Oscar Ramírez Maldonado
El sábado por la tarde sucedió algo inédito durante el partido entre Santos de Torreón y Monarcas Morelia. En los últimos minutos del primer tiempo, se escucharon detonaciones de armas de fuego que al parecer provinieron del exterior del Estadio Corona de Torreón, lo cual provocó pánico en la cancha como en las tribunas y llevó a la suspensión del partido. En este sitio, Jenaro Villamil hizo una puntual crónica de lo que por las pantallas de ESPN y TV Azteca sucedía (o en el caso de Azteca dejaba de suceder, pues esta última cortó la transmisión de los hechos, mientras, ESPN continuó su transmisión tomando a través de sus lentes un documento informativo invaluable). También aquí se abordó la intensa actividad que todo esto sucitó en redes sociales y el impacto mediático a nivel internacional que el incidente tuvo.
Lo sucedido nada tiene que ver con el fútbol o con la violencia en los estadios. Lamentablemente, el fútbol tiene una historia con la violencia y con las tragedias. Sin embargo, y sin afán alguno de justicar esa violencia -que es totalmente reprobable-, la afición en México ha aprendido a convivir con ella y llevar sus efectos a niveles mínimos. En este caso específico, esa misma afición fue la que con su comportamiento intachable logró evitar una tragedia en el inmueble.
El problema de la violencia en los estadios toma matices muy característicos según el lugar en el que suceda; los alcances de una pelea campal a las afueras de un estadio mexicano dista mucho de lo que puede suceder en un país sudamericano. Apenas en junio pasado, cuando el River Plate no logró permanecer en la primera división argentina, una turba de hinchas generó disturbios en un radio de 10 cuadras y causaron destrozos en las instalaciones del club porteño y en el estadio Monumental; los daños alcanzaron 5 millones de dólares. Las tragedias al interior de los estadios también aparecen ocasionalmente para ensombrecer el desarrollo de este deporte y cubrir de luto las tribunas. El Monumental del River Plate vivió en 1968 una, en una puerta cerrada se dio un amontomamiento de personas que provocó la muerte de 71 personas. En México, el Estadio Olímipico Universitario de CU vivió en 1985 una tragedia similar cuando la sobre venta de localidades para la final Pumas-América, provocó que un amontonamiento en el tunel 29 (que era el único que permanecía abierto) causara la muerte a 8 personas y que 70 más resultaran heridas.
Estos son solamente algunos ejemplos de hechos que no han logrado alejar a los aficionados de los estadios. Por el contrario, en muchas ocasiones han llevado a mejorar las condiciones de seguridad y a que se enfrente de manera directa el problema que representan quienes ejercen la violencia desde las tribunas.
Sin embargo, ¿sucesos como los del sábado serán capaces de alejar a la gente de las tribunas deportivas? ¿Qué sucede cuando la violencia que vive un país, como es nuestro caso, llega hasta los eventos masivos como ha venido sucediendo en conciertos, palenques y otras reuniones multitudinarias en nuestro país y ahora en las inmediaciones de un estadio? ¿Cuál es la sensación que dejan en los aficionados hechos como lo sucedido en enero de 2010, cuando durante la Copa Africana de Naciones fue tiroteado en Angola el camión que transportaba a la selección de Togo dejando un muerto y nueve heridos? Agresión realizada por cuestiones absolutamente alejadas al fútbol y que fue atribuida al Frente de Liberación del Enclave de Cabina.
Después del incidente una de las preguntas que surgen es, ¿cómo afecta esto al gran espectáculo y negocio que el fúbol representa?
La liga mexicana es un negocio millonario, tan solo durante el último draft o “mercado de piernas” se negociaron al rededor de 400 millones de pesos. La final del torneo Clausura 2011, en mayo de este año, entre los Pumas de la UNAM y Monarcas Morelia movió a su alrededor aproximadamente 185 millones de pesos por conceptos de transmisión, taquilla y consumo dentro de los estadios. Televisa y Tv Azteca generaron por concepto de publicidad 110 millones de pesos. 75 millones de pesos ingresaron a los clubes vía taquilla y por consumo en los estadios (36 millones para los Pumas y el resto para Monarcas); las ventas de bebidas, alimentos y otros artículos en las tribunas alcanzó un monto entre 4 y 7 millones de pesos. Con esta final, el campeón Pumas alcanzó un valor como marca de 31 millones de dólares y el subcampeón, Morelia, 40 millones de dólares.
Durante la final del torneo Clausura 2009 entre Pachuca y Pumas, se movieron recursos por 214 millones de pesos, 62 millones de ellos por taquilla (43 millones para Pumas y 18 para Pachuca). Como ejemplo de loque significa en publicidad una final del fúbol, si Pumas no hubiese alcanzado la final y en su lugar hubiera llegado el equipo Puebla (cuyos derechos de transmisión pertenecen a Tv Azteca, al igual que los de Pachuca), Televisa hubiese perdido al menos 20 millones por este concepto al no tener los derechos de ningún partido de la final.
Un partido de temporada regular también significa una gran cantidad de dinero. En la temporada actual el partido entre el Toluca y América generó para el equipo mexiquense un total de 25 millones de pesos por concepto de taquilla (12.5), derechos de transmisión, publicidad en el estadio y ventas dentro del inmueble. Otros partidos que generan enormes cantidades de dinero dentro de la liga mexicana son: América vs. Chivas, Tigres vs. Monterrey, América vs. Cruz Ázul, Chivas contra Pumas, América Pumas, Atlas vs. Chivas y Cruz Ázul contra Pachuca.
Los montos de los derechos de transmisión es difícil de conocer debido a las cláusulas de confidencialidad. Sin embargo, en 2008, algunas fuentes filtraron que Televisa pagó a las Chivas de Guadalajara un total de 200 millones de dólares por los derechos por cinco años para televisión abierta, televisión de paga, vía satélite, televisión por cable, distribución inalámbirca y por Internet, además de Pago por Evento.
Sin duda, ante lo sucedido en Torreón tanto los dueños de los equipos como las televisoras intentarán “blindar” este negocio y evitar que los aficionados se alejen de las tribunas. El tema de la protección civil será indispensable para garantizar la seguridad en los estadios, pues cómo lo demuestran las cifras, si bien las ganancias vía derechos de transmisión son muy altas, el dinero que entra en la taquilla no es nada despreciable.Las franquicias resentirán de manera distinta los efectos de esta situación, pues la percepción sobre la violencia no es la misma en Torreón, Ciudad Juárez o el Distrito Federal. Algunos pensarían que mientras los derechos de transmisión estén garantizados, Televisa y Tv Azteca estarán tranquilos. Sin embargo, no hay que olvidar que ambas empresas también participan del tema de la taquilla pues tienen equipos en la Primera División (América y San Luis pertenecen a Televisa; Morelia y Jaguares de Chiapas a Tv Azteca).
El sábado por la tarde sucedió algo inédito durante el partido entre Santos de Torreón y Monarcas Morelia. En los últimos minutos del primer tiempo, se escucharon detonaciones de armas de fuego que al parecer provinieron del exterior del Estadio Corona de Torreón, lo cual provocó pánico en la cancha como en las tribunas y llevó a la suspensión del partido. En este sitio, Jenaro Villamil hizo una puntual crónica de lo que por las pantallas de ESPN y TV Azteca sucedía (o en el caso de Azteca dejaba de suceder, pues esta última cortó la transmisión de los hechos, mientras, ESPN continuó su transmisión tomando a través de sus lentes un documento informativo invaluable). También aquí se abordó la intensa actividad que todo esto sucitó en redes sociales y el impacto mediático a nivel internacional que el incidente tuvo.
Lo sucedido nada tiene que ver con el fútbol o con la violencia en los estadios. Lamentablemente, el fútbol tiene una historia con la violencia y con las tragedias. Sin embargo, y sin afán alguno de justicar esa violencia -que es totalmente reprobable-, la afición en México ha aprendido a convivir con ella y llevar sus efectos a niveles mínimos. En este caso específico, esa misma afición fue la que con su comportamiento intachable logró evitar una tragedia en el inmueble.
El problema de la violencia en los estadios toma matices muy característicos según el lugar en el que suceda; los alcances de una pelea campal a las afueras de un estadio mexicano dista mucho de lo que puede suceder en un país sudamericano. Apenas en junio pasado, cuando el River Plate no logró permanecer en la primera división argentina, una turba de hinchas generó disturbios en un radio de 10 cuadras y causaron destrozos en las instalaciones del club porteño y en el estadio Monumental; los daños alcanzaron 5 millones de dólares. Las tragedias al interior de los estadios también aparecen ocasionalmente para ensombrecer el desarrollo de este deporte y cubrir de luto las tribunas. El Monumental del River Plate vivió en 1968 una, en una puerta cerrada se dio un amontomamiento de personas que provocó la muerte de 71 personas. En México, el Estadio Olímipico Universitario de CU vivió en 1985 una tragedia similar cuando la sobre venta de localidades para la final Pumas-América, provocó que un amontonamiento en el tunel 29 (que era el único que permanecía abierto) causara la muerte a 8 personas y que 70 más resultaran heridas.
Estos son solamente algunos ejemplos de hechos que no han logrado alejar a los aficionados de los estadios. Por el contrario, en muchas ocasiones han llevado a mejorar las condiciones de seguridad y a que se enfrente de manera directa el problema que representan quienes ejercen la violencia desde las tribunas.
Sin embargo, ¿sucesos como los del sábado serán capaces de alejar a la gente de las tribunas deportivas? ¿Qué sucede cuando la violencia que vive un país, como es nuestro caso, llega hasta los eventos masivos como ha venido sucediendo en conciertos, palenques y otras reuniones multitudinarias en nuestro país y ahora en las inmediaciones de un estadio? ¿Cuál es la sensación que dejan en los aficionados hechos como lo sucedido en enero de 2010, cuando durante la Copa Africana de Naciones fue tiroteado en Angola el camión que transportaba a la selección de Togo dejando un muerto y nueve heridos? Agresión realizada por cuestiones absolutamente alejadas al fútbol y que fue atribuida al Frente de Liberación del Enclave de Cabina.
Después del incidente una de las preguntas que surgen es, ¿cómo afecta esto al gran espectáculo y negocio que el fúbol representa?
La liga mexicana es un negocio millonario, tan solo durante el último draft o “mercado de piernas” se negociaron al rededor de 400 millones de pesos. La final del torneo Clausura 2011, en mayo de este año, entre los Pumas de la UNAM y Monarcas Morelia movió a su alrededor aproximadamente 185 millones de pesos por conceptos de transmisión, taquilla y consumo dentro de los estadios. Televisa y Tv Azteca generaron por concepto de publicidad 110 millones de pesos. 75 millones de pesos ingresaron a los clubes vía taquilla y por consumo en los estadios (36 millones para los Pumas y el resto para Monarcas); las ventas de bebidas, alimentos y otros artículos en las tribunas alcanzó un monto entre 4 y 7 millones de pesos. Con esta final, el campeón Pumas alcanzó un valor como marca de 31 millones de dólares y el subcampeón, Morelia, 40 millones de dólares.
Durante la final del torneo Clausura 2009 entre Pachuca y Pumas, se movieron recursos por 214 millones de pesos, 62 millones de ellos por taquilla (43 millones para Pumas y 18 para Pachuca). Como ejemplo de loque significa en publicidad una final del fúbol, si Pumas no hubiese alcanzado la final y en su lugar hubiera llegado el equipo Puebla (cuyos derechos de transmisión pertenecen a Tv Azteca, al igual que los de Pachuca), Televisa hubiese perdido al menos 20 millones por este concepto al no tener los derechos de ningún partido de la final.
Un partido de temporada regular también significa una gran cantidad de dinero. En la temporada actual el partido entre el Toluca y América generó para el equipo mexiquense un total de 25 millones de pesos por concepto de taquilla (12.5), derechos de transmisión, publicidad en el estadio y ventas dentro del inmueble. Otros partidos que generan enormes cantidades de dinero dentro de la liga mexicana son: América vs. Chivas, Tigres vs. Monterrey, América vs. Cruz Ázul, Chivas contra Pumas, América Pumas, Atlas vs. Chivas y Cruz Ázul contra Pachuca.
Los montos de los derechos de transmisión es difícil de conocer debido a las cláusulas de confidencialidad. Sin embargo, en 2008, algunas fuentes filtraron que Televisa pagó a las Chivas de Guadalajara un total de 200 millones de dólares por los derechos por cinco años para televisión abierta, televisión de paga, vía satélite, televisión por cable, distribución inalámbirca y por Internet, además de Pago por Evento.
Sin duda, ante lo sucedido en Torreón tanto los dueños de los equipos como las televisoras intentarán “blindar” este negocio y evitar que los aficionados se alejen de las tribunas. El tema de la protección civil será indispensable para garantizar la seguridad en los estadios, pues cómo lo demuestran las cifras, si bien las ganancias vía derechos de transmisión son muy altas, el dinero que entra en la taquilla no es nada despreciable.Las franquicias resentirán de manera distinta los efectos de esta situación, pues la percepción sobre la violencia no es la misma en Torreón, Ciudad Juárez o el Distrito Federal. Algunos pensarían que mientras los derechos de transmisión estén garantizados, Televisa y Tv Azteca estarán tranquilos. Sin embargo, no hay que olvidar que ambas empresas también participan del tema de la taquilla pues tienen equipos en la Primera División (América y San Luis pertenecen a Televisa; Morelia y Jaguares de Chiapas a Tv Azteca).
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