Pregunta del millón de pesos: ¿Consultó Marcelo Ebrard a Andrés Manuel López Obrador el despido de Martí Batres? ¿O al revés? En cualquier caso, la caldera está ardiendo dentro del PRD por el cese de Batres como secretario de Desarrollo Social, y la pérdida estratégica de un hombre clave de López Obrador dentro del gobierno del Distrito Federal, que manejaba los programas sociales que tanto rédito electoral le han dado al tabasqueño. No se saben detalles de lo que realmente pasó, pero si se atiene uno a lo que difundió el portal del periódico La Jornada, muy cercano a López Obrador y muy lejano a Ebrard, Batres no sólo quiso medir a Ebrard con el desafío, sino seguramente contó con el respaldo del tabasqueño. La historia del cese comenzó el fin de semana, cuando Batres criticó a su jefe por haber ido al Museo de Antropología el viernes, donde junto con todos los gobernadores fue invitado al mensaje político del presidente Felipe Calderón. Ebrard nunca había ido, pero parecía imposible que se pasara por alto esa invitación, pues es el presidente de la Confederación Nacional de Gobernadores, y el costo político interno entre sus pares, habría sido bastante costoso en términos de legitimidad y capacidad de maniobra. Batres no tomó en consideración ese factor, se olvidó de la institucionalidad y como todo el lópezobradorismo, repudió el contacto con el Presidente, a quien no reconocen. Ebrard fue abordado por periodistas el martes por la mañana y sugirió que, por congruencia, Batres debía renunciar. Sin explicarse los porqués, Ebrard convocó a una reunión a su oficina a Batres, que de acuerdo con La Jornada, duró 30 minutos, al término de la cual, dijo: “No voy a renunciar, no tengo por qué hacerlo”. Según La Jornada, "un par de horas después recibió la petición para que dimitiera de parte del mandatario". El periódico afín a López Obrador no responde las dudas de qué sucedió en esa reunión, pero publicó en su portal que "un par de horas después recibió la petición para que dimitiera de parte del mandatario capitalino". En el cronograma que plantea La Jornada, que no se tomó la molestia de explicar el trasfondo del choque entre los dos, queda claro que si dijo Batres que no renunciaba, y un par de horas después recibió la petición de Ebrard de que lo hiciera, pues el alfil lópezobradorista en el gobierno capitalino se resistió hasta el final, por lo que la única salida fue el cese. ¿Qué sucedió en esas dos horas que establece el diario entre la reunión y la petición de la renuncia? ¿Hubo cruces de llamadas con López Obrador, con quien Ebrard es tan cuidadoso? ¿O fue Batres el que solicitó línea de acción frente a Ebrard? No es un mero culebrón lo que está sucediendo adentro del PRD, pues conocer los detalles de este episodio, el más violento entre Ebrard y López Obrador, permitirá dislucidar si lo que sucedió el martes es el principio del fin de una vieja alianza llena de algodones para que no duelan los golpes internos. El cese de Batres, hay que decirlo, dividió las opiniones en las redes sociales entre López Obrador y Ebrard, lo que fue una señal interesante para el jefe de gobierno, que normalmente era arrasado por las legiones de fans del tabasqueño. Por si fuera poco, cerró el día con una buena noticia de la casa encuestadora GEA-ISSA: por primera vez, salió adelante de su adversario por la candidatura presidencial entre miembros del PRD, lo que hasta antes de esa medición, parecía que nunca sucedería.
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