Las mujeres las más afectadas: Hay 3.2 millones de pobres más en México

Anayeli García Martínez (CIMAC)

En México el número de personas pobres aumentó de 48.8 millones en 2008 a 52 millones en 2010, lo que podría indicar que hay más mujeres pobres, aseguró la economista especializada en género Carmen Ponce Meléndez.

De acuerdo con el estudio “La medición de la pobreza en México 2010. Resultados a nivel nacional y por entidad federativa”, 3.2 millones de personas se sumaron a las filas de la pobreza y aunque no precisa cuántas son mujeres se puede estimar un amplio aumento, afirmó Ponce Meléndez.

El estudio que hoy presentó el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) revela que en dos años (de 2008 a 2010) la pobreza aumentó 1.7 puntos porcentuales al pasar de de 44.5 por ciento a 46.2 por ciento, pero no desagrega datos por sexo.

A partir de estos datos y considerando que el informe “Panorama social de América Latina 2009” de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) señala que por cada 100 hombres pobres hay 115 mujeres pobres, se puede deducir que aumentó el número de mujeres pobres, explicó la economista.

El estudio del Coneval presenta datos desagregados por entidad federativa y por población rural y urbana, sin embargo no precisa el número de mujeres y hombres que viven en pobreza. Según el secretario ejecutivo del organismo, Gonzalo Hernández Licona, el desagregado po sexo se hará en siguientes análisis.

Mujeres invisibles

En opinión de Ponce Meléndez la dimensión del problema se diluye cuando el Coneval desestima datos por sexo. La especialista explicó que en dos años se encontró que las personas perciben menos ingresos y tienen menor acceso a alimentos, lo que afecta principalmente a las mujeres.

Señaló que está comprobado que las mujeres tienen salarios más bajos, menores ingresos económicos y que cada vez crece el número de hogares encabezados por mujeres, quienes deben cargar con los gastos de la familia, lo que deriva en peores condiciones de vida.

Los indicadores del Coneval señalan que hasta agosto de 2010 cada persona que vive en el área urbana contaba con 2 mil 114 pesos para satisfacer sus necesidades básicas (alimentos, vivienda, educación y salud), mientras que cada persona que vive en el área rural contaba con mil 329 pesos para el mismo fin.

Asimismo señala que el porcentaje de población vulnerable por ingresos aumentó de 4.5 por ciento (4.9 millones de personas) a 5.8 por ciento (6.5 millones de personas), es decir, ahora hay 1.6 millones de personas más que no cuentan con el dinero suficiente para solventar sus gastos.

Cifras contradictorias

Aunque el Coneval señala que la pobreza aumentó, también afirma que entre 2008 y 2010 se redujeron las carencias sociales de acceso a los servicios de salud, seguridad social, servicios básicos en la vivienda, calidad y espacios de la vivienda, y rezago educativo, lo cual resulta contradictorio.

Según el secretario ejecutivo del organismo, Hernández Licona, esto se debe a que hay una amplia cobertura de programas sociales en materia de salud, educación y vivienda, sin embargo, el ingreso de los hogares decreció debido a la crisis económica. Finalmente explicó: “No es contradictorio, es la foto general del país”.

Los resultados de la medición 2010 muestran que las entidades que mostraron mayor aumento en el número de personas en situación de pobreza fueron Veracruz, Guanajuato, Oaxaca, Chihuahua, Tamaulipas y Baja California; mientras que los estados con mayor pobreza extrema son Chiapas, Puebla, Michoacán, Veracruz, el Estado de México y Jalisco.

En las zonas rurales, entre 2008 y 2010 la pobreza aumentó de 62.4 por ciento a 64.9 por ciento, en tanto que en las zonas urbanas el porcentaje aumentó de 39.1 por ciento a 40.5 por ciento.

Al respecto la especialista explica que si se toman en cuenta las tendencias, las mujeres que viven en zonas urbanas reciben menos ingresos y tienen más gastos, lo cual dijo es preocupante porque muestra que hay un doble problema si el Estado no reduce la pobreza y, por el contrario, aumenta la demanda de servicios gratuitos.

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