FC: que siga la estrategia

A la guerra, 670 mil millones de pesos
Seguridad: resultados vs. gasto

Carlos Fernández-Vega / México SA


Con dedo flamígero alzado, el inquilino de Los Pinos ordena a quien lo releve en la residencia oficial (y él, iluso, cree que será Cordero) a que mantenga su estrategia de combate al crimen organizado, porque –según dice– no sólo ha sido exitosísima, sino también barata y resultona. Todos los días lo repite, y cotidianamente dedica amplios espacios mediáticos para presentar en sociedad más delincuentes capturados, todos ellos (versión oficial) importantes mandos de la delincuencia. El México idílico, pues.

Lamentablemente, la realidad no se construye a golpe de discursos, por repetitivos que sean. De acuerdo con datos de la Procuraduría General de la República, citados por el diario Reforma, el 94.79 por ciento de los presuntos narcos detenidos durante la actual administración, que encabeza Felipe Calderón, son colaboradores menores. Sólo 0.01 por ciento formaba parte de la dirigencia de los cárteles. Según los datos que van del primero de diciembre de 2006 al 31 de marzo de 2011, de los 92 mil 682 detenidos en el actual sexenio, sólo 14 son líderes. El 0.07 por ciento del total, es decir 67 personas, eran operadores financieros; 0.14 por ciento (133) lugartenientes; 4.23 por ciento (3 mil 928) sicarios; 0.73 por ciento (678) funcionarios involucrados y 94.79 por ciento (87 mil 862) distribuidores y colaboradores menores.

Para lograr ese precario inventario de delincuentes detenidos, disfrazados de súper capos (siempre con base en la propaganda oficial), el calderonato ha gastado miles y miles de millones de pesos –en un país en el que, se supone, nunca hay dinero– que no se justifican a la hora de los resultados. Si se atienden las cifras citadas, la captura de cada uno de los 92 mil 682 delincuentes habría costado al erario, en promedio, 7.2 millones de pesos. Ahora que si sólo se considera el número de líderes detenidos, entonces el costo es de novela de terror.

Con Calderón en Los Pinos, oficialmente del erario habrán salido (2012 incluido) 667 mil 670 millones de pesos para aceitar la estrategia de combate al crimen organizado, lo que arroja un promedio diario cercano a 305 millones de pesos (ya en el masoquismo, es igual a 12.7 millones por hora). Ese monto es el que habrá recibido (si los diputados no alteran la respectiva propuesta presupuestal para el próximo año) el conjunto de instituciones dedicado a dichos menesteres: las secretarías de Gobernación, Defensa Nacional, Marina y Seguridad Pública Federal, así como la Procuraduría General de la República. Así, en seis años (2007-2012), el presupuesto conjunto de las cinco dependencias habrá crecido cerca de 120 por ciento, contra 71 por ciento en educación pública (de cualquier suerte, el resultado parece igual: unas no pueden con el crimen organizado, y a la otra de plano no se le da la prueba Enlace).

Tras declarar la guerra (posteriormente calificada de estrategia) contra el crimen organizado (Calderón dixit), el presupuesto 2007 autorizado para las cinco dependencias citadas sumó 71 mil 40 millones de pesos (Gobernación, 5 mil 8 millones; PGR, 9 mil 216; SSPF, 13 mil 664; Sedena, 32 mil 201, y Semar, 10 mil 951). Seis años después la propuesta calderonista (la correspondiente a 2012, que deberán aprobar, modificar o rechazar los diputados) asciende 154 mil 746.7 millones (Gobernación, 23 mil 537.5; PGR, 15 mil 385; SSPF, 40 mil 536.5; Sedena, 55 mil 611; y Semar, 19 mil 676.7). Un barril sin fondo, pues.

Entre otras cosas, esa catarata de dinero público (equivalente a 110 por ciento de los rendimientos que en 2010 obtuvo Pemex antes de impuestos y derechos) ha servido para detener a 92 mil 682 presuntos delincuentes, de los que sólo 0.01 por ciento resultaron capos de verdad. El resto forma parte del enorme ejército del narco y demás actividades criminales, de tal suerte que resulta totalmente desproporcionada la diferencia entre resultados y presupuesto. Muchos años atrás, en plática cerrada, uno de los personajes históricos más cuestionados y, a la vez, renombrados del aparato de seguridad del Estado mexicano, comentó que la seguridad nacional no tiene límites presupuestales, aunque ello implique desatender las urgencias sociales, porque lo primero es lo primero, pero sólo con resultados se puede justificar el uso de los recursos. Pues bien, en el caso del calderonato el resultado obtenido ni de lejos justifica el creciente uso de los dineros de la nación, pero el dinero seguirá corriendo.

El inquilino de Los Pinos y funcionarios relacionados con la multicitada estrategia mucho hablan de invertir en la modernidad del aparato de seguridad del Estado. Sin embargo, a la hora de desmenuzar la propuesta presupuestal para 2012 se concluye que difícilmente se alcanzarán tales objetivos, porque el grueso del dinero que se canalizará el próximo año a las cinco dependencias referidas se destinará a gasto corriente, y dentro de éste, fundamentalmente, al pago de nómina, con lo que el margen de modernización es raquítico.

En ese contexto, la Secretaría de Gobernación canalizará 99.5 por ciento de presupuesto a gasto corriente, con la nómina en primerísimo lugar; Defensa Nacional, 98 por ciento; Marina, 92 por ciento; Seguridad Pública Federal, 72 por ciento (el 28 por ciento restante lo gastaría en bienes muebles, inmuebles y obras públicas, según la versión oficial) y la Procuraduría General de la República, 95.5 por ciento. Lo demás, si es que en realidad no se utiliza para otras cosas, se destinaría a modernizar el aparato de seguridad del Estado. Y esta ha sido la tendencia predominante a lo largo del calderonato. Pero qué más da, si para 2012 el inquilino de Los Pinos propone que el gasto en nómina se incremente 19.4 por ciento en la Secretaría de Seguridad Pública Federal; 15.7 por ciento en la PGR; 12.1 por ciento en Marina; 10.3 por ciento en Defensa Nacional, y 5.8 por ciento en Gobernación.

En fin. En el periodo 2007-2012, el reparto del pastel presupuestario (los 667 mil 670 millones de pesos) para la estrategia calderonista sería el siguiente: Defensa Nacional se quedó con 39 por ciento del total; Seguridad Pública Federal con 26 por ciento, y Secretaría de Marina con 14 por ciento. PGR y Gobernación obtuvieron 10.5 por ciento cada una. Y a pesar de la catarata de dinero público el problema, lejos de resolverse, sigue robusto (Cordero dixit) y al alza.

Las rebanadas del pastel

A todos aquellos que aman las reservas internacionales que dan fortaleza y seguridad al país, nada bien les ha caído que el tipo de cambio peso-dólar de nueva cuenta supere la barrera de las 13 unidades. Ayer se pagaron 13.04 pesos por billete verde en el Distrito Federal, y 13.11 en la franja fronteriza norte. A ver cuánto duran.

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