Fuerzas Armadas, más cerca

Jorge Alejandro Medellín

1.- Después de éxito que le representó a la Sedena la realización de su Primer Espectáculo Aéreo el pasado 27 de agosto en la Base Aérea Numero en Tecámac, los militares se disponen a buscar más espacios para acercarse a la ciudadanía, en una decidida estrategia para reconciliarse con sectores más amplios de la ciudadanía.

2.- Más de cien mil personas acudieron a ver el espectáculo. Los boletos eran repartidos a carretadas en el Módulo Cuatro de atención al público, en una de las puertas de la Defensa Nacional, un día antes de que este se celebrara.

3.- Por ello, varios Jefes de la Sedena están teniendo encuentros con editores, directores y mandos medios de diversos periódicos de la capital del país, para crear puentes y plantear agendas a construir y difundir en el Distrito federal, sobre todo en la recta final del sexenio militar.

4.- Algo similar ha venido sucediendo con las principales revistas que se editan en el Distrito Federal, aunque no todas, especialmente las que son críticas hacia las fuerzas armadas y que han llevado un seguimiento puntual en torno al delicado tema de las violaciones a los derechos humanos (y contra el personal militar) cometidas presuntamente por elementos castrenses.

5.- A esta campaña se suma una activa dinámica de producción y difusión de las actividades militares que aparecen diariamente o al menos dos veces por semana en redes sociales y en Youtube.

Los tiempos se acortan. El final del sexenio del desgaste y la falta de planeación para atacar al narco, está cerca.

6.- Si bien la estrategia original calderonista para hacerle la guerra al narco no fue responsabilidad de Sedena y Marina, sí lo ha sido desde las primeras escaramuzas el intentar rehacer y replantear aquellas zonas oscuras en las que marinos y soldados se han visto envueltos, especialmente en el respeto a los derechos humanos.

7.- El diputado federal priista Alfonso Navarrete Prida me ha comentado con pleno conocimiento de causa que desde varios años la labor de las fuerzas armadas contra el narcotráfico “se sostiene con alfileres”.

8.- Navarrete fue subprocurador en la PGR de Jorge Madrazo y en un tramo de la gestión del general Rafael Macedo de la Concha. Sabe muy bien de lo que habla. Desde hace tiempo las seis tesis de Jurisprudencia emitidas por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) son insuficientes para darle base y apoyar jurídicamente a los militares, me ha comentado el diputado.

9.- El marco en el que trabajan Marina y Sedena es endeble y debe no solo ser apoyado por una Ley de Seguridad Nacional (LSN) congruente y firme, sino por un conjunto de cambios y reformas al interior de la propias Sedena. Reformar el conjunto de leyes y reglamentos del Ejército, Fuerza Aérea y Armada de México resulta imperativo.

10.- Uno de esos eje a revisar con urgencia es el de la Justicia Militar, cuyo atraso en muchas áreas es grave y va a contracorriente de las reformas que en materia judicial (Reforma Penal) lleva adelante el sistema en casi todo el país.

11.- Los cambios que deben darse van mucho más allá de afectar o modificar el llamado Fuero Militar o Fuero de Guerra. El General JM Juan José Castilla es un personaje clave en este terreno.

Es, de hecho, uno de los militares de alto grado que ha planteado a sus pares y a civiles estudiosos del tema la pertinencia de cambiarle el nombre el Fuero Militar o de Guerra. ¿Para qué seguir llamándolo así si el nuestro es un Ejército que actúa en la paz?, ha dicho desde hace tiempo Castilla.

12.- Es la punta de in iceberg que en poco tiempo deberá mostrar un universo de cambios más amplios en una institución como la Sedena, que históricamente ha sido incapaz, por ejemplo, de producir y darle espacio a su propio cuerpo legal.

El Ejército no tiene escuelas de Derecho Militar y sus jefes y oficiales ejercen la jurisprudencia sin conocimiento real y detallado de ésta, ha señalado recientemente el Maestro Alejandro Carlos Espinosa, toda una autoridad civil en la materia, especializado en la justicia castrense.

13.- Los cambios son urgentes y necesarios. El desgaste alcanzó una parte de la estructura militar. No debe acabar por carcomer lo que de suyo vive en el retraso. Cinco años, quizá otros seis y los cambios deberán efectuarse para reconstituir a la institución armada.

El tiempo se acorta. Los escenarios se reducen y el país y sus gobernantes ofrecen cada vez menos alternativas.

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