Agentes de la ATF compraron armas semi-automáticas para después venderlas a integrantes del cártel de Sinaloa, a quienes les perdió la pista
Excélsior
No sólo los funcionarios de EU aprobaron, permitieron y ayudaron en la venta de más de 2 mil armas de fuego para el cártel de Sinaloa, además el gobierno federal utilizó el dinero de los contribuyentes para comprar armas semi-automáticas y venderlas los delincuentes.
Esta declaración, revelada en documentos obtenidos por Fox News, podría socavar al Departamento de Defensa sobre anteriores declaraciones en donde afirmaban que en la Operación Rápido y Furioso, los agentes simplemente le "perdieron la pista" a las armas, ya que fueron transferidos de un comprador ilegal a otro. Por el contrario, aumenta la culpabilidad del gobierno federal de México, según las fuentes, ha abierto dos investigaciones penales sobre la operación que inundó el país con armas ilegales.
De acuerdo con documentos obtenidos por Fox News, un agente de la ATF ordenó la compra de seis pistolas semi-automáticas Draco - dos de ellas fueron compradas en la tienda de armas Lone Wolf en Arizona. Tras la compra, el agente vendió las armas a compradores ilegales, mientras otros agentes lo observaban desde sus autos.
En este caso no se trato de una operación encubierta para detener en ese momento a los compradores, ya que la orden era dejar ir a los delincuentes para que los guiara a su escondite.
La casa permaneció bajo vigilancia, pero tras una serie de problemas entre agentes de la ATF, el sitio que supuestamente servía de escondite se quedó sin vigilancia, por lo que le perdieron el rastro tanto a los delincuentes como a las armas.
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No sólo los funcionarios de EU aprobaron, permitieron y ayudaron en la venta de más de 2 mil armas de fuego para el cártel de Sinaloa, además el gobierno federal utilizó el dinero de los contribuyentes para comprar armas semi-automáticas y venderlas los delincuentes.
Esta declaración, revelada en documentos obtenidos por Fox News, podría socavar al Departamento de Defensa sobre anteriores declaraciones en donde afirmaban que en la Operación Rápido y Furioso, los agentes simplemente le "perdieron la pista" a las armas, ya que fueron transferidos de un comprador ilegal a otro. Por el contrario, aumenta la culpabilidad del gobierno federal de México, según las fuentes, ha abierto dos investigaciones penales sobre la operación que inundó el país con armas ilegales.
De acuerdo con documentos obtenidos por Fox News, un agente de la ATF ordenó la compra de seis pistolas semi-automáticas Draco - dos de ellas fueron compradas en la tienda de armas Lone Wolf en Arizona. Tras la compra, el agente vendió las armas a compradores ilegales, mientras otros agentes lo observaban desde sus autos.
En este caso no se trato de una operación encubierta para detener en ese momento a los compradores, ya que la orden era dejar ir a los delincuentes para que los guiara a su escondite.
La casa permaneció bajo vigilancia, pero tras una serie de problemas entre agentes de la ATF, el sitio que supuestamente servía de escondite se quedó sin vigilancia, por lo que le perdieron el rastro tanto a los delincuentes como a las armas.
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