Nuestra imagen vive horas bajas

Rubén Cortés

Pánico en la cancha. El futbol se convirtió en nuevo escaparate de la violencia que aqueja a México. El partido Santos-Morelia se suspendió tras disparos. Los jugadores corrieron despavoridos y cientos de simpatizantes invadieron la cancha. (La Opinión de Los Ángeles).

A México se le están acabando los “nunca antes”. Nunca antes había estallado un coche bomba hasta que Ciudad Juárez vivió la explosión de uno, ni matado a un candidato a gobernador hasta que ocurrió en Tamaulipas, ni un partido de futbol suspendido porque el sonido de disparos hizo que jugadores y aficionados buscaran refugio (El País, España)

Terror en México durante un juego de futbol. Situación que obligó a los espectadores a ingresar al terreno de juego en busca de una salida. (La Gazzetta dello Sport, Italia) Pánico en el estadio. Inseguridad de México provocó que se suspendiera un partido de futbol, que al final es lo que menos importó. (L´Equipe, Francia)

Estas reseñas contrastaron con la contundente seguridad prometida por Felipe Calderón a un participante en los Diálogos Ciudadanos organizados hace ocho días por los Pinos como un canal de comunicación de ida y vuelta entre el Presidente y la población.

Le dijo el mandatario a Jesús Alberto Garibay, un joven con capacidades diferentes proveniente de Sonora, quien le preguntó el por qué hay tantos narcotraficantes:

–¿Por qué? Porque yo no puedo estar de acuerdo en que pasen con sus 20 camionetas en una carretera o se estacionen en la plaza de un pueblo y nadie les diga nada. Y si necesito mandar 40 camionetas se las voy a mandar, y si ellos mandan 30 les voy a mandar 60 y si se meten con la gente a extorsionar y secuestrar, pues le voy a mandar más Ejército y más Marina y más policía federal.

Sólo así tienen que entender y el día que entiendan que no se deben meter con la gente entonces ellos incluso podrán retirarse, debieran retirarse y dejar en paz a la gente. Pero están actuando porque quieren controlar las ciudades, los pueblos, quieren controlar los gobiernos.

Yo no me he dejado y te lo digo Jesús, ¡no me voy a dejar!

Sin embargo, lo que parece provocar, a nivel internacional, la imagen de jugadores huyendo de la cancha y aficionados tirados al suelo en las gradas del estadio Corona TSM, es que México perdió el control de su seguridad pública.

Porque la imagen no aclara si los hechos fueron adentro del estadio o afuera. Las fotos, que valen más que mil aclaraciones oficiales, sólo muestran a adultos asustados, niños aterrados y jugadores subiendo a las gradas para cubrir a sus familiares con sus cuerpos.

Y, hay que repetirlo: percepción es realidad.

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