Notimex
El director de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés), Robert Mueller, deslindó hoy a su oficina del fallido operativo “Rápido y Furioso”, al asegurar ante senadores que no tuvo participación alguna en él.
“Me preocupaba hasta que punto habría habido intervención del FBI y he llegado a la conclusión de que no ha habido participación del FBI en esa operación”, declaró Mueller ante el Comité senatorial de Seguridad Interna.
Bajo un intenso interrogatorio del senador republicano John McCain, Mueller dijo que hasta ahora todo apunta a que la principal responsabilidad del operativo fue de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF).
“Si la pregunta es quien además de ATF, los agentes, y supervisores sabían (del operativo), eso está siendo investigado por la oficina del Inspector General (del Departamento de Justicia) y hasta hoy no tengo acceso a sus conclusiones”, indicó el funcionario.
Mueller dijo que su oficina lleva a cabo una investigación relacionada con el operativo, pero está enfocada al ámbito criminal por tratarse del asesinato del agente de la Patrulla Fronteriza Brian Terry.
Terry fue asesinado en Phoenix, Arizona, en 2009 y en el lugar de los hechos fueron recuperadas dos armas ligadas posteriormente a “Rápido y Furioso”, lo cual significó el fin de la operación.
“La investigación sobre la operación, la aprobación de la operación, está siendo conducida por la Oficina del Inspector General”, insistió.
El reporte preliminar estimó que al amparo de “Rápido y Furioso”, la ATF permitió el ingreso ilegal de más de dos mil armas a México, que se sospecha fueron a parar a manos de grupos del crimen organizado.
A la par, la secretaria de Seguridad Interna (DHS), Janet Napolitano, negó en forma categórica haber tenido conocimiento previo del operativo y dijo que solo supo de su existencia tras el asesinato de Terry.
Apuntó que fue durante la muerte del agente en Arizona que se dio cuenta del fallido operativo y que fue también en ese punto que supo sobre el trasiego de armas involucrado.
La revelación sobre la existencia del operativo dio lugar a la investigación por parte de la oficina del Inspector General del Departamento de Justicia (DOJ) y otra por un Comité de la Cámara de Representantes.
La semana pasada el presidente del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes, el republicano Darrel Issa, y el senador republicano Charles Grassley pidieron a tres funcionarios de la Casa Blanca documentos para determinar su grado de conocimiento del operativo.
Los tres funcionarios implicados son el ex director para América del Norte del Consejo Nacional de Seguridad, Kevin O’Reilly, su director para el hemisferio occidental, Dan Restrepo, y el director de terrorismo, Greg Gatjanis.
El presidente Barack Obama dijo el lunes que la Oficina del Consejero Legal de la Casa Blanca está evaluando la petición, y por ello evitó pronunciarse al respecto.
El director de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés), Robert Mueller, deslindó hoy a su oficina del fallido operativo “Rápido y Furioso”, al asegurar ante senadores que no tuvo participación alguna en él.
“Me preocupaba hasta que punto habría habido intervención del FBI y he llegado a la conclusión de que no ha habido participación del FBI en esa operación”, declaró Mueller ante el Comité senatorial de Seguridad Interna.
Bajo un intenso interrogatorio del senador republicano John McCain, Mueller dijo que hasta ahora todo apunta a que la principal responsabilidad del operativo fue de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF).
“Si la pregunta es quien además de ATF, los agentes, y supervisores sabían (del operativo), eso está siendo investigado por la oficina del Inspector General (del Departamento de Justicia) y hasta hoy no tengo acceso a sus conclusiones”, indicó el funcionario.
Mueller dijo que su oficina lleva a cabo una investigación relacionada con el operativo, pero está enfocada al ámbito criminal por tratarse del asesinato del agente de la Patrulla Fronteriza Brian Terry.
Terry fue asesinado en Phoenix, Arizona, en 2009 y en el lugar de los hechos fueron recuperadas dos armas ligadas posteriormente a “Rápido y Furioso”, lo cual significó el fin de la operación.
“La investigación sobre la operación, la aprobación de la operación, está siendo conducida por la Oficina del Inspector General”, insistió.
El reporte preliminar estimó que al amparo de “Rápido y Furioso”, la ATF permitió el ingreso ilegal de más de dos mil armas a México, que se sospecha fueron a parar a manos de grupos del crimen organizado.
A la par, la secretaria de Seguridad Interna (DHS), Janet Napolitano, negó en forma categórica haber tenido conocimiento previo del operativo y dijo que solo supo de su existencia tras el asesinato de Terry.
Apuntó que fue durante la muerte del agente en Arizona que se dio cuenta del fallido operativo y que fue también en ese punto que supo sobre el trasiego de armas involucrado.
La revelación sobre la existencia del operativo dio lugar a la investigación por parte de la oficina del Inspector General del Departamento de Justicia (DOJ) y otra por un Comité de la Cámara de Representantes.
La semana pasada el presidente del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes, el republicano Darrel Issa, y el senador republicano Charles Grassley pidieron a tres funcionarios de la Casa Blanca documentos para determinar su grado de conocimiento del operativo.
Los tres funcionarios implicados son el ex director para América del Norte del Consejo Nacional de Seguridad, Kevin O’Reilly, su director para el hemisferio occidental, Dan Restrepo, y el director de terrorismo, Greg Gatjanis.
El presidente Barack Obama dijo el lunes que la Oficina del Consejero Legal de la Casa Blanca está evaluando la petición, y por ello evitó pronunciarse al respecto.
Comentarios