El movimiento en torno a Javier Sicilia tiene un problema más serio que con los legisladores, y es contra Emilio Álvarez Icaza. En el entorno del poeta venido a activista, están muy disgustados contra el ex ombudsman del Distrito Federal y aspirador frustrado a múltiples cargos públicos, porque consideran que no sólo ha secuestrado a Sicilia -que para ser justos se tiró a los brazos de Álvarez Icaza-, sino que lo ha conducido a que maneje su agenda política personal. En buena parte le achacan a él todo esto de la "ruptura" con el legislativo por lo de la Ley de Seguridad Nacional, como una forma de pasarles la factura porque ni lo hicieron presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, que buscó afanosamente, ni lo palomearon para ser consejero electoral en el IFE, que también buscó. La actitud de Álvarez Icaza, dicen los que saben, ha puesto en un predicamento a Sicilia, quien ha entrado en contradicciones públicas porque su principal asesor le ha ocultado los matices de la política y el entramado legislativo.
Comentarios