Sería una lástima

Jorge Diaz

Se han dado a conocer cifras frescas sobre las preferencias de los mexicanos dentro y fuera de los partidos, para saber qué personajes están mejor posicionados y ver si estos números influyen al final para definir al candidato que abanderará los diferentes colores de la paleta política.

En el PRI no hay novedad, Enrique Peña Nieto encabeza las simpatías de los priistas y de los que son considerados electores independientes o sin partido.

En el PAN, están punteando Santiago Creel y Josefina Vázquez Mota. Cordero se sitúa muy distante a los dos anteriores y sin embargo, se le nota muy activo estos últimos días. Inclusive hay quienes ya lo acusan de estar descuidando sus funciones como Secretario de Hacienda en estos momentos tan difíciles por los que atraviesa la economía, sólo para hacer proselitismo entre los panistas.

Señalado como el delfín presidencial, Cordero empezó tarde y parece que sólo está tratando de ver si puede acortar el camino de aquí a que se defina el candidato panista; de no darse un cambio serio en sus posibilidades de competir por la presidencia basado en lo que quieren los electores internos y externos, entonces, quiero suponer, declinaría.

Sería una lástima ver que al final, sólo por el hecho de contar con el apoyo presidencial se imponga a pesar del deseo de los individuos y que los panistas se vean representados por alguien que no tiene posibilidades de mantener la presidencia para ese partido.

El caso del PRD por complicado, es muy sencillo. Las preferencias fuera de las estructuras partidistas, están con Marcelo Ebrard y son precisamente los independientes quienes podrían hacer que el perredista fuera una opción competitiva frente a Peña Nieto. Pero dentro del PRD, las simpatías están con López Obrador, que además cuenta con el primer lugar de negativos entre el electorado en general; es decir, podrá ganar al interior de los partidos que controla (algo prácticamente obvio, por el control), pero afuera tiene todas las de perder.

Sería entonces también una lástima ver que sólo por el deseo del tabasqueño de ver nuevamente su foto en las boletas de 2012, le quite a los simpatizantes de izquierda; que no a los fanáticos lopezobradoristas, la oportunidad de verse representados por alguien que ofrezca la esperanza de ganar.


Parece que a Ebrard no le queda otra más que guardarse el apoyo de muchos, entre los que se incluye Carlos Fuentes -asunto mayor- y esperar al 2018, de lo contrario la otra opción sería migrar a otro partido ¿pero cual? El PANAL… mejor que se espere.

De imponerse la lógica del que tiene más músculo y no la del que acumula más intenciones de voto, estoy seguro que la única apuesta del PAN y PRD en 2012 será la de apelar al voto anti-PRI y creo que a estas alturas, eso no les va a alcanzar.

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