.

PRISA toleró la peor época de Felipe González. Desde los GAL (Grupo Antiterrorista de Liberación) financiados por el Gobierno cuyo objetivo era matar a etarras, hasta el caso FILESA, la creación de empresas fantasma para financiar campañas socialistas. Lo hizo por haber recibido “favores” presidenciales. Desde la concesión de Canal+ y Antena 3 radio (para nutrir a la Cadena Ser) hasta la disminución de impuestos en el sector de canales de televisión restringidos.

Así es la vida. Los músicos continúan el concierto a pesar de la tempestad mostrando su lealtad a quien los contrató. Pero cuando no hay contrato de por medio. Lo mejor es salir corriendo antes de atrapar una fuerte gripa. Cebrián huye hacia atrás. Recordándonos su etapa en la televisión española en tiempos de don Francisquito Franco. Ni más ni menos.

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