Francisco Rodríguez / Índice Político
Mucho se ha especulado en días recientes en torno al “destape” que a favor de Beatriz Paredes hiciera el a su vez “auto-destapado” Enrique Peña Nieto. “Si decide participar en la contienda por la jefatura del gobierno del Distrito Federal, la respaldaré”, dijo el ex gobernador mexiquense el fin de la semana anterior.
Vino enseguida el agradecimiento de la tlaxcalteca. Y claro, las especulaciones del porqué Peña la respalda, cuando en su propio equipo hay quienes tienen a la mano otras opciones. El caso de Luis Videgaray, por ejemplo, que gustoso empuja las ambiciones de la panista Gabriela Cuevas.
Acertadas en parte, tales interpretaciones del gesto del mexiquense soslayan la que es real: Que es en manos de Beatriz Paredes que, por el lado de los priístas, está en estos momentos la negociación de los presupuestos de ingresos y de egresos de la fallida Administración federal para el electoral 2012.
Esto es, que a Peña Nieto le ha sido arrebatada esa posición de cabeza informal del PRI que tanto cacaraqueó a finales de 2010 cuando, a través del ya mencionado Videgaray, se adjudicó las negociaciones de estos instrumentos de política pública para el año que corre.
¿Cómo sucedió esto? Pues con la llegada de José Antonio Meade, hace menos de un mes, a la titularidad de la Secretaría de Hacienda.
Y es que no hay político tricolor más cercano a Meade que la señorita Paredes. Y los lazos son afectivos desde que el padre de éste, Dionisio Meade García de Alba, ha sido cercano colaborador de la ex dirigente nacional priísta comandaba la Cámara de Diputados. Meade padre, encabezó como diputado a la Comisión de Hacienda de la Cámara Baja en la 57 Legislatura que en su segundo año de ejercicio (2001-2002) presidió doña Beatriz.
No sólo eso. En actuales posiciones clave de la Cámara Baja están colocados “paredistas” destacados como Oscar Levín Coppel y, entre otros, David Penchyna Grub, que serán los ejecutores de las instrucciones que gire la tripleta Calderón-Paredes-Meade.
Porque, amén de sus ligas afectivas y políticas con José Antonio Meade, Beatriz Paredes cuenta desde hace muchos años con una relación muy próxima al ocupante de Los Pinos, prácticamente desde que ambos (2000-2003) coordinaron a sus respectivas fracciones legislativas en la Cámara Baja, haciendo frente común en innumerables ocasiones contra los perredistas.
Ese buen trato entre el michoacano y la tlaxcalteca –se ha recordado también en estos días– operó para que en prácticamente la mitad de las legislaturas estatales en las que el PRI ejerce el control por su mayoría numérica se aprobaran durante los años recientes leyes retrógradas que penalizan con cárcel a las mujeres que optan por el aborto.
Fue por instrucciones de Paredes, desde el CEN priísta, que los gobernadores dieron a su vez órdenes a sus dóciles diputados locales para dar este salto hacia atrás. ¿Qué obtuvo Beatriz a cambio de ello? No se sabe… todavía. Como tampoco se conoce, aún, que consiguieron de Calderón los mandatarios de las entidades en reciprocidad a esta medida retardataria.
Beatriz Paredes, en fin, al centro de las negociaciones de la mano con Calderón y con Meade.
Beatriz Paredes girando instrucciones a Levín, a Penchyna, a…
Peña Nieto, desplazado. Ya sin Videgaray en San Lázaro para operar a su favor.
¿Qué está negociando Paredes con Calderón? ¿También su apoyo para gobernar al DF? ¿Para, juntos, echar abajo la legislación que aquí mantiene despenalizado al aborto, por ejemplo?
Beatríz. Beatríz. ¡A que doña Beatriz!
Por eso, pues, el “destape” de Peña para que Paredes sea candidata al gobierno de la capital nacional.
Índice Flamígero: A principios de septiembre de 2010, la prestigiada firma Strategos Consultores publicó: “En los círculos panistas de mayor influencia se comenta que la Secretaría de Hacienda que comanda el preferido de Felipe Calderón –Ernesto Cordero, but of course– está controlada por connotados priistas-salinistas. Mencionan el caso del subsecretario José Antonio González, quien es sobrino del ex presidente Carlos Salinas y José Antonio Meade Kuribreña, ex funcionario de la Financiera Rural e identificado nada menos que con Beatriz Paredes Rangel. Ahora que fue relevado Enrique de la Madrid Cordero de la Dirección de la Financiera, se insiste en que José Antonio Meade está por incorporar a Hacienda a los damnificados de lo que antes fue el poderoso Banrural. En otras áreas, se dice, hay cuadros que obedecen a otras facciones de connotados priistas, como Francisco Labastida Ochoa y Emilio Gamboa Patrón”.
Mucho se ha especulado en días recientes en torno al “destape” que a favor de Beatriz Paredes hiciera el a su vez “auto-destapado” Enrique Peña Nieto. “Si decide participar en la contienda por la jefatura del gobierno del Distrito Federal, la respaldaré”, dijo el ex gobernador mexiquense el fin de la semana anterior.
Vino enseguida el agradecimiento de la tlaxcalteca. Y claro, las especulaciones del porqué Peña la respalda, cuando en su propio equipo hay quienes tienen a la mano otras opciones. El caso de Luis Videgaray, por ejemplo, que gustoso empuja las ambiciones de la panista Gabriela Cuevas.
Acertadas en parte, tales interpretaciones del gesto del mexiquense soslayan la que es real: Que es en manos de Beatriz Paredes que, por el lado de los priístas, está en estos momentos la negociación de los presupuestos de ingresos y de egresos de la fallida Administración federal para el electoral 2012.
Esto es, que a Peña Nieto le ha sido arrebatada esa posición de cabeza informal del PRI que tanto cacaraqueó a finales de 2010 cuando, a través del ya mencionado Videgaray, se adjudicó las negociaciones de estos instrumentos de política pública para el año que corre.
¿Cómo sucedió esto? Pues con la llegada de José Antonio Meade, hace menos de un mes, a la titularidad de la Secretaría de Hacienda.
Y es que no hay político tricolor más cercano a Meade que la señorita Paredes. Y los lazos son afectivos desde que el padre de éste, Dionisio Meade García de Alba, ha sido cercano colaborador de la ex dirigente nacional priísta comandaba la Cámara de Diputados. Meade padre, encabezó como diputado a la Comisión de Hacienda de la Cámara Baja en la 57 Legislatura que en su segundo año de ejercicio (2001-2002) presidió doña Beatriz.
No sólo eso. En actuales posiciones clave de la Cámara Baja están colocados “paredistas” destacados como Oscar Levín Coppel y, entre otros, David Penchyna Grub, que serán los ejecutores de las instrucciones que gire la tripleta Calderón-Paredes-Meade.
Porque, amén de sus ligas afectivas y políticas con José Antonio Meade, Beatriz Paredes cuenta desde hace muchos años con una relación muy próxima al ocupante de Los Pinos, prácticamente desde que ambos (2000-2003) coordinaron a sus respectivas fracciones legislativas en la Cámara Baja, haciendo frente común en innumerables ocasiones contra los perredistas.
Ese buen trato entre el michoacano y la tlaxcalteca –se ha recordado también en estos días– operó para que en prácticamente la mitad de las legislaturas estatales en las que el PRI ejerce el control por su mayoría numérica se aprobaran durante los años recientes leyes retrógradas que penalizan con cárcel a las mujeres que optan por el aborto.
Fue por instrucciones de Paredes, desde el CEN priísta, que los gobernadores dieron a su vez órdenes a sus dóciles diputados locales para dar este salto hacia atrás. ¿Qué obtuvo Beatriz a cambio de ello? No se sabe… todavía. Como tampoco se conoce, aún, que consiguieron de Calderón los mandatarios de las entidades en reciprocidad a esta medida retardataria.
Beatriz Paredes, en fin, al centro de las negociaciones de la mano con Calderón y con Meade.
Beatriz Paredes girando instrucciones a Levín, a Penchyna, a…
Peña Nieto, desplazado. Ya sin Videgaray en San Lázaro para operar a su favor.
¿Qué está negociando Paredes con Calderón? ¿También su apoyo para gobernar al DF? ¿Para, juntos, echar abajo la legislación que aquí mantiene despenalizado al aborto, por ejemplo?
Beatríz. Beatríz. ¡A que doña Beatriz!
Por eso, pues, el “destape” de Peña para que Paredes sea candidata al gobierno de la capital nacional.
Índice Flamígero: A principios de septiembre de 2010, la prestigiada firma Strategos Consultores publicó: “En los círculos panistas de mayor influencia se comenta que la Secretaría de Hacienda que comanda el preferido de Felipe Calderón –Ernesto Cordero, but of course– está controlada por connotados priistas-salinistas. Mencionan el caso del subsecretario José Antonio González, quien es sobrino del ex presidente Carlos Salinas y José Antonio Meade Kuribreña, ex funcionario de la Financiera Rural e identificado nada menos que con Beatriz Paredes Rangel. Ahora que fue relevado Enrique de la Madrid Cordero de la Dirección de la Financiera, se insiste en que José Antonio Meade está por incorporar a Hacienda a los damnificados de lo que antes fue el poderoso Banrural. En otras áreas, se dice, hay cuadros que obedecen a otras facciones de connotados priistas, como Francisco Labastida Ochoa y Emilio Gamboa Patrón”.
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