Alejandra Barrales
Fue el rector de la UNAM, José Narro quien nos sacudió el año pasado al decir que más de 7 millones de jóvenes en el país no tienen opción ni de escuela ni de trabajo, esta semana la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) confirma la cifra y señala que México ocupa el tercer lugar de los países miembros con el mayor número de jóvenes con esta problemática.
La OCDE también nos dice que México es el país que encabeza la lista con el mayor número de mujeres jóvenes que ni estudian ni trabajan; esta radiografía es por demás alarmante, sobre todo si se toma en cuenta que una tercera parte de los hogares en la Ciudad de México los encabezan jefas de familia.
Particularmente he dicho que es necesario cambiar la forma de hacer política, que tenemos que atender los problemas reales, pero también construir las políticas públicas necesarias para el futuro inmediato, así garantizar el crecimiento ordenado de la ciudad y el desarrollo de la población. En este país las autoridades sabían que tendríamos un bono democrático, que la demanda educativa ya no sería por educación básica, sino por educación media y superior, pero no se prepararon para ello y hoy vemos las consecuencias.
Tenemos un problema que es atender la demanda de más de 7 millones de jóvenes en el país y muchos nos negamos a resignarnos. Desde la Asamblea Legislativa del Distrito Federal se firmaron convenios para que la UNAM ofrezca educación a distancia y otras universidades privadas para que bequen a los estudiantes; no es suficiente pero todos debemos aportar y buscar alternativas en la medida de nuestras posibilidades.
No podemos condenar a las nuevas generaciones, gobiernos, legisladores y sociedad tenemos que actuar.
Fue el rector de la UNAM, José Narro quien nos sacudió el año pasado al decir que más de 7 millones de jóvenes en el país no tienen opción ni de escuela ni de trabajo, esta semana la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) confirma la cifra y señala que México ocupa el tercer lugar de los países miembros con el mayor número de jóvenes con esta problemática.
La OCDE también nos dice que México es el país que encabeza la lista con el mayor número de mujeres jóvenes que ni estudian ni trabajan; esta radiografía es por demás alarmante, sobre todo si se toma en cuenta que una tercera parte de los hogares en la Ciudad de México los encabezan jefas de familia.
Particularmente he dicho que es necesario cambiar la forma de hacer política, que tenemos que atender los problemas reales, pero también construir las políticas públicas necesarias para el futuro inmediato, así garantizar el crecimiento ordenado de la ciudad y el desarrollo de la población. En este país las autoridades sabían que tendríamos un bono democrático, que la demanda educativa ya no sería por educación básica, sino por educación media y superior, pero no se prepararon para ello y hoy vemos las consecuencias.
Tenemos un problema que es atender la demanda de más de 7 millones de jóvenes en el país y muchos nos negamos a resignarnos. Desde la Asamblea Legislativa del Distrito Federal se firmaron convenios para que la UNAM ofrezca educación a distancia y otras universidades privadas para que bequen a los estudiantes; no es suficiente pero todos debemos aportar y buscar alternativas en la medida de nuestras posibilidades.
No podemos condenar a las nuevas generaciones, gobiernos, legisladores y sociedad tenemos que actuar.
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