Viene la ola (de regreso)

Sólida desaceleración
Calderón: emocionado

Carlos Fernández-Vega / México SA


Zarandeo en puerta, el muy buen equipo económico, tal vez el mejor (Calderón dixit, obviamente) del gobierno federal podrá quejarse de muchas cosas, menos de no estar enterado de la extrema fragilidad de lo que en Los Pinos llaman sólida recuperación, y que en los hechos es sólida desaceleración. La ola de la crisis nunca desapareció del escenario; simplemente retrocedió para agarrar mayor fuerza, mientras el discurso oficial presumía logros virtuales. Primero con Carstens, y ahora con Cordero, el de la residencia oficial resbala con la misma cáscara.

¿Cómo va la robusta economía mexicana? El Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP) de la Cámara de Diputados considera que no muy bien, y sobre el particular advierte que si bien en mayo de 2011 la actividad económica repuntó en términos anuales, su crecimiento fue prácticamente la mitad del reportado en el mismo mes del año pasado. De igual forma, los Indicadores de Opinión del Sector Manufacturero no son sólidos en el corto plazo; aunque en términos generales el Indicador de Pedidos Manufactureros aumentó, la evolución de sus componentes fue desigual; además, el Indicador de Confianza del Productor disminuyó y de sus componentes se infiere que no es el momento adecuado para invertir; también se deterioró la percepción sobre la situación económica tanto de la empresa como del país en torno al futuro; mientras el valor de obra construida y el personal ocupado aumentó en el corto plazo, las remuneraciones medias reales pagadas cayeron; y las exportaciones e importaciones continuaron creciendo, aunque a un ritmo más moderado. Todo lo anterior sin considerar el desplome bursátil, el nerviosismo (léase especulación) cambiaria y la crisis de la deuda.

De acuerdo con el CEFP, en mayo de 2011 el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) tuvo un incremento real anual de 4.55 por ciento en relación con el mismo mes de 2010, con lo cual acumuló 18 meses de variaciones anuales positivas. No obstante, su nivel se encuentra aún por debajo del más alto presentado antes del periodo de crisis (octubre de 2008), respecto del cual observa una caída 0.61 por ciento. En su comparativo anual, el crecimiento del IGAE resultó del comportamiento positivo aunque diferenciado de sus componentes; las actividades primarias aumentaron 0.63 por ciento, en tanto que las secundarias y las terciarias lo hicieron en 4.60 y 4.59 por ciento, respectivamente. Los datos del indicador revelan que durante los primeros cinco meses de 2011 la actividad económica tuvo un aumento de 4.16 por ciento en relación con el mismo periodo de 2010, cifra menor en 1.83 puntos porcentuales a la observada un año atrás.

En junio, la balanza comercial registró un magro saldo superavitario de 107.9 millones de dólares. Por el lado de las exportaciones, las manufactureras contuvieron su dinamismo, con lo que retomaron la tendencia descendente mostrada en los primeros cuatro meses de 2011. Cabe recordar que en mayo tuvieron un repunte halado por el crecimiento imprevisto que experimentó el sector manufacturero de Estados Unidos, no obstante, dado que la economía de ese país no logra consolidar su recuperación y el panorama aún es incierto por los problemas de deuda y déficit público que enfrenta, los datos positivos para mayo no se mantuvieron en el sexto mes del año. Las exportaciones petroleras fueron una excepción en el desempeño de la balanza, pues dinamizaron su crecimiento al pasar de una tasa anual de 32.1 por ciento en mayo a una de 92.2 por ciento en junio. Sus resultados estuvieron impulsados por aumentos en el precio y en la plataforma de exportación de crudo (53.2 y 28.4 por ciento para cada uno).

En cuanto a los indicadores económicos de Estados Unidos, el CEFP destaca que la evolución en el segundo trimestre del año tuvo una menor dinámica a lo esperado, por lo que se profundizaron las dudas sobre el ritmo y solidez de su recuperación dado el elevado desempleo y un mercado de vivienda deprimido; asimismo, persiste la incertidumbre sobre el impacto que tendrán los ajustes fiscales, situación que manifiesta un riesgo sobre la evolución de la economía mexicana dada la estrecha relación comercial entre ambos países.

El avance de la estimación del PIB estadunidense del segundo trimestre de 2011, reportado por el Departamento de Comercio del vecino del norte, reveló un crecimiento de la economía de 1.3 por ciento a tasa trimestral anualizada, el cual estuvo impulsado por un desempeño positivo de las exportaciones, la inversión fija no residencial y el gasto del gobierno federal. El producto fue jalado a la baja por la contribución negativa del gasto del gobierno estatal y local, así como por el incremento de las importaciones.

Si bien el resultado del segundo trimestre fue superior a 0.4 por ciento que se dio a conocer para los primeros tres meses del año, luego de la revisión anual del ingreso nacional y las cuentas de la producción, lo cierto es que quedó por debajo de las expectativas de los especialistas, quienes preveían crecimientos de 1.9 y 1.8 por ciento para el primero y segundo trimestre, respectivamente. La desaceleración del PIB se debió a las siguientes variaciones que sufrieron sus principales componentes a tasa trimestral anualizada respecto del primer trimestre de 2011: alza de 0.1 por ciento en el gasto privado en consumo, lo cual representó una fuerte desaceleración en relación con los resultados de inicio de año, debido a la caída que presentó el consumo de bienes duraderos; avance de 7.1 por ciento en la inversión privada bruta, mientras que en el trimestre anterior se incrementó en 3.8 por ciento; aumento de 6 por ciento en las exportaciones, lo cual implicó una pérdida de dinamismo ya que a inicio de año crecieron en 7.9 por ciento; reducción de 1.1 por ciento en el consumo e inversión bruta del gobierno, que si bien continuó con el freno que registran desde octubre-diciembre de 2010 contuvieron su caída por la expansión de 7.3 por ciento que registró el gasto en defensa nacional.

Las rebanadas del pastel

El inquilino de Los Pinos es un suertudo. La nueva zarandeada económico-financiera es una oportunidad de oro para que repita una de sus frases más sonoras y bonitas de 2008, con el país al borde del precipicio: me emociona un poquito el escenario preocupante de 2008, ante el cual no nos quedaremos de brazos cruzados. Y si no queda satisfecho, pues que remache con otra de inicios de 2010: lo peor de la crisis ya pasó.

Comentarios