Débil impulso a la educación

En 2012 crecen recursos 0.3%
Se reducen para nivel superior

Carlos Fernández-Vega / México SA


Como dicen los clásicos, del dicho al hecho hay mucho trecho entre el discurso y la canalización de recursos, sobre todo si se trata de educación pública y del caso mexicano. Para 2012, en los Criterios Generales de Política Económica del gobierno calderonista se subraya que “la educación es un factor indispensable para el bienestar y el progreso; por ello, una educación de calidad en todos los niveles es la mejor herramienta con la que cuentan los niños y jóvenes –y la sociedad en general– para ser más competitivos en el mundo laboral. Por lo anterior, se continuará con el impulso a los programas que inciden directamente en la mejora del capital humano; para tal efecto, se incluye un nuevo programa de becas, con el cual se apoyará a un millón de jóvenes que estudian en los niveles académicos de media superior y superior”.

Eso dice el gobierno calderonista, pero a la hora de desmenuzar el presupuesto que propone para el renglón educativo comienzan a brotar las diferencias entre lo dicho y lo que realmente piensa hacer: en 2012 los principales programas presupuestales de la SEP reportan descensos y hasta desapariciones. Como se anotó en la entrega de ayer, el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados desmenuzó el presupuesto, y en el ramo educativo se encontró con lo siguiente.

El gasto federal en educación –incluido el destinado a recreación, cultura y otras manifestaciones sociales– tiene proyectado un crecimiento real de sólo 0.3 por ciento. Con fundamento en este crecimiento se aprecia un débil impulso a la educación para 2012 y, consecuentemente, a la competitividad de la población en el mercado laboral. En educación básica el calderonato tiene proyectado un crecimiento de apenas 1.5 por ciento, equivalente a 4 mil 657.3 millones de pesos, mismos que deben ser suficientes (versión oficial) para brindar servicios educativos a los 3.9 millones de niños entre tres y 14 años que no asistían a la escuela en 2010, de acuerdo con el 12 Censo de Población y Vivienda. El resultado de dividir el incremento propuesto en el presupuesto de egresos de la Federación para el próximo año entre el número de niños que no asisten a la escuela es de sólo mil 197.7 pesos anuales por niño.

En lo que respecta a la calidad de los servicios educativos, basta con mencionar que los resultados de la Evaluación Nacional del Logro Académico de los Centros Escolares (Enlace) de 2010, advierten que 82.4 por ciento de los estudiantes de secundaria se encontraban por debajo del nivel bueno en español y 87.3 por ciento en matemáticas. Si bien es innegable la alta cobertura que se tiene en educación básica, sigue siendo importante el número de niños a los que no se les está cumpliendo el derecho a recibir educación básica, y aún más importante el volumen de niños que no reciben una educación básica de calidad.

La educación media superior se vislumbra como el nivel privilegiado para 2012, ya que recibe un incremento de 7.7 por ciento en términos reales respecto a 2011. De aceptarse tal cual la propuesta calderonista para el próximo año (lo que difícilmente sucederá), los presupuestos para educación superior y de posgrado mostrarían un decremento real de 1.7 y 6.3 por ciento, en cada caso. A diferencia de años anteriores, para 2012 las subfunciones de cultura, deporte y recreación no forman parte del presupuesto del sector educativo. Aun así, el CEFP los incluyó en el análisis: el gasto proyectado para cultura presenta un aumento de 14.2 por ciento, en tanto que el destinado a deporte y recreación cae 32 por ciento respecto a 2011.

El gasto federal en educación comprende los recursos asignados a la SEP en el ramo 11 (40.3 por ciento), el componente educativo del ramo 33 que corresponde a Aportaciones Federales para Entidades Federativas y Municipios (51.1 por ciento), el ramo 25 de Previsiones y Aportaciones para los Sistemas de Educación Básica, Normal, Tecnológica y de Adultos (7.5 por ciento), entre otros. En particular, en el ramo 11 se encuentran concentrados los principales programas presupuestales del sector educativo (Oportunidades, Escuelas de Calidad, Escuela Segura, etcétera). El componente educativo del ramo 33 corresponde a transferencias a las entidades federativas para el pago de sueldos y salarios de los profesores.

Por lo anterior, de los más de 200 programas que conforman el ramo 11 se seleccionaron los cinco programas principales por destino administrativo del gasto, apreciándose que el presupuesto para educación básica disminuye 4.8 por ciento en términos reales, lo que se explica por una disminución real de 13.5 por ciento de los recursos asignados al programa Oportunidades. Esta disminución contrasta con las fortalezas que ha mostrado el programa para lograr la permanencia en la escuela de niños y jóvenes, en especial de aquellos en situación de pobreza alimentaria y de capacidades.

El presupuesto de educación media superior del ramo 11 crece 7.7 por ciento en términos reales para 2012. Lo anterior se debe a un incremento de más de mil 300 millones de pesos del programa para prestación de servicios de educación media superior. Además, un aumento de mil 800 millones en los subsidios federales para organismos descentralizados estatales. De igual forma, más de mil millones para la prestación de servicios de educación técnica.

El presupuesto de educación superior disminuye 1.9 por ciento, es decir, más de mil 500 millones. Destaca la reducción de más de 9 mil millones al programa Prestación de Servicios de Educación Técnica, aunque se compensa parcialmente por el incremento de 4 mil millones de pesos en el programa prestación de servicios de educación superior y posgrado, así como por el incremento de más de 2 mil millones por subsidios federales para organismos descentralizados estatales. El presupuesto de posgrado muestra una disminución dentro del ramo 11 de 7.5 por ciento (alrededor de 300 millones). Los cuatro principales programas de esta subfunción muestran caídas reales que van de 3.4 a 57.2 por ciento. Entonces, en el discurso los recursos alcanzan para todos; en la realidad, no.

Las rebanadas del pastel

De la realidad educativa en el país cerca de 90 por ciento del gasto público en educación se destina a pago de salarios; el 10 por ciento restante a otros insumos para fortalecer el proceso de enseñanza-aprendizaje, de tal suerte que el esfuerzo presupuestal resulta limitado y se refleja en el equipamiento de las escuelas a las que acuden los niños más pobres, que frecuentemente no cuentan con electricidad, baño, pisos limpios, libros ni computadoras (Informe sobre desarrollo humano en México; PNUD, 2011).

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