Angélica Pineda / El Economista
Los cambios dentro de la Procuraduría General de la República (PGR) van más allá del cese y sustitución de delegados, de suyo inédito. Va ligado a las reformas en materia de seguridad y al papel de las Fuerzas Armadas en los últimos años. Responde a un proyecto transexenal, que “no es integral y que está siendo en ‘tumbos”.
A decir de especialistas, muestra también “la debilidad institucional de una PGR fallida con el PRI y, que sigue siendo socavada con el PAN”.
“El asunto es grave, porque es ahí –en la PGR- donde empieza la cadena para hacer justicia a la ciudadanía en los delitos que más la lastiman, como el secuestros, el lavado de dinero y el narcotráfico”, expone María Idalia Gómez, periodista especializada en temas de narcotráfico y seguridad nacional.
Es la historia de cada sexenio. Nuevo procurador, nueva gente acusada de corrupción o señalada por omisiones en su trabajo. Hay un “proyecto” bajo la manga y un año para llevarlo a cabo. El presidente se va por ley, el procurador, quién sabe.
DESCONFIANZA y CORRUPCIÓN, EL LASTRE
El 2 de agosto, la PGR que dirige Marisela Morales Ibáñez anunció la dimisión de 21 delegados estatales, 10 de los cuales enfrentarán procesos administrativos. La purga masiva ligada a corrupción o ineficiencia en la PGR es sorprendente, pero no es nueva.
En 1996, Antonio Lozano Gracia dio de baja a 737 policías federales por corrupción. Durante su gestión se reveló que las plazas de delegados estatales se vendían hasta en un millón de dólares, que eran los narcotraficantes quienes las compraban. Por su parte, El Universal publicó que con Jorge Carpizo salieron 1,800 policías. Carpizo fue señalado por dejar escapar la oportunidad de arrestar a los hermanos Arellano Félix.
El 6 de abril, Marisela Morales tomó posesión formal del cargo como procuradora. Desde entonces, 500 elementos federales están bajo investigación, han renunciado directores y subdirectores, entre ellos Dilcya Samantha García Espino, ex subprocuradora de Control Regional.
De acuerdo con María Idalia Gómez, la desconfianza de la ex titular de la SIEDO se explica porque “no es su gente”, además de que recibió una institución que “no rinde” en cuanto a eficacia y eficiencia.
Revela que en una reunión de staff, Marisela Morales manifestó que la institución que recibió “no estaba rindiendo en cuanto a eficiencia ni eficacia ¿qué quiere decir? que la PGR en manos de Arturo Chávez no funcionó”.
Al parecer, el detonante para la purga fue San Fernando.
El día que se dio a conocer la matanza de inmigrantes en el racho tamaulipeco, cuenta María Idalia, buscaron al delegado estatal, José Francisco Rivera Rodríguez y, durante 24 horas, no lo encontraron.
“Resulta que éste, sin autorización de nadie, estaba en el DF y nisiquiera se había reportado. Todo movimiento que hace un delegado tiene que ser reportado, por seguridad y por control. No lo había hecho y eso molestó muchísimo a Marisela Morales, quien pidió cuentas, informes. De acuerdo a su criterio, no había trabajo suficiente y el que había, no estaba bien hecho”.
Los cambios, explica, se gestaron desde entonces, sin embargo la renuncia en julio de la subprocuradora García Espino frenó su aplicación.
“En realidad, Dylcia no tenía mucha experiencia como subprocuradora. Marisela Morales quería sacar a los delegados, pero fue precisamente esa renuncia lo que detuvo los cambios de delegados”.
DEPARTAMENTO DE JUSTICIA A LA MEXICANA
La salida de los delegados estatales también tiene otros propósitos: cambiar el perfil de la PGR y aumentar posiblemente el número de militares en la institución. Eso sí, gente de confianza de Marisela Morales.
Desde la visión de la periodista especializada, los movimientos en la PGR van dirigidos a hacer de ésta “un espejo del Departamento de Justicia de Estados Unidos”, donde los fiscales presentan ante los jueces los casos investigados por agentes federales.
En EU “los fiscales tienen la capacidad de investigación, pero en la mayoría de los casos ya les llegan investigados por los detectives o por agentes de FBI, CIA, Aduanas, Tesoro. Ellos nada más afinan, hacen declaraciones, presentan mociones ante jueces para cateos, para escuchas, pero quienes tienen la carga de la investigación son los policías, y eso es lo que está pasando en México”, expone la especialista.
El proyecto, indica, se gestó desde el inicio de la administración de Felipe Calderón, y a él responden las reformas a la ley orgánica y reglamento de la policía federal (la “policía científica” estilo Scotland Yard ) para hacer escuchas, cateos, investigaciones. La PGR se transformará en abogados, que sólo presenten los casos a los jueces y para eso necesitan renovar al personal.
De acuerdo con la entrevistada, se busca además disminuir en 30 o 40% al personal de la PGR, donde aún no han sido renovadas 320 plazas, entre ellas las de delegados estatales, especialistas en polígrafo, lavado de dinero y directores de áreas.
Sin embargo, casos como el de La Reina del Pacífico y la necesidad de solicitar la ampliación del plazo de los arraigos por pruebas endebles “muestra lo desconectado y la falta de integralidad de las reformas que se están implementando”.
PROYECTO TRANSEXENAL
La coautora del libro “Con la muerte en el bolsillo” considera que, con los cambios en la PGR, Marisela Morales aspira a trascender el sexenio de Felipe Calderón y quedarse al frente de la institución en la próxima administración.
“Lo que estamos viendo es a una procuradora que aspira a trascender el sexenio y quedarse en la próxima administración por sus relaciones con el Ejército, con Genaro García Luna, por su relación con el PRI, y el PAN y con Estados Unidos. Pero no tiene garantizado eso, no ha existido procurador que trascienda a un sexenio en los últimos 40 años”, expone.
Recuerda que la relación de Marisela Morales con el Ejército inicia con la llegada de Rafael Macedo de la Concha a la PGR, quien deposita su confianza e impulsa la carrera de la futura procuradora.
Durante su paso por la SIEDO la relación con los militares se estrecha aún más. La gente de confianza y asesores de Morales Ibáñez son militares, muchos de los cuales permanecen en el CENAPI. La especialista ha identificado a por lo menos 30 miembros del Ejército en áreas estratégicas de la PGR como análisis, operatividad y de asesoría.
Por lo pronto, dentro de los 32 nuevos delegados, uno de ellos, Félix Peralta Juárez, asignado a San Luis Potosí, es general brigadier, con trayectoria dentro de la PGR.
CASTIGO, SI HAY DELITO
La también comentarista en temas de seguridad y narcotráfico considera que debería iniciarse una investigación administrativa y penal contra los delegados cesados “para ver en qué más fallaron, en qué delitos incurrieron” y que no quede únicamente en los despidos.
Finalmente, la ganadora del Premio Planeta de Periodismo en 2005 advierte que en los cuatro meses que tiene Marisela Morales se sigue “cavando” a la institución, ¿los ceses significan que entonces no ocurrió nada bueno en la PGR durante una administración? Lo peor es que esto se repite sexenio tras sexenio y el PAN no hizo nada. Tuvieron la oportunidad durante casi 12 años, y no hicieron nada”.
Los cambios dentro de la Procuraduría General de la República (PGR) van más allá del cese y sustitución de delegados, de suyo inédito. Va ligado a las reformas en materia de seguridad y al papel de las Fuerzas Armadas en los últimos años. Responde a un proyecto transexenal, que “no es integral y que está siendo en ‘tumbos”.
A decir de especialistas, muestra también “la debilidad institucional de una PGR fallida con el PRI y, que sigue siendo socavada con el PAN”.
“El asunto es grave, porque es ahí –en la PGR- donde empieza la cadena para hacer justicia a la ciudadanía en los delitos que más la lastiman, como el secuestros, el lavado de dinero y el narcotráfico”, expone María Idalia Gómez, periodista especializada en temas de narcotráfico y seguridad nacional.
Es la historia de cada sexenio. Nuevo procurador, nueva gente acusada de corrupción o señalada por omisiones en su trabajo. Hay un “proyecto” bajo la manga y un año para llevarlo a cabo. El presidente se va por ley, el procurador, quién sabe.
DESCONFIANZA y CORRUPCIÓN, EL LASTRE
El 2 de agosto, la PGR que dirige Marisela Morales Ibáñez anunció la dimisión de 21 delegados estatales, 10 de los cuales enfrentarán procesos administrativos. La purga masiva ligada a corrupción o ineficiencia en la PGR es sorprendente, pero no es nueva.
En 1996, Antonio Lozano Gracia dio de baja a 737 policías federales por corrupción. Durante su gestión se reveló que las plazas de delegados estatales se vendían hasta en un millón de dólares, que eran los narcotraficantes quienes las compraban. Por su parte, El Universal publicó que con Jorge Carpizo salieron 1,800 policías. Carpizo fue señalado por dejar escapar la oportunidad de arrestar a los hermanos Arellano Félix.
El 6 de abril, Marisela Morales tomó posesión formal del cargo como procuradora. Desde entonces, 500 elementos federales están bajo investigación, han renunciado directores y subdirectores, entre ellos Dilcya Samantha García Espino, ex subprocuradora de Control Regional.
De acuerdo con María Idalia Gómez, la desconfianza de la ex titular de la SIEDO se explica porque “no es su gente”, además de que recibió una institución que “no rinde” en cuanto a eficacia y eficiencia.
Revela que en una reunión de staff, Marisela Morales manifestó que la institución que recibió “no estaba rindiendo en cuanto a eficiencia ni eficacia ¿qué quiere decir? que la PGR en manos de Arturo Chávez no funcionó”.
Al parecer, el detonante para la purga fue San Fernando.
El día que se dio a conocer la matanza de inmigrantes en el racho tamaulipeco, cuenta María Idalia, buscaron al delegado estatal, José Francisco Rivera Rodríguez y, durante 24 horas, no lo encontraron.
“Resulta que éste, sin autorización de nadie, estaba en el DF y nisiquiera se había reportado. Todo movimiento que hace un delegado tiene que ser reportado, por seguridad y por control. No lo había hecho y eso molestó muchísimo a Marisela Morales, quien pidió cuentas, informes. De acuerdo a su criterio, no había trabajo suficiente y el que había, no estaba bien hecho”.
Los cambios, explica, se gestaron desde entonces, sin embargo la renuncia en julio de la subprocuradora García Espino frenó su aplicación.
“En realidad, Dylcia no tenía mucha experiencia como subprocuradora. Marisela Morales quería sacar a los delegados, pero fue precisamente esa renuncia lo que detuvo los cambios de delegados”.
DEPARTAMENTO DE JUSTICIA A LA MEXICANA
La salida de los delegados estatales también tiene otros propósitos: cambiar el perfil de la PGR y aumentar posiblemente el número de militares en la institución. Eso sí, gente de confianza de Marisela Morales.
Desde la visión de la periodista especializada, los movimientos en la PGR van dirigidos a hacer de ésta “un espejo del Departamento de Justicia de Estados Unidos”, donde los fiscales presentan ante los jueces los casos investigados por agentes federales.
En EU “los fiscales tienen la capacidad de investigación, pero en la mayoría de los casos ya les llegan investigados por los detectives o por agentes de FBI, CIA, Aduanas, Tesoro. Ellos nada más afinan, hacen declaraciones, presentan mociones ante jueces para cateos, para escuchas, pero quienes tienen la carga de la investigación son los policías, y eso es lo que está pasando en México”, expone la especialista.
El proyecto, indica, se gestó desde el inicio de la administración de Felipe Calderón, y a él responden las reformas a la ley orgánica y reglamento de la policía federal (la “policía científica” estilo Scotland Yard ) para hacer escuchas, cateos, investigaciones. La PGR se transformará en abogados, que sólo presenten los casos a los jueces y para eso necesitan renovar al personal.
De acuerdo con la entrevistada, se busca además disminuir en 30 o 40% al personal de la PGR, donde aún no han sido renovadas 320 plazas, entre ellas las de delegados estatales, especialistas en polígrafo, lavado de dinero y directores de áreas.
Sin embargo, casos como el de La Reina del Pacífico y la necesidad de solicitar la ampliación del plazo de los arraigos por pruebas endebles “muestra lo desconectado y la falta de integralidad de las reformas que se están implementando”.
PROYECTO TRANSEXENAL
La coautora del libro “Con la muerte en el bolsillo” considera que, con los cambios en la PGR, Marisela Morales aspira a trascender el sexenio de Felipe Calderón y quedarse al frente de la institución en la próxima administración.
“Lo que estamos viendo es a una procuradora que aspira a trascender el sexenio y quedarse en la próxima administración por sus relaciones con el Ejército, con Genaro García Luna, por su relación con el PRI, y el PAN y con Estados Unidos. Pero no tiene garantizado eso, no ha existido procurador que trascienda a un sexenio en los últimos 40 años”, expone.
Recuerda que la relación de Marisela Morales con el Ejército inicia con la llegada de Rafael Macedo de la Concha a la PGR, quien deposita su confianza e impulsa la carrera de la futura procuradora.
Durante su paso por la SIEDO la relación con los militares se estrecha aún más. La gente de confianza y asesores de Morales Ibáñez son militares, muchos de los cuales permanecen en el CENAPI. La especialista ha identificado a por lo menos 30 miembros del Ejército en áreas estratégicas de la PGR como análisis, operatividad y de asesoría.
Por lo pronto, dentro de los 32 nuevos delegados, uno de ellos, Félix Peralta Juárez, asignado a San Luis Potosí, es general brigadier, con trayectoria dentro de la PGR.
CASTIGO, SI HAY DELITO
La también comentarista en temas de seguridad y narcotráfico considera que debería iniciarse una investigación administrativa y penal contra los delegados cesados “para ver en qué más fallaron, en qué delitos incurrieron” y que no quede únicamente en los despidos.
Finalmente, la ganadora del Premio Planeta de Periodismo en 2005 advierte que en los cuatro meses que tiene Marisela Morales se sigue “cavando” a la institución, ¿los ceses significan que entonces no ocurrió nada bueno en la PGR durante una administración? Lo peor es que esto se repite sexenio tras sexenio y el PAN no hizo nada. Tuvieron la oportunidad durante casi 12 años, y no hicieron nada”.
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