Virginia Martínez / Pedro Calvo
Las grandes caídas de las bolsas de los últimos días no sólo corresponden a la crisis de deuda soberana que asola la eurozona ni a la recesión a la que puede encaminarse EEUU, sino que va más allá.
En estos momentos, los mercados asisten a un desplome generalizado del que ni siquiera las economías emergentes logran escaparse. Los espectaculares números rojos acumulados en los parqués -aunque ayer la mayoría cerró con ganancias-, cuestionan en estos momentos la recuperación conseguida desde que las bolsas marcaron mínimos en marzo de 2009 tras varios meses desplomándose como consecuencia de la quiebra de Lehman Brothers en septiembre de 2008. ¿El escenario actual es semejante al vivido en 2008? Los expertos no lo creen.
El sentimiento del inversor no pasa por su mejor momento, pero aún así los analistas siguen confiando en el saneamiento que tienen las compañías para no volver a vivir un momento como áquel. "Muchas empresas están en mejor forma que en 2008 y lo que no debemos esperar es una repetición de la contracción de negocios a gran escala que se produjo entonces", asegura el economista de Aviva Investors, Shamik Dhar. Y los datos así lo corroboran. Si en 2008 el beneficio de las compañías del S&P 500 se redujo un 42% con respecto a 2007 y tan sólo 93 valores cerraron con caja, para este año las previsiones que recoge FactSet apuntan a que lograrán incrementarlo un 19% y serán 141 empresas las que eviten tener endeudamiento en su balance. Y lo mismo ocurre en Europa. Se espera un aumento del beneficio neto en el Stoxx 600 del 10% con respecto al año pasado (cuando en 2008 retocedió más de un 50%) y las compañías con caja pasarán de las 87 que había entonces a 109.
Lejos de mínimos
Pese al pánico de las últimas sesiones, los índices aún se encuentran muy lejos de los mínimos vistos tras la quiebra de Lehman Brothers en septiembre de 2008. En los seis meses posteriores a este hito, los principales indicadores acumularon descensos comprendidos entre el 30% y el 50%. En este contexto, el índice que más se acerca a mínimos de 2009 es el español. A pesar de que el riesgo España siguió relajándose ayer después de que el lunes el BCE comprara deuda pública del país, la caída del 0,3% que registró el Ibex 35 lo llevó hasta los 8.428 puntos, lo que le deja a tan sólo un 23% del suelo que marcó en 2009, tras dejarse un 40% desde la caída del banco estadoundiense.
En la misma línea están el Ftse 100 y el Cac 40. Ambos se encuentran a un 47% y un 26%, respectivamente, de los mínimos que marcaron en marzo de hace dos años. Y eso que no fueron dos de las plazas bursátiles que más se desinflaron con la caída del banco estadounidense.
Mejor situación es la que experimenta el Dax, la fortaleza que ha tenido el indicador germano es lo que le permite estar alejado de los niveles de marzo de hace dos años, cuando llegó a descolgarse hasta los 3.666 puntos tras ceder desde la caída de Lehman alrededor de un 40%.
Al otro lado del charco, con el Dow Jones en los 11.239 puntos, el indicador americano tendría que perder todavía un 71,6% para volver a su suelo de 6.547 puntos que fijó hace dos años.
Rebote parcial en Europa
Pese a la falta de confianza que existe en los mercados, la mayoría de las bolsas reaccionaron ayer con ganancias a la espera del mensaje del presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, que se produjo con el mercado auropeo cerrado. Y eso que los inversores amanecieron con más descensos en las bolsas asiáticas y con la resaca de malas noticias de EEUU de la noche anterior, cuando registró la mayor caída desde diciembre de 2008.
Ante este panorama, las bolsas europeas continuaron con la volatilidad y tras las alzas iniciales registraron caídas superiores al 4% en España, pero que llegaron incluso a rebasar el 5% en la Zona Euro y el 7% en el Dax alemán. Sin embargo, finalmente sólo el índice germano y el español cerraron en negativo, aunque con descensos que no alcanzaron ni siquiera el 0,5%.
Por su parte, la locomotora europea sigue sin encontrar el aire necesario para convencer al mercado. El Dax alemán se ancló en los 5.917 puntos, lo que supone regresar a los niveles de agosto de 2010. Por su parte, Reino Unido y Francia fueron, en esta ocasión, los parqués más alcistas. Sus indicadores -el Ftse 100 y el galo Cac 40- se anotaron subidas de más del 1,5%.
Las ganancias del Ftse Mib italiano y del EuroStoxx 50 fueron inferiores al 1%, aunque suficientes para romper la racha de siete y once jornadas consecutivas en cada caso que acumulaban con retrocesos. Así, el índice de la Zona Euro cotiza en los 2.294 puntos, un 27% por encima de los mínimos de marzo.
Los emergentes, 'emergidos'
La falta de confianza que se percibe en Europa y en el mercado norteamericano, tras los episodios de continuos desacuerdos para elevar el techo de deuda y el posterior recorte de calificación, podría dar alas a pensar que los inversores se dirigen a otros destinos, como el asiático. Pero la realidad es diferente. Ni siquiera los considerados países con potencial de crecimiento pueden aguantar el chaparrón y se están librando de las ventas.
"Los mercados asiáticos también van a sufrir el impacto de la menor confianza de los inversores. Además, un mayor debilitamiento del dólar puede incrementar los flujos de inversión hacia la región, con la consecuencia de una apreciación de las divisas locales, lo cual impactaría en las economías", señalan desde Fidelity. Y, por lo pronto, así está siendo. Salvo el indio Sensex y el chino CSI 300 (también el Mexbol mexicano), que aguantan desde el pasado 22 de julio con caídas de un sólo dígito, el resto de los mercados emergentes están contagiándose y registrando desplomes que en el caso del ruso RTS sobrepasan el 18%.
Así, vuelve a flaquear la teoría del decoupling o desacoplamiento, según la cual los mercados emergentes están logrando desligarse a lo largo de la crisis del comportamiento de los desarrollados. Esta vez no extraña que sea así, puesto que un debilitamiento del crecimiento global, con la amenaza incluso de que algunas de las mayores economías del mundo retornen a la recesión, mermaría la actividad en el comercio internacional, y estos países son altamente dependientes de las exportaciones. Adicionalmente, la posibilidad de que puedan verse afectados por la ralentización del crecimiento puede alimentar el rebrote de prácticas proteccionistas por parte de algunos países emergentes con el propósito de defender su sector exportador. China, por ejemplo, ya lo hizo con motivo de la quiebra de Lehman. "No hay que descartar que el yuan pueda depreciarse por algún tiempo como ya ocurrió antes y durante parte de la crisis financiera global en 2008", avisa John Hardy, estratega de divisas de Saxo Bank.
Pese a ello, no todo son malas premisas para los países asiáticos. Desde Fidelity consideran que "la bajada de rating de EEUU puede empujar con fuerza a la renta variable asiática, dadas las valoraciones atractivas y los fuertes fundamentales relativos."
Día decisivo en Wall Street
Las esperanzas de los inversores estaban depositadas en el mensaje del presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke. Tras la sesión de infarto del pasado lunes, el Dow Jones repuntó un 1,20% hasta los 10.941 puntos poco después de la apertura. La posibilidad de que la Fed hiciera un guiño que pudiera reavivar a la economía estadounidense, que cada vez da más señales de estancamiento, fue el talismán que llevó al Dow Jones a media sesión a rebotar un 1,6%, hasta los 10.990 puntos.
A esas horas, el rebote era mayor en el tecnológico Nasdaq 100 y el S&P 500, que rompían a media sesión su racha de tres jornadas consecutivas de números rojos y se anotaban subidas superiores al 2%. Pero todo cambió cuando la Fed se pronunció y anunció medidas al comprobar que el crecimiento había sido inferior al esperado. Lo que comenzó siendo una cita esperanzadora se convirtió por un instante en nerviosismo y nuevos temores para los inversores. Tras el mensaje de Ben Bernanke, las alzas volvieron a medida que se digería la noticia hasta cerrar todos en positivo. El Dow Jones subió un 3,98% hasta los 11.239 puntos, mientras que el Nasdaq repuntó un 4,8% alcanzando los 2.160 puntos.
Las grandes caídas de las bolsas de los últimos días no sólo corresponden a la crisis de deuda soberana que asola la eurozona ni a la recesión a la que puede encaminarse EEUU, sino que va más allá.
En estos momentos, los mercados asisten a un desplome generalizado del que ni siquiera las economías emergentes logran escaparse. Los espectaculares números rojos acumulados en los parqués -aunque ayer la mayoría cerró con ganancias-, cuestionan en estos momentos la recuperación conseguida desde que las bolsas marcaron mínimos en marzo de 2009 tras varios meses desplomándose como consecuencia de la quiebra de Lehman Brothers en septiembre de 2008. ¿El escenario actual es semejante al vivido en 2008? Los expertos no lo creen.
El sentimiento del inversor no pasa por su mejor momento, pero aún así los analistas siguen confiando en el saneamiento que tienen las compañías para no volver a vivir un momento como áquel. "Muchas empresas están en mejor forma que en 2008 y lo que no debemos esperar es una repetición de la contracción de negocios a gran escala que se produjo entonces", asegura el economista de Aviva Investors, Shamik Dhar. Y los datos así lo corroboran. Si en 2008 el beneficio de las compañías del S&P 500 se redujo un 42% con respecto a 2007 y tan sólo 93 valores cerraron con caja, para este año las previsiones que recoge FactSet apuntan a que lograrán incrementarlo un 19% y serán 141 empresas las que eviten tener endeudamiento en su balance. Y lo mismo ocurre en Europa. Se espera un aumento del beneficio neto en el Stoxx 600 del 10% con respecto al año pasado (cuando en 2008 retocedió más de un 50%) y las compañías con caja pasarán de las 87 que había entonces a 109.
Lejos de mínimos
Pese al pánico de las últimas sesiones, los índices aún se encuentran muy lejos de los mínimos vistos tras la quiebra de Lehman Brothers en septiembre de 2008. En los seis meses posteriores a este hito, los principales indicadores acumularon descensos comprendidos entre el 30% y el 50%. En este contexto, el índice que más se acerca a mínimos de 2009 es el español. A pesar de que el riesgo España siguió relajándose ayer después de que el lunes el BCE comprara deuda pública del país, la caída del 0,3% que registró el Ibex 35 lo llevó hasta los 8.428 puntos, lo que le deja a tan sólo un 23% del suelo que marcó en 2009, tras dejarse un 40% desde la caída del banco estadoundiense.
En la misma línea están el Ftse 100 y el Cac 40. Ambos se encuentran a un 47% y un 26%, respectivamente, de los mínimos que marcaron en marzo de hace dos años. Y eso que no fueron dos de las plazas bursátiles que más se desinflaron con la caída del banco estadounidense.
Mejor situación es la que experimenta el Dax, la fortaleza que ha tenido el indicador germano es lo que le permite estar alejado de los niveles de marzo de hace dos años, cuando llegó a descolgarse hasta los 3.666 puntos tras ceder desde la caída de Lehman alrededor de un 40%.
Al otro lado del charco, con el Dow Jones en los 11.239 puntos, el indicador americano tendría que perder todavía un 71,6% para volver a su suelo de 6.547 puntos que fijó hace dos años.
Rebote parcial en Europa
Pese a la falta de confianza que existe en los mercados, la mayoría de las bolsas reaccionaron ayer con ganancias a la espera del mensaje del presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, que se produjo con el mercado auropeo cerrado. Y eso que los inversores amanecieron con más descensos en las bolsas asiáticas y con la resaca de malas noticias de EEUU de la noche anterior, cuando registró la mayor caída desde diciembre de 2008.
Ante este panorama, las bolsas europeas continuaron con la volatilidad y tras las alzas iniciales registraron caídas superiores al 4% en España, pero que llegaron incluso a rebasar el 5% en la Zona Euro y el 7% en el Dax alemán. Sin embargo, finalmente sólo el índice germano y el español cerraron en negativo, aunque con descensos que no alcanzaron ni siquiera el 0,5%.
Por su parte, la locomotora europea sigue sin encontrar el aire necesario para convencer al mercado. El Dax alemán se ancló en los 5.917 puntos, lo que supone regresar a los niveles de agosto de 2010. Por su parte, Reino Unido y Francia fueron, en esta ocasión, los parqués más alcistas. Sus indicadores -el Ftse 100 y el galo Cac 40- se anotaron subidas de más del 1,5%.
Las ganancias del Ftse Mib italiano y del EuroStoxx 50 fueron inferiores al 1%, aunque suficientes para romper la racha de siete y once jornadas consecutivas en cada caso que acumulaban con retrocesos. Así, el índice de la Zona Euro cotiza en los 2.294 puntos, un 27% por encima de los mínimos de marzo.
Los emergentes, 'emergidos'
La falta de confianza que se percibe en Europa y en el mercado norteamericano, tras los episodios de continuos desacuerdos para elevar el techo de deuda y el posterior recorte de calificación, podría dar alas a pensar que los inversores se dirigen a otros destinos, como el asiático. Pero la realidad es diferente. Ni siquiera los considerados países con potencial de crecimiento pueden aguantar el chaparrón y se están librando de las ventas.
"Los mercados asiáticos también van a sufrir el impacto de la menor confianza de los inversores. Además, un mayor debilitamiento del dólar puede incrementar los flujos de inversión hacia la región, con la consecuencia de una apreciación de las divisas locales, lo cual impactaría en las economías", señalan desde Fidelity. Y, por lo pronto, así está siendo. Salvo el indio Sensex y el chino CSI 300 (también el Mexbol mexicano), que aguantan desde el pasado 22 de julio con caídas de un sólo dígito, el resto de los mercados emergentes están contagiándose y registrando desplomes que en el caso del ruso RTS sobrepasan el 18%.
Así, vuelve a flaquear la teoría del decoupling o desacoplamiento, según la cual los mercados emergentes están logrando desligarse a lo largo de la crisis del comportamiento de los desarrollados. Esta vez no extraña que sea así, puesto que un debilitamiento del crecimiento global, con la amenaza incluso de que algunas de las mayores economías del mundo retornen a la recesión, mermaría la actividad en el comercio internacional, y estos países son altamente dependientes de las exportaciones. Adicionalmente, la posibilidad de que puedan verse afectados por la ralentización del crecimiento puede alimentar el rebrote de prácticas proteccionistas por parte de algunos países emergentes con el propósito de defender su sector exportador. China, por ejemplo, ya lo hizo con motivo de la quiebra de Lehman. "No hay que descartar que el yuan pueda depreciarse por algún tiempo como ya ocurrió antes y durante parte de la crisis financiera global en 2008", avisa John Hardy, estratega de divisas de Saxo Bank.
Pese a ello, no todo son malas premisas para los países asiáticos. Desde Fidelity consideran que "la bajada de rating de EEUU puede empujar con fuerza a la renta variable asiática, dadas las valoraciones atractivas y los fuertes fundamentales relativos."
Día decisivo en Wall Street
Las esperanzas de los inversores estaban depositadas en el mensaje del presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke. Tras la sesión de infarto del pasado lunes, el Dow Jones repuntó un 1,20% hasta los 10.941 puntos poco después de la apertura. La posibilidad de que la Fed hiciera un guiño que pudiera reavivar a la economía estadounidense, que cada vez da más señales de estancamiento, fue el talismán que llevó al Dow Jones a media sesión a rebotar un 1,6%, hasta los 10.990 puntos.
A esas horas, el rebote era mayor en el tecnológico Nasdaq 100 y el S&P 500, que rompían a media sesión su racha de tres jornadas consecutivas de números rojos y se anotaban subidas superiores al 2%. Pero todo cambió cuando la Fed se pronunció y anunció medidas al comprobar que el crecimiento había sido inferior al esperado. Lo que comenzó siendo una cita esperanzadora se convirtió por un instante en nerviosismo y nuevos temores para los inversores. Tras el mensaje de Ben Bernanke, las alzas volvieron a medida que se digería la noticia hasta cerrar todos en positivo. El Dow Jones subió un 3,98% hasta los 11.239 puntos, mientras que el Nasdaq repuntó un 4,8% alcanzando los 2.160 puntos.
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