Enrique Gutiérrez / Corresponsal y agencias
Masivas marchas en Santiago y otras ciudades del país, que en su conjunto congregaron a unas 600 mil personas, marcaron este jueves el segundo día de un paro general por un Chile diferente, convocado por la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), que lo calificó de exitoso e hizo un llamado al gobierno para que escuche la voz del pueblo. Sin embargo, en la jornada no estuvo ausente la violencia con enfrentamientos entre manifestantes y la policía de carabineros.
Las movilizaciones, respaldadas por miles de estudiantes y universitarios, reclaman la redistribución drástica de la renta, un código laboral que permita la negociación colectiva y restablezca en plenitud el derecho a huelga y se regrese a un Estado docente moderno y adecuado a la realidad impuesta por la vertiginosa revolución tecnológica, como lo dejaron en claro las breves declaraciones de los manifestantes y sus pancartas.
Las marchas partieron desde cuatro puntos de Santiago hacia el centro capitalino para intentar llegar a la sede de gobierno, pero la policía montó tres anillos de seguridad en torno a él para impedir la llegada de los manifestantes.
Con banderas chilenas, pancartas y bailes folclóricos, los manifestantes, entre quienes destacaba un actor que representaba al derrocado ex presidente socialista Salvador Allende, recorrieron las calles para demandar una nueva Constitución, un cambio en el Código del Trabajo y la rebaja de los impuestos a los combustibles.
Pero lo que por momentos parecía un carnaval se convirtió al final en una batalla campal cuando encapuchados arreciaron su accionar y provocaron saqueos de algunos comercios, destrozos, daños a una iglesia y atacaron a la policía con piedras y palos, por lo que los efectivos respondieron con carros lanzagua y gas lacrimógeno para disolver protestas en la capital.
Los disturbios fueron antecedidos por saqueos, barricadas y escaramuzas durante la noche del miércoles y hasta esta madrugada, una jornada vista por el gobierno como de destrucción.
En los dos días de paro general, un hecho que no ocurría en 20 años, unas 456 personas fueron detenidas y se reportaron 78 heridos, en su mayoría agentes antidisturbios de la policía militarizada, de acuerdo con un balance oficial.
Pese a la descalificación del vocero del gobierno derechista, Andrés Chadwick, de que el paro no tuvo éxito, el país estuvo semiparalizado y durante la mañana, en la región metropolitana, el transporte público fue esporádico, en tanto que el comercio minorista fue uno de los sectores más afectados.
El gobierno, que insistió en que la huelga fue inútil, entregó cifras dispares de la adhesión al reportar que solamente 9.1 por ciento de los trabajadores de las empresas estatales no asistió a laborar, según el Ministerio del Trabajo. No obstante, la Asociación Nacional de Empleados Fiscales refutó la versión oficial y dijo que la adhesión fue de más de 80 por ciento.
Pero Arturo Martínez, líder de la CUT, calificó de exitosas las marchas a escala nacional, e hizo un llamado al gobierno para que escuche la voz del pueblo, en declaraciones a la prensa tras hacer un balance de la jornada.
Ustedes en un año y medio perdieron la votación (conseguida) y tienen que ser más humildes y escuchar al pueblo, a ese pueblo que salió hoy. No sean arrogantes ni soberbios (señores del gobierno), dijo tras cifrar la convocatoria de las protestas en todo el país en más de 600 mil personas.
De su lado, la presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, Camila Vallejo, aseguró que la participación en la capital fue de 300 mil personas, en una conferencia de prensa en la que aseguró que la educación es un problema social y que ya se está pensando en nuevas marchas.
Por su parte, el presidente del Colegio de Profesores, Jaime Gajardo, también destacó la impresionante convocatoria, marcha que definió como la más grande de las movilizaciones de este año.
Otros organismos sindicales estimaron que el paro nacional tuvo una participación de 18 mil personas en Valparaíso, 15 mil en Concepción, 20 mil en La Serena y Coquimbo y 20 mil en Temuco.
El subsecretario del Interior, Rodrigo Urbilla, minimizó la participación en las movilizaciones e indicó que sólo se realizaron 51 marchas con participación de 175 mil personas en el país, 50 mil de las cuales fueron en Santiago.
De su lado, Chadwick, si bien reconoció que en términos generales “la marcha transcurrió tranquila y ordenada y no hubo problemas mayores, insistió en que la paralización nacional tiene un trasfondo político y no laboral y acusó a la CUT de colgarse del movimiento estudiantil.
La protesta es la respuesta del pueblo de Chile a los que les niegan sus derechos, a los que no quieren conversar. Ahora es el momento de ponernos a conversar de verdad o esto va a seguir, respondió el presidente de la CUT.
Masivas marchas en Santiago y otras ciudades del país, que en su conjunto congregaron a unas 600 mil personas, marcaron este jueves el segundo día de un paro general por un Chile diferente, convocado por la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), que lo calificó de exitoso e hizo un llamado al gobierno para que escuche la voz del pueblo. Sin embargo, en la jornada no estuvo ausente la violencia con enfrentamientos entre manifestantes y la policía de carabineros.
Las movilizaciones, respaldadas por miles de estudiantes y universitarios, reclaman la redistribución drástica de la renta, un código laboral que permita la negociación colectiva y restablezca en plenitud el derecho a huelga y se regrese a un Estado docente moderno y adecuado a la realidad impuesta por la vertiginosa revolución tecnológica, como lo dejaron en claro las breves declaraciones de los manifestantes y sus pancartas.
Las marchas partieron desde cuatro puntos de Santiago hacia el centro capitalino para intentar llegar a la sede de gobierno, pero la policía montó tres anillos de seguridad en torno a él para impedir la llegada de los manifestantes.
Con banderas chilenas, pancartas y bailes folclóricos, los manifestantes, entre quienes destacaba un actor que representaba al derrocado ex presidente socialista Salvador Allende, recorrieron las calles para demandar una nueva Constitución, un cambio en el Código del Trabajo y la rebaja de los impuestos a los combustibles.
Pero lo que por momentos parecía un carnaval se convirtió al final en una batalla campal cuando encapuchados arreciaron su accionar y provocaron saqueos de algunos comercios, destrozos, daños a una iglesia y atacaron a la policía con piedras y palos, por lo que los efectivos respondieron con carros lanzagua y gas lacrimógeno para disolver protestas en la capital.
Los disturbios fueron antecedidos por saqueos, barricadas y escaramuzas durante la noche del miércoles y hasta esta madrugada, una jornada vista por el gobierno como de destrucción.
En los dos días de paro general, un hecho que no ocurría en 20 años, unas 456 personas fueron detenidas y se reportaron 78 heridos, en su mayoría agentes antidisturbios de la policía militarizada, de acuerdo con un balance oficial.
Pese a la descalificación del vocero del gobierno derechista, Andrés Chadwick, de que el paro no tuvo éxito, el país estuvo semiparalizado y durante la mañana, en la región metropolitana, el transporte público fue esporádico, en tanto que el comercio minorista fue uno de los sectores más afectados.
El gobierno, que insistió en que la huelga fue inútil, entregó cifras dispares de la adhesión al reportar que solamente 9.1 por ciento de los trabajadores de las empresas estatales no asistió a laborar, según el Ministerio del Trabajo. No obstante, la Asociación Nacional de Empleados Fiscales refutó la versión oficial y dijo que la adhesión fue de más de 80 por ciento.
Pero Arturo Martínez, líder de la CUT, calificó de exitosas las marchas a escala nacional, e hizo un llamado al gobierno para que escuche la voz del pueblo, en declaraciones a la prensa tras hacer un balance de la jornada.
Ustedes en un año y medio perdieron la votación (conseguida) y tienen que ser más humildes y escuchar al pueblo, a ese pueblo que salió hoy. No sean arrogantes ni soberbios (señores del gobierno), dijo tras cifrar la convocatoria de las protestas en todo el país en más de 600 mil personas.
De su lado, la presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, Camila Vallejo, aseguró que la participación en la capital fue de 300 mil personas, en una conferencia de prensa en la que aseguró que la educación es un problema social y que ya se está pensando en nuevas marchas.
Por su parte, el presidente del Colegio de Profesores, Jaime Gajardo, también destacó la impresionante convocatoria, marcha que definió como la más grande de las movilizaciones de este año.
Otros organismos sindicales estimaron que el paro nacional tuvo una participación de 18 mil personas en Valparaíso, 15 mil en Concepción, 20 mil en La Serena y Coquimbo y 20 mil en Temuco.
El subsecretario del Interior, Rodrigo Urbilla, minimizó la participación en las movilizaciones e indicó que sólo se realizaron 51 marchas con participación de 175 mil personas en el país, 50 mil de las cuales fueron en Santiago.
De su lado, Chadwick, si bien reconoció que en términos generales “la marcha transcurrió tranquila y ordenada y no hubo problemas mayores, insistió en que la paralización nacional tiene un trasfondo político y no laboral y acusó a la CUT de colgarse del movimiento estudiantil.
La protesta es la respuesta del pueblo de Chile a los que les niegan sus derechos, a los que no quieren conversar. Ahora es el momento de ponernos a conversar de verdad o esto va a seguir, respondió el presidente de la CUT.
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