Los tres tristes tigres, otra vez
Desempleada, 23% de la PEA
Carlos Fernández-Vega / México SA
Los tres tristes tigres de nueva cuenta presentaron su simpático cuan desgastado show mediático, y como respuesta al lúgubre panorama (que incluye el desplome del ingreso, el avance de la tasa oficial de desocupación, el brutal incremento en el número de pobres durante el calderonato y el raquitismo de las remuneraciones, entre tantas otras gracias), la tercia de payasitos cantó a coro: “la estabilidad económica ha dado frutos en México… seguiremos generando prosperidad”.
Ernesto Cordero, Javier Lozano y Daniel Karam, quienes por doquier reparten sonrisas, alegría y cifras manipuladas, se volvieron a reunir frente a las cámaras para celebrar la nueva información histórica en materia de empleo formal (con registro en el IMSS), al tiempo que reiteraron que los datos de desempeño económico son bastante aceptables y que en México no hay ningún indicio de que se pueda generar una crisis económica como las que se generaban en el pasado, generadas dentro, desde México, por debilidades estructurales que tenga nuestra economía. Entonces, eso sí lo podemos asegurar, que en México se han hecho las cosas bien en los últimos años, y que no hay ningún riesgo de que surja una crisis generada dentro de nuestro país.
Qué bueno, pero sería en extremo sano que definieran su concepto de crisis, especialmente las generadas dentro, desde México. Lo anterior, porque 57.7 millones de mexicanos en pobreza (12.2 millones más que al inicio del calderonato) parece no ser un indicador de que en este país ya no hay crisis y que ésta ya no se genera internamente (todo viene de afuera, según la versión oficial). Veintisiete por ciento más de connacionales en condiciones de sobrevivencia en tan sólo cuatro años tampoco resulta un sinónimo de que la estabilidad económica ha dado frutos en México, lo mismo que el desplome en el ingreso, el creciente desempleo y el raquitismo salarial. ¿Qué, pues, será crisis para los tres tristes tigres?
Por lo que toca a las cifras históricas en lo que se refiere a empleo formal, la numeralia gubernamental aporta los siguientes elementos: en 56 meses de estadía en Los Pinos, el autodenominado presidente del empleo ha quedado a deber 80 de cada 100 empleos demandados, algo, eso sí, realmente histórico, sólo superado por su antecesor en la residencia oficial, el carismático cuan brillante Vicente Fox. Así es: de diciembre de 2006 a julio de 2011, el registro oficial documenta un millón 140 mil empleos formales, a razón promedio mensual de poco más de 20 mil plazas (el resultado es prácticamente igual si se consideran los dos gobiernos panistas).
A estas alturas del calderonato, y de acuerdo con la demanda de plazas laborales, el inventario del IMSS debería rondar los 19.5 millones de trabajadores registrados, lo que sería, en efecto, una cifra histórica. Pero en realidad el raquitismo en la generación de empleo es inversamente proporcional a la euforia de los tres tristes tigres y al volumen de producción de discursos, pues al cierre del séptimo mes del presente año tal registro a duras penas superó los 15 millones de trabajadores. Lo anterior, pues, indica un déficit de empleo formal –sólo en el calderonato– de 4.5 millones de plazas. He allí las cifras históricas.
Como bien recuerda un análisis de la Cámara de Diputados, la única forma de mejorar las condiciones de vida de la población es mediante un empleo bien remunerado, y ello sólo será posible a través de un crecimiento acelerado y permanente de la economía, para lo cual se requiere de mayores recursos públicos para la inversión en todos los campos. En este contexto, el Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012 establece que la política económica (del calderonato) será lograr un crecimiento sostenido más acelerado y generar los empleos formales que permitan mejorar la calidad de vida de todos los mexicanos; mejorar las condiciones de vida y las oportunidades de todos, especialmente de aquellos que viven en pobreza, es un imperativo social. Sin oportunidades de empleo, no es posible alcanzar un desarrollo humano integral.
Eso en el texto, pero en los hechos qué. Pues bien, en lugar de un círculo virtuoso de crecimiento acelerado, oportunidades de empleo, abatimiento de la pobreza, desarrollo humano, respeto al estado de derecho y estabilidad política, puntualiza la Cámara de Diputados, México enfrenta, desde el sexenio del presidente Miguel de la Madrid, una situación de lento crecimiento económico, desempleo, subempleo y pobreza, falta de oportunidades, sobre todo para los jóvenes, destrucción del tejido social, pérdida de respeto al estado de derecho, y deterioro de la seguridad pública, lo que genera demandas crecientes de recursos públicos para mitigar los efectos de la pobreza y la inseguridad con la consecuente disminución de recursos para la inversión pública, incluyendo la infraestructura, lo que se traduce a su vez en pérdidas de competitividad y mayor incertidumbre para la inversión privada. Más aún, los problemas financieros de las instituciones de salud y de seguridad social como el IMSS y el ISSSTE, se han venido agravando debido al lento crecimiento del empleo por lo que la relación trabajador activo a pensionados ha venido disminuyendo de manera notable.
Por el lado de la tasa oficial de desocupación, la Cámara de Diputados advierte que ésta “no refleja de manera fiel ni el tamaño ni la crudeza del problema ocupacional en el país. Si se suma la población económicamente activa desocupada, la población disponible y la población ocupada que no recibe ingresos, se tendría una estimación ajustada de la población desocupada en el país, y en este sentido dicho órgano colegiado concluye que la tasa de desempleo en el país, que no de desocupación, ronda 23 por ciento, en línea con los países europeos (España, por ejemplo) con severísimo problema en este renglón.
Desplome del ingreso, crecimiento sostenido del desempleo, pobreza galopante, raquitismo salarial, pero los tres tristes tigres son felices, especialmente cuando aparecen en la tele y gritan fuaaa.
Las rebanadas del pastel
Y mientras la tercia mencionada dice sandeces, su presunto domador aporta la suyas: México llegará a ser un país ganador en la medida en que verdaderamente todos nos decidamos a superar los desafíos que tenemos, así que los invito a seguir trabajando con fuerza y con determinación para realizar el enorme potencial que tiene México (Miguel Ángel Felipe Cornejo Calderón). Sólo le faltó el fuaaa.
Desempleada, 23% de la PEA
Carlos Fernández-Vega / México SA
Los tres tristes tigres de nueva cuenta presentaron su simpático cuan desgastado show mediático, y como respuesta al lúgubre panorama (que incluye el desplome del ingreso, el avance de la tasa oficial de desocupación, el brutal incremento en el número de pobres durante el calderonato y el raquitismo de las remuneraciones, entre tantas otras gracias), la tercia de payasitos cantó a coro: “la estabilidad económica ha dado frutos en México… seguiremos generando prosperidad”.
Ernesto Cordero, Javier Lozano y Daniel Karam, quienes por doquier reparten sonrisas, alegría y cifras manipuladas, se volvieron a reunir frente a las cámaras para celebrar la nueva información histórica en materia de empleo formal (con registro en el IMSS), al tiempo que reiteraron que los datos de desempeño económico son bastante aceptables y que en México no hay ningún indicio de que se pueda generar una crisis económica como las que se generaban en el pasado, generadas dentro, desde México, por debilidades estructurales que tenga nuestra economía. Entonces, eso sí lo podemos asegurar, que en México se han hecho las cosas bien en los últimos años, y que no hay ningún riesgo de que surja una crisis generada dentro de nuestro país.
Qué bueno, pero sería en extremo sano que definieran su concepto de crisis, especialmente las generadas dentro, desde México. Lo anterior, porque 57.7 millones de mexicanos en pobreza (12.2 millones más que al inicio del calderonato) parece no ser un indicador de que en este país ya no hay crisis y que ésta ya no se genera internamente (todo viene de afuera, según la versión oficial). Veintisiete por ciento más de connacionales en condiciones de sobrevivencia en tan sólo cuatro años tampoco resulta un sinónimo de que la estabilidad económica ha dado frutos en México, lo mismo que el desplome en el ingreso, el creciente desempleo y el raquitismo salarial. ¿Qué, pues, será crisis para los tres tristes tigres?
Por lo que toca a las cifras históricas en lo que se refiere a empleo formal, la numeralia gubernamental aporta los siguientes elementos: en 56 meses de estadía en Los Pinos, el autodenominado presidente del empleo ha quedado a deber 80 de cada 100 empleos demandados, algo, eso sí, realmente histórico, sólo superado por su antecesor en la residencia oficial, el carismático cuan brillante Vicente Fox. Así es: de diciembre de 2006 a julio de 2011, el registro oficial documenta un millón 140 mil empleos formales, a razón promedio mensual de poco más de 20 mil plazas (el resultado es prácticamente igual si se consideran los dos gobiernos panistas).
A estas alturas del calderonato, y de acuerdo con la demanda de plazas laborales, el inventario del IMSS debería rondar los 19.5 millones de trabajadores registrados, lo que sería, en efecto, una cifra histórica. Pero en realidad el raquitismo en la generación de empleo es inversamente proporcional a la euforia de los tres tristes tigres y al volumen de producción de discursos, pues al cierre del séptimo mes del presente año tal registro a duras penas superó los 15 millones de trabajadores. Lo anterior, pues, indica un déficit de empleo formal –sólo en el calderonato– de 4.5 millones de plazas. He allí las cifras históricas.
Como bien recuerda un análisis de la Cámara de Diputados, la única forma de mejorar las condiciones de vida de la población es mediante un empleo bien remunerado, y ello sólo será posible a través de un crecimiento acelerado y permanente de la economía, para lo cual se requiere de mayores recursos públicos para la inversión en todos los campos. En este contexto, el Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012 establece que la política económica (del calderonato) será lograr un crecimiento sostenido más acelerado y generar los empleos formales que permitan mejorar la calidad de vida de todos los mexicanos; mejorar las condiciones de vida y las oportunidades de todos, especialmente de aquellos que viven en pobreza, es un imperativo social. Sin oportunidades de empleo, no es posible alcanzar un desarrollo humano integral.
Eso en el texto, pero en los hechos qué. Pues bien, en lugar de un círculo virtuoso de crecimiento acelerado, oportunidades de empleo, abatimiento de la pobreza, desarrollo humano, respeto al estado de derecho y estabilidad política, puntualiza la Cámara de Diputados, México enfrenta, desde el sexenio del presidente Miguel de la Madrid, una situación de lento crecimiento económico, desempleo, subempleo y pobreza, falta de oportunidades, sobre todo para los jóvenes, destrucción del tejido social, pérdida de respeto al estado de derecho, y deterioro de la seguridad pública, lo que genera demandas crecientes de recursos públicos para mitigar los efectos de la pobreza y la inseguridad con la consecuente disminución de recursos para la inversión pública, incluyendo la infraestructura, lo que se traduce a su vez en pérdidas de competitividad y mayor incertidumbre para la inversión privada. Más aún, los problemas financieros de las instituciones de salud y de seguridad social como el IMSS y el ISSSTE, se han venido agravando debido al lento crecimiento del empleo por lo que la relación trabajador activo a pensionados ha venido disminuyendo de manera notable.
Por el lado de la tasa oficial de desocupación, la Cámara de Diputados advierte que ésta “no refleja de manera fiel ni el tamaño ni la crudeza del problema ocupacional en el país. Si se suma la población económicamente activa desocupada, la población disponible y la población ocupada que no recibe ingresos, se tendría una estimación ajustada de la población desocupada en el país, y en este sentido dicho órgano colegiado concluye que la tasa de desempleo en el país, que no de desocupación, ronda 23 por ciento, en línea con los países europeos (España, por ejemplo) con severísimo problema en este renglón.
Desplome del ingreso, crecimiento sostenido del desempleo, pobreza galopante, raquitismo salarial, pero los tres tristes tigres son felices, especialmente cuando aparecen en la tele y gritan fuaaa.
Las rebanadas del pastel
Y mientras la tercia mencionada dice sandeces, su presunto domador aporta la suyas: México llegará a ser un país ganador en la medida en que verdaderamente todos nos decidamos a superar los desafíos que tenemos, así que los invito a seguir trabajando con fuerza y con determinación para realizar el enorme potencial que tiene México (Miguel Ángel Felipe Cornejo Calderón). Sólo le faltó el fuaaa.
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