Martha Anaya / Crónica de Política
Me sumo de entrada a algunos de los comentarios vertidos en las redes sociales frente a las transmisiones que hicieron ESPN y Tv Azteca sobre la balacera que provocó la suspensión del partido entre Santos y Morelia en Torreón: ESPN mostró seriedad y profesionalismo. TV Azteca dejó ver –una vez más– su histerismo y su falta de profesionalismo.
Ambas transmisiones pueden verse en YouTube. Y entre más las compara uno, más notorio es el abismo existente entre los equipos de comentaristas de una y otra televisora y, por supuesto, de las decisiones asumidas por sus respectivos directivos y/o dueños ante un evento como el que se vivió el sábado pasado en el estadio Territorio Santos Modelo.
Comencemos: La transmisión está en vivo en ambos canales. El partido va en el minuto 39 y segundos cuando algunos jugadores comienzan a correr hacia atrás de la portería custodiada por el morelense Federico Bilar; el defensa central Felipe Baloy se tira al piso; y luego el corredero del árbitro y todos los jugadores hacia los vestidores.
En Tv Azteca se preguntan: ¿qué ocurre?, ¡Hay balazos!
Las detonaciones son ya más que perceptibles en ambas transmisiones. Arrecian por momentos. Las cámaras se dirigen hacia las tribunas, la gente está boca abajo; resguardándose. Los locutores de Canal 13, desconcertados, apuntan: “Se siguen escuchando detonaciones”. Y los comentaristas de Tv Azteca se sueltan: ¿Qué es esto? ¿Qué está pasando? Es la situación que estamos pasando en todo el país, ¡qué desagradable!
La voz de Emilio Fernando Alonso, más madura, les pide: hay que guardar la calma muchachos y no se muevan de sus lugares.
Se ve a la gente correr espantada, niños en brazos, hombres y mujeres intentando proteger a los suyos. Los comentaristas de Tv Azteca no paran de hablar, arrecian sus comentarios: ¡Qué desagradable! ¡Qué vergüenza! ¡Es increíble, somos rehenes de la delincuencia en nuestro país! ¿Dónde está la maldita seguridad?
Han transcurrido cuatro minutos. El partido se suspende y Tv Azteca corta la transmisión. Pone de inmediato un programa cómico.
La actitud en ESPN es otra. Se ve la escena cuando jugadores y árbitros echan a correr; se oye subir de tono las detonaciones. Los camarógrafos dirigen sus cámaras hacia la zona de la tribuna por donde creen provienen las detonaciones. Recorren el estadio entero. Los locutores apenas apuntan: “se siguen oyendo los balazos…”
Mantienen escenas y sonido hasta que el campo está ya totalmente vacío y las tribunas también. Entonces, vuelven al estudio, retransmiten aquellos últimos minutos del partido en que se inicia la balacera y dejan correr todo hasta al final, e inician comentarios sobre lo acontecido.
Lo primero que apuntan, en tono sereno, es: “No es culpa de nadie del futbol, es consecuencia de una realidad que encara el país. Lamentable. No tenemos seguridad de si originaron dentro o fuera los disparos. Sólo podemos decir que se suspendió el juego por detonaciones de armas de fuego”.
Se reincorpora a la transmisión Jared Borgetti, quien fue jugador emblemático del Santos y actualmente reside en Torreón. Le piden que, dado que él conoce y vive ahí, trate de explicar un poco lo acontece.
Jared comenta que los balazos ocurrieron fuera del estadio: una camioneta… El estadio tiene bastante seguridad.
-¿Podrías ubicar dónde se encuentra el estadio?-, le piden
-A las afueras de Torreón –explica–, a unos 15 minutos del centro, en la salida a San Pedro, rumbo a Coahuila. (Hacia allá precisamente daba la portería de Bilar)
Borgetti reconoce: Esto va a trascender a nivel mundial… Habíamos tenido balaceras en discos, antros, quintas, en fiestas privadas, ¿pero en un estadio de futbol con veinte mil gentes?, es salirse de todo control.
Mencionan sus compañeros la reacción de la gente, el temor. Borgetti afirma, hace ver que estaban boca abajo. Y cuenta que eso exactamente lo que les enseñaron a su hija en la escuela en un curso por si algo llegase a ocurrir en su centro escolar.
Es más que suficiente para dimensionar lo sucedido. ESPN termina ahí su transmisión.
Me sumo de entrada a algunos de los comentarios vertidos en las redes sociales frente a las transmisiones que hicieron ESPN y Tv Azteca sobre la balacera que provocó la suspensión del partido entre Santos y Morelia en Torreón: ESPN mostró seriedad y profesionalismo. TV Azteca dejó ver –una vez más– su histerismo y su falta de profesionalismo.
Ambas transmisiones pueden verse en YouTube. Y entre más las compara uno, más notorio es el abismo existente entre los equipos de comentaristas de una y otra televisora y, por supuesto, de las decisiones asumidas por sus respectivos directivos y/o dueños ante un evento como el que se vivió el sábado pasado en el estadio Territorio Santos Modelo.
Comencemos: La transmisión está en vivo en ambos canales. El partido va en el minuto 39 y segundos cuando algunos jugadores comienzan a correr hacia atrás de la portería custodiada por el morelense Federico Bilar; el defensa central Felipe Baloy se tira al piso; y luego el corredero del árbitro y todos los jugadores hacia los vestidores.
En Tv Azteca se preguntan: ¿qué ocurre?, ¡Hay balazos!
Las detonaciones son ya más que perceptibles en ambas transmisiones. Arrecian por momentos. Las cámaras se dirigen hacia las tribunas, la gente está boca abajo; resguardándose. Los locutores de Canal 13, desconcertados, apuntan: “Se siguen escuchando detonaciones”. Y los comentaristas de Tv Azteca se sueltan: ¿Qué es esto? ¿Qué está pasando? Es la situación que estamos pasando en todo el país, ¡qué desagradable!
La voz de Emilio Fernando Alonso, más madura, les pide: hay que guardar la calma muchachos y no se muevan de sus lugares.
Se ve a la gente correr espantada, niños en brazos, hombres y mujeres intentando proteger a los suyos. Los comentaristas de Tv Azteca no paran de hablar, arrecian sus comentarios: ¡Qué desagradable! ¡Qué vergüenza! ¡Es increíble, somos rehenes de la delincuencia en nuestro país! ¿Dónde está la maldita seguridad?
Han transcurrido cuatro minutos. El partido se suspende y Tv Azteca corta la transmisión. Pone de inmediato un programa cómico.
La actitud en ESPN es otra. Se ve la escena cuando jugadores y árbitros echan a correr; se oye subir de tono las detonaciones. Los camarógrafos dirigen sus cámaras hacia la zona de la tribuna por donde creen provienen las detonaciones. Recorren el estadio entero. Los locutores apenas apuntan: “se siguen oyendo los balazos…”
Mantienen escenas y sonido hasta que el campo está ya totalmente vacío y las tribunas también. Entonces, vuelven al estudio, retransmiten aquellos últimos minutos del partido en que se inicia la balacera y dejan correr todo hasta al final, e inician comentarios sobre lo acontecido.
Lo primero que apuntan, en tono sereno, es: “No es culpa de nadie del futbol, es consecuencia de una realidad que encara el país. Lamentable. No tenemos seguridad de si originaron dentro o fuera los disparos. Sólo podemos decir que se suspendió el juego por detonaciones de armas de fuego”.
Se reincorpora a la transmisión Jared Borgetti, quien fue jugador emblemático del Santos y actualmente reside en Torreón. Le piden que, dado que él conoce y vive ahí, trate de explicar un poco lo acontece.
Jared comenta que los balazos ocurrieron fuera del estadio: una camioneta… El estadio tiene bastante seguridad.
-¿Podrías ubicar dónde se encuentra el estadio?-, le piden
-A las afueras de Torreón –explica–, a unos 15 minutos del centro, en la salida a San Pedro, rumbo a Coahuila. (Hacia allá precisamente daba la portería de Bilar)
Borgetti reconoce: Esto va a trascender a nivel mundial… Habíamos tenido balaceras en discos, antros, quintas, en fiestas privadas, ¿pero en un estadio de futbol con veinte mil gentes?, es salirse de todo control.
Mencionan sus compañeros la reacción de la gente, el temor. Borgetti afirma, hace ver que estaban boca abajo. Y cuenta que eso exactamente lo que les enseñaron a su hija en la escuela en un curso por si algo llegase a ocurrir en su centro escolar.
Es más que suficiente para dimensionar lo sucedido. ESPN termina ahí su transmisión.
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