En el “adiós” de Peña Nieto, reaparece Montiel, abraza a Eruviel… y los ovacionan

Apro

La ceremonia de transmisión de poderes en el Estado de México fue el marco ideal para la reaparición pública del exmandatario mexiquense y fallido aspirante a la candidatura presidencial, Arturo Montiel Rojas.

El exfuncionario volvió a la vitrina pública luego de una ausencia de seis años, es decir todo el sexenio de su pariente, Enrique Peña Nieto.

La sola presencia del exgobernador, quien acumuló una fortuna incalculable al amparo del poder, despertó expectación en la clase política priista, reunida ex profeso para despedir a Peña Nieto y darle la bienvenida al nuevo cachorro mexiquense, Eruviel Ávila.

Montiel llegó al Congreso alrededor del mediodía, vestido con un traje color gris oxford y una corbata roja, acompañado de Arturo Osornio, exsecretario de Desarrollo Agropecuario.

Con minutos de diferencia arribó Eruviel Ávila, quien repartió saludos a diestra y siniestra, pero uno en particular fue tan emotivo que hasta le ganó una fuerte ovación: el abrazo a Montiel.

La reaparición de Montiel estuvo precedida por la publicación del libro Arturo Montiel, desde Atlacomulco. Testimonio del exgobernador del Estado de México, escrito por Norma Meraz, experiodista y actual esposa del exmandatario.

En dicho texto, Montiel justifica su abrupto retiro de la vida política. Dice:

“¿Por qué abandoné la contienda? –Soy político, pero sobre todo un ser humano. Lo que rige la vida no sólo es la búsqueda del poder, sino los afectos y los sentimientos. Por supuesto que deseaba ser candidato a la Presidencia, triunfar, ser presidente de la República, había trabajado toda mi vida para ello, era la culminación de mi carrera y el cumplimiento de un sueño que había nacido en Atlacomulco, como lo he relatado ampliamente en las partes anteriores. Había apostado por ser presidente de México, estaba preparado, con proyecto y visión de Estado, me sentía, además, heredero de la tradición política del Estado de México, del legado de Isidro Fabela, de Alfredo del Mazo Vélez, de Gustavo Baz y del maestro Carlos Hank; era mi momento y lo consideraba legítimo.

“En octubre de 2005, regresando del estado de Michoacán y de una exitosa y tumultuosa reunión de apoyo a mi candidatura, mi secretaria, Blanca Ramírez, me informó que de nueva cuenta y durante todo el día había recibido llamadas telefónicas de personas que no se identificaban y que pedían hablar personalmente conmigo.

“Eran las 11:30 de la noche cuando contesté una llamada de esas voces anónimas, una voz malsonante y bravucona que con majaderías me amenazó de muerte.

“–Sí no renuncias, atente a las consecuencias, no estamos jugando –me dijo. Se me exigía renunciar, si no ‘se pondrían los muertos y no sólo de tu familia’. Y comenzó el acoso. Este fue constante, media docena de llamadas diarias, a mis celulares privados, a mi oficina, a mi casa, a mi esposa, a mis hijos Pablo y Arturo, e incluso a amigos cercanos. Amenazaron a Carlos Rello, Carlos Iriarte, Marco Antonio Nava y Navas y al maestro Lauro Rendón, entre otros.

“Cuando tomé una de las llamadas los enfrenté, les pregunté quién los mandaba, les dije que no fueran cobardes y que sí me importaba lo que estaban haciendo. Sólo me contestaron:

–Comenzaremos con tu hijo, el más grande (Arturo)… ¡Tienes que renunciar ya! Solicité protección para mi familia y hubo vigilancia día y noche: en casa de mis padres, de mis hijos y de mi esposa, pero en realidad estaba a merced de esos sicarios. Era imposible defender a todos o defenderme, terminarían por dañar a alguien. Le informé a Roberto Madrazo, pero él sólo se asombró y me dijo que “no lo podía creer”. No hizo ninguna declaración pública ni recibí ningún apoyo”.
Hasta ahí su versión.

Eruviel, en la ruta de Peña Nieto

Al tomar protesta este jueves como nuevo gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila afirmó que será mediante el diálogo y la conciliación como gobernará la entidad más poblada del país.

Ante el pleno del Congreso local y del mandatario saliente, Enrique Peña Nieto, Ávila emitió su primer mensaje y expresó su voluntad de “trabajar en equipo con el presidente de la República y con todos los poderes públicos de la Federación, con las cámaras de Diputados y Senadores y con todas las fuerzas políticas del país y del estado de México”.

El priista –quien durante la jornada electoral del pasado 3 de julio obtuvo 3 millones 18 mil 588 votos, frente al millón 20 mil 857 del abanderado de la coalición Unidos Podemos Más, Alejandro Encinas, y los 603 mil 141 votos que registró el candidato del PAN, Luis Felipe Bravo Mena– aseguró que su gobierno se conducirá bajo cuatro ejes: “humanismo, honradez, transparencia y eficacia”.

Y añadió que su administración, que iniciará mañana y concluirá el 15 de septiembre de 2017, se desarrollará bajo tres premisas: “un gobierno solidario, un estado protegido y una sociedad progresista”.

A la ceremonia de cambio de poderes acudieron exgobernadores mexiquenses y los mandatarios de Chihuahua, César Duarte; San Luis Potosí, Fernando Toranzo; Campeche, Fernando Ortega, y Aguascalientes, Carlos Lozano.

También estuvo presente el titular de la Secretaría de Energía federal, Jordy Herrera Flores, quien asistió al Congreso local en representación del presidente Felipe Calderón.

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