Santos vs Morelia: Cuando la TV oculta la realidad

Aldana Perazzo

Cuando se pensaba que el fútbol era una vía de escape a una realidad desgarradora de miles de mexicanos que viven su día a día con la tensión de estar bajo el poder del crimen organizado, la corrupción y la inseguridad del país, llegó el momento en que las canchas no pudieron evitar la misma desdicha.

Es que en un país cuya guerra contra el narcotráfico parece no tener fin, el miedo se respira en todas partes. Casi como una película de terror: jugadores corriendo a los vestuarios, la gente cubriéndose de los disparos para luego salir disparada dentro de la cancha y así evacuar el lugar, niños desconcertados, angustia. Saldo blanco, como consuelo.

Un partido que se vio suspendido al igual que la transmisión de TV Azteca, que decidió no mostrar el desencadenamiento de los hechos, tras los disparos que se escucharon en las afueras del Estadio Corona, cuando Santos Laguna y Morelia se disputaban los tres puntos.


Quienes no cuentan con televisión de paga debieron buscar otros medios para obtener información; las redes sociales colapsaron. Temas relacionados a esta pesadilla fueron "trending topic" en Twitter. Quejas constantes por no mostrar la otra parte de la realidad, la que excede al fútbol y sin embargo, le compete.

Un debate que se abre a raíz de esto: ¿Es compromiso del periodista deportivo cubrir un acontecimiento que vaya más allá del deporte per sé, y lo involucre en temas tanto sociales, políticos, culturales, como económicos?

En Twitter, Mario San Roman (@SanRomanMario), CEO de TV Azteca, decidió explicar que cortaron la transmisión porque "se trata de deportes, ya no hay partido, está suspendido. No hay nada que transmitir, el partido fue suspendido".

El periodista deportivo es ante todo, periodista. Con todos los valores y obligaciones que este oficio, para muchos sólo profesión, implica. Y mucho menos se puede ocultar esto, cuando son los dirigentes del fútbol, como Alejandro Irarragorri, quienes tienen que dar la cara por quienes deberían hacerlo y no lo hacen. Menos deportivos y más periodistas es lo que busca una sociedad golpeada por tantas injusticias.

Confusión absoluta, papeles invertidos. Políticos de vacaciones haciendo campaña, dirigentes del fútbol reportando muertos, futbolistas como Oswaldo Sánchez en búsqueda de paz; periodistas deportivos contando mentiras. Porque no transmitir algo tan relevante como lo sucedido este sábado en Torreón es atentar contra la verdad.

El fútbol, como tantos inocentes más, es víctima de la realidad que le toca vivir al país, especialmente al norte de éste. Mientras que parte de la población se preocupa por combatir la violencia, conociendo qué pasa y actuando en función de eso, hay unos pocos con poder que prefieren seguir brindando entretenimiento. No vaya a ser cosa que el fútbol y la televisión dejen de ser el opio querido de la gente. Menos con las elecciones tan próximas.

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