Rodrigo Medina está sometido a nuevas presiones y a versiones de que exilió a su padre para salvar la gubernatura. Dicen los que saben que ni uno ni otro, pero que hay motivos para sospecharlo. En efecto, se le adjudica a Medina que tiene una "papitis" política, y que desde la campaña él tomaba las decisiones estratégicas. Por ejemplo, que fue él quien le puso a Enrique Martínez, ex gobernador de Coahuila, como su gran asesor, y que decidía con manga ancha cambios y posiciones en el gabinete de su hijo. La versión es que para recibir apoyo de connotados priístas, la condición fue que lo exiliara de Nuevo León, y que eso hizo la semana pasada. Sin embargo, las cosas no parecen tan claras. No se sabe si existió ese pedido o no, salvo que es seguro que la semana pasada, no fue. Desde hace más de 15 dias papá Medina se encuentra en San Antonio, donde tiene una casa, y se la vive jugando golf con sus amigos regios y texanos. Así que si lo pidió o no, la realidad es que papá Medina no se encuentra ya en Monterrey.
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