Martha Anaya / Crónica de Política
Les mirábamos por el rabillo del ojo. Aguantábamos la respiración y nos preguntábamos ¿cuándo llegarán?
La ciudad de México parecía el lugar más seguro frente a la cantidad de crímenes producidos por el narcotráfico –asesinatos, secuestros, extorsiones– que azotan al país. Probablemente, por comparación, todavía lo sea. Pero los murmullos han comenzado a levantarse en algunas de las colonias de la capital y la voz se riega entre los vecinos: “ya están aquí”.
En la Condesa, por ejemplo, se refieren a ellos como una sombra oscura y maligna que empieza a posarse sobre nuestras calles, como una entidad informe y sin rostro definido que amenaza negocios y restoranes.
Algunos vecinos mencionaban que se trataba de los Zetas, que los recados –advertencias—que han recibidos traen la “Z” marcada al final.
En un principio pensaron que se trataba de bromas. O de extorsionadores impostores. Pero hoy en día ya no están tan seguros. Han entrado en alerta.
Estas conversaciones cotidianas –de unos meses para acá—toman cuerpo a medida que se conocen otras informaciones.
El ex presidente de la Coparmex y ahora presidente del Consejo Económico y Social de la Ciudad, Juan de Dios Barba, mencionó precisamente algunos casos de extorsiones a restoranes y bares en la Condesa “por parte de narcomenudistas”.
Afirma que no se trata de un fenómeno generalizado en la Ciudad de México, aunque hace unas semanas el propio Juan de Dios Barba dio a conocer públicamente 50 casos de extorsión agravada, además de 10 mil llamadas de intentos de extorsión en locales comerciales.
Según informó entonces, el 99 por ciento de los casos son llamadas telefónicas de intimidación que pretenden sorprender a la gente, haciéndose pasar como integrantes del crimen organizado.
“Se hacen pasar por los grupos que estén de moda o que difundan los medios de comunicación”, dice.
El año pasado se presentaron varias denuncias al respecto. Pocos fueron los casos en que se concretó la extorsión y las autoridades inhibieron y/o detuvieron distintas bandas.
Pero el fenómeno vuelve a aparecer y a tomar fuerza en distintas zonas de la capital.
Hoy, según publica Excélsior, Guillermo Gazal, presidente de los Comerciantes unidos para la Protección del Centro Histórico de la Ciudad de México, afirma que en el Centro Histórico operan 15 organizaciones delictivas entre las que destacan por el grado de intimidación Los Zetas y La Familia Michoacana.
Las autoridades capitalinas niegan que los grandes cárteles estén ya operando en la ciudad de México. Son “narcomenudistas”, indican.
Pero entre quienes aquí habitamos la impresión es otra. Se asegura: Ya están aquí.
Les mirábamos por el rabillo del ojo. Aguantábamos la respiración y nos preguntábamos ¿cuándo llegarán?
La ciudad de México parecía el lugar más seguro frente a la cantidad de crímenes producidos por el narcotráfico –asesinatos, secuestros, extorsiones– que azotan al país. Probablemente, por comparación, todavía lo sea. Pero los murmullos han comenzado a levantarse en algunas de las colonias de la capital y la voz se riega entre los vecinos: “ya están aquí”.
En la Condesa, por ejemplo, se refieren a ellos como una sombra oscura y maligna que empieza a posarse sobre nuestras calles, como una entidad informe y sin rostro definido que amenaza negocios y restoranes.
Algunos vecinos mencionaban que se trataba de los Zetas, que los recados –advertencias—que han recibidos traen la “Z” marcada al final.
En un principio pensaron que se trataba de bromas. O de extorsionadores impostores. Pero hoy en día ya no están tan seguros. Han entrado en alerta.
Estas conversaciones cotidianas –de unos meses para acá—toman cuerpo a medida que se conocen otras informaciones.
El ex presidente de la Coparmex y ahora presidente del Consejo Económico y Social de la Ciudad, Juan de Dios Barba, mencionó precisamente algunos casos de extorsiones a restoranes y bares en la Condesa “por parte de narcomenudistas”.
Afirma que no se trata de un fenómeno generalizado en la Ciudad de México, aunque hace unas semanas el propio Juan de Dios Barba dio a conocer públicamente 50 casos de extorsión agravada, además de 10 mil llamadas de intentos de extorsión en locales comerciales.
Según informó entonces, el 99 por ciento de los casos son llamadas telefónicas de intimidación que pretenden sorprender a la gente, haciéndose pasar como integrantes del crimen organizado.
“Se hacen pasar por los grupos que estén de moda o que difundan los medios de comunicación”, dice.
El año pasado se presentaron varias denuncias al respecto. Pocos fueron los casos en que se concretó la extorsión y las autoridades inhibieron y/o detuvieron distintas bandas.
Pero el fenómeno vuelve a aparecer y a tomar fuerza en distintas zonas de la capital.
Hoy, según publica Excélsior, Guillermo Gazal, presidente de los Comerciantes unidos para la Protección del Centro Histórico de la Ciudad de México, afirma que en el Centro Histórico operan 15 organizaciones delictivas entre las que destacan por el grado de intimidación Los Zetas y La Familia Michoacana.
Las autoridades capitalinas niegan que los grandes cárteles estén ya operando en la ciudad de México. Son “narcomenudistas”, indican.
Pero entre quienes aquí habitamos la impresión es otra. Se asegura: Ya están aquí.
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