Asesinan a dos reporteras en el Distrito Federal

Alejandro Cruz y Mirna Servín

Las periodistas Ana María Marcela Yarce Viveros y Rocío González Trápaga fueron asesinadas entre la noche del miércoles y la madrugada de ayer; sus cuerpos –con signos de violencia– fueron abandonados en un parque a espaldas del panteón San Nicolás Tolentino, en la colonia El Mirador, delegación Iztapalapa.

Yarce Viveros se desempeñaba como gerente de relaciones públicas de la revista Contralínea, medio del que fue reportera y fundadora; a su vez, González Trápaga también fue reportera de Televisa y en los pasados años trabajaba de manera independiente; asimismo fue directora de Comunicación Social del Fondo Nacional para el Consumo de los Trabajadores (Fonacot) y era propietaria de una casa de cambio ubicada en el Aeropuerto Internacional de la ciudad de México.

La Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) informó que la principal línea de investigación es que se trató de un feminicidio, por la violencia utilizada contra las dos periodistas; sus cuerpos fueron hallados por personas que se ejercitaban en el parque El Mirador, localizado en avenida Morelos, poco antes de las siete de la mañana.

Se informó que las dos mujeres, ambas de 48 años de edad, estaban cubiertas con una lona azul, se encontraban desnudas, atadas de pies y manos, con un cordel alrededor del cuello y presentaban golpes en diversas partes del cuerpo.

Durante al menos siete horas, las víctimas permanecieron en calidad de desconocidas, toda vez que en el lugar no se encontró alguna pertenencia que permitiera identificarlas, hasta que a las 14 horas, familiares de las reporteras –que por la mañana habían denunciado su desaparición al Centro de Apoyo a Personas Extraviadas y Ausentes (Capea) de la PGJDF– las reconocieron en el anfiteatro de la agencia del Ministerio Público de la Coordinación Territorial Iztapalapa 7.

Según las primeras investigaciones, la causa de las muertes de las comunicadores fue por asfixia, aunque se está a la espera de los resultados de la necropsia, así como de los estudios periciales en criminalística y patología.

Asimismo, se informó que la última vez que vieron con vida a las víctimas fue la noche del pasado miércoles, poco antes de las 22 horas, afuera de las instalaciones de la revista Contralínea, ubicadas en el cruce de las avenidas Juárez y Balderas, donde se citaron para aparentemente dirigirse a una reunión.

El caso se turnó a la agencia especializada para la investigación de feminicidios, de la Fiscalía de Homicidios de la PGJDF, que ya inició la averiguación previa correspondiente; además, la Procuraduría General de la República (PGR) abrió también una indagatoria e informó que coadyuvará con las autoridades locales en materia pericial y lo que se le requiera.

El procurador de Justicia capitalino, Miguel Ángel Mancera, se comunicó vía telefónica con los familiares de las dos periodistas, ante quienes se comprometió a investigar estos crímenes hasta sus últimas consecuencias y no dejarlos impunes.

Comentarios