Y regresar a Carpizo a la PGR

Carlos Ramírez / Indicador Político

El rector de la UNAM, José Narro, pareció no tener más remedio que abrirle un nuevo espacio al ex rector Jorge Carpizo Mac Gregor para promocionar la propuesta universitaria en materia de seguridad pública. Sólo que la máxima casa de estudios no pudo escoger a un peor vocero.

En Indicador Político se ha publicado repetidamente una parte de la gestión de Carpizo en el área de seguridad pública del país en los tiempos del gobierno de Carlos Salinas de Gortari, que le resta autoridad moral y política para referirse a cuestiones de seguridad, sobre todo a partir del hecho de que para tener calidad moral en las propuestas se necesita de expedientes limpios. De esos datos se desprende el hecho de que la mejor propuesta de Carpizo Mac Gregor hubiera sido recomendar que el gobierno actual no haga lo que él hizo como procurador salinista:

--A finales de 1993, los cabecillas del Cártel de Tijuana, los hermanos Arellano Félix, llegaron hasta la nunciatura del Vaticano a confesarle al nuncio Gerónimo Prigione que ellos no habían matado al cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo como afirmaba el procurador Jorge Carpizo Mac Gregor. En una reunión en Los Pinos, el presidente Salinas preguntó sobre la viabilidad de un operativo para detenerlos y el procurador Carpizo Mac Gregor se opuso con el argumento de que la Policía Judicial estaba penetrada por el narcotráfico y habría un enfrentamiento sangriento.

--Después del asesinato del cardenal Posadas, el procurador Carpizo Mac Gregor impuso a Adrián Carrera como nuevo director de la Policía Judicial federal, a pesar de los datos que hablaban de sus vinculaciones con el narcotráfico. Carrera, por cierto, había sido una recomendación directa del subprocurador general Mario Ruiz Massieu. Hoy Carrera es testigo protegido de la PGR porque cambió su libertad y protección oficial a cambio de confesar cómo había servido al narcotráfico mientras fue jefe de la Policía Judicial en la procuraduría de Carpizo Mac Gregor.

--Mario Ruiz Massieu fue atrapado en 1995 en los Estados Unidos y acusado de riqueza ilícita producto de sus relaciones con el narcotráfico. Oficialmente Ruiz Massieu se suicidó. La carrera de Ruiz Massieu estuvo siempre atada a Carpizo Mac Gregor y comenzó en la UNAM. En la PGR, Carpizo inventó el cargo de “subprocurador general” porque no existía en la jerarquía y pode4r colocar ahí a su protegido Mario Ruiz Massieu, quien había sido su abogado general en la UNAM. Como subprocurador general de Carpizo Mac Gregor, de acuerdo al expediente, Ruiz Massieu protegió a narcos y recibió dinero de ellos. La relación Carpizo-Ruiz Massieu fue confirmada por cartas públicas de Ruiz Massieu.

--El asesinato del Cardenal Posadas reveló la existencia de poderosos cárteles del narcotráfico que sólo pudieron florecer por la incapacidad o complicidad de las autoridades policiacas, de seguridad y judiciales. Con mucha tranquilidad los narcos podían pasearse por la república. En Guadalajara se dieron cita los carteles del Chapo Guzmán y de los Arellano Félix, aunque la tesis más sólida del asesinato del cardenal Posadas no es la del fuego cruzado sino de una trampa por lo que sabía del narcotráfico en las estructuras de poder del gobierno de Salinas.

--Como secretario de Gobernación, Carpizo Mac Gregor se desentendió de sus funciones como encargado de la seguridad interior y se dedicó exclusivamente a la operación electoral. Gobernación falló como Ministerio del Interior.

En este contexto, el procurador salinista Carpizo Mac Gregor fue la persona menos indicada para representar a la UNAM en la difusión de una propuesta contra la inseguridad, aunque su equipo del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la universidad fue el encargado de redactarla. Y en realidad fue la exposición mediática --tan anhelada por Carpizo-- fue más fuerte que el contenido de la propuesta por sus generalizaciones.
Todo se reduce a pactar, evaluar, fortalecer, pero sin ninguna propuesta realmente concreta. De hecho, una revisión a fondo de lo que se conoce de la propuesta lleva a la conclusión de que revive el modelo judicial, penal y policiaco del viejo régimen priísta, en el entendido de que Carpizo operó políticamente para gobiernos priístas y el rector Narro fue un orgulloso militante del PRI. Hoy la UNAM aparece como el think tank --oficina intelectual, conocida como tanque de pensamiento en el lenguaje académico-político de los Estados Unidos-- del PRI del gobernador de Enrique Peña Nieto.

La propuesta de la UNAM redescubrió el hilo negro: nuevo pacto social y político entre los poderes y los movimientos sociales, elaborar un diagnóstico (otro) sobre el problema de seguridad, impulsar la cultura emprendedora entre los jóvenes, hacer un diagnóstico carcelario del país (ya lo hizo José Luis Soberanes en la CNDH), acciones integrales contra todo.

Lo que se ha querido ocultar es que la actual crisis de seguridad estalló con la alternancia partidista en la presidencia de la república porque los cárteles del crimen organizado estaban tolerados por las estructuras de poder priístas. Los casos de Arturo Durazo Moreno --un policía protector de narcos que llegó a ser jefe de la policía del DF-- o Adrián Carrera --jefe de la judicial con Carpizo y desde ahí también protector de narcos-- son apenas unos cuántos que permiten exhibir las raíces del problema: la policía en los tiempos priístas fueron los guardianes pretorianos del régimen priísta y controlaban las estructuras del crimen organizado.

El Carpizo Mac Gregor de hoy opera igual a como lo hizo desde la CNDH: sabotear a la PGR de Ignacio Morales Lechuga para desplazarlo de esa posición y asumir él la titularidad. Por eso a la propuesta interesada de la UNAM le falta el punto concreto: que regrese Carpizo Mac Gregor a la PGR, aunque sin Adrián Carrera ni Mario Ruiz Massieu.

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