Israel Dávila / Corresponsal La Jornada
El Instituto Electoral del Estado de México (IEEM) entregó al priísta Eruviel Ávila Villegas la constancia de mayoría que lo acredita como gobernador electo, durante una sesión donde el Partido de la Revolución Democrática (PRD) advirtió que presentará impugnación y coincidió con el Partido Acción Nacional (PAN) en que faltó un árbitro que garantizara equidad, imparcialidad y certeza en el proceso.
Mientras Ávila Villegas recibía el documento, casi un millar de militantes del Partido del Trabajo (PT) instalados en campamento ante el IEEM exigían la renuncia de los consejeros electorales, a quienes también gritaron culeros y vendidos cuando desplegaron en el acceso a la sede una manta con los resultados de la elección, que no variaron sustancialmente en el recuento, pues el priísta mantuvo casi 64 por ciento, con 3 millones 18 mil 588 votos, y gobernará desde septiembre próximo hasta 2017.
Antes de la entrega de la constancia y la declaratoria de validez de la elección, el IEEM realizó el cómputo final, según el cual el perredista Alejandro Encinas, de la coalición Unidos Podemos Más, obtuvo un millón 20 mil 857 sufragios y el panista Luis Felipe Bravo Mena 598 mil 45. El Tribunal Electoral Estatal anuló 179 casillas de las 17 mil 500 instaladas el 3 de julio, con lo cual la suma se redujo en 43 mil votos.
Tras verificarse los resultados, los miembros del consejo general asentaron que el derecho al sufragio fue garantizado y las campañas transcurrieron en condiciones de equidad: sin embargo, los representantes de PAN y PRD acusaron al IEEM de favorecer al vencedor y aseguraron que las autoridades rompieron el orden constitucional al no actuar ante las violaciones a la ley cometidas por el gobierno estatal, el propio Ávila Villegas y la coalición Unidos por Ti, que formaron los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Verde Ecologista de México (PVEM) y Nueva Alianza (Panal).
No hubo competencia. El signo de los comicios fue la inequidad de un gobierno que se fusionó al PRI, poniendo a su disposición recursos humanos y materiales, infraestructura y programas sociales, dijo el panista Francisco Gárate Chapa. Recordó el episodio que protagonizó Bernardo García Cisneros, presidente de la Junta de Conciliación y Arbitraje del Valle de Toluca, videograbado cuando exigía a beneficiarios de programas oficiales respaldar al PRI, sin que lo sancionara el IEEM.
El común denominador del proceso fue la dádiva para que se sufragara por una opción política, la inequidad que se convirtió en parcialidad y ésta en complacencia y encubrimiento de la autoridad electoral, insistió el panista.
Manuel Camacho Solís, representante de la coalición Unidos Podemos Más –compuesta por PRD, PT y Convergencia– calificó la elección de retroceso para la vida democrática del país, pues hubo excesos en el gasto, actos anticipados de campaña, no se suspendió la propaganda oficial y siempre se buscó utilizar el derecho para justificar la asociación entre gobierno estatal y PRI, todo con la complacencia del IEEM.
Anunció que la coalición impugnará la entrega de la constancia de mayoría ante los tribunales electorales local y federal.
En respuesta, el priísta César Camacho Quiroz, representante de la coalición Unidos Por Ti, pidió a la oposición un poco de autocrítica, no atribuir su derrota a lo que hizo el de enfrente, y vaticinó que el PRI también ganará de forma contundente los comicios de 2012.
Ávila Villegas (acompañado de Cristina Ruiz, secretaria general del PRI, y Mónica Arriola, del Panal: por los líderes estatales de ambos partidos y del PVEM), recibió la constancia tras el debate, y después de reconocer al IEEM su labor imparcial, pidió disposición a todas las fuerzas políticas para construir un acuerdo en beneficio del estado.
El Instituto Electoral del Estado de México (IEEM) entregó al priísta Eruviel Ávila Villegas la constancia de mayoría que lo acredita como gobernador electo, durante una sesión donde el Partido de la Revolución Democrática (PRD) advirtió que presentará impugnación y coincidió con el Partido Acción Nacional (PAN) en que faltó un árbitro que garantizara equidad, imparcialidad y certeza en el proceso.
Mientras Ávila Villegas recibía el documento, casi un millar de militantes del Partido del Trabajo (PT) instalados en campamento ante el IEEM exigían la renuncia de los consejeros electorales, a quienes también gritaron culeros y vendidos cuando desplegaron en el acceso a la sede una manta con los resultados de la elección, que no variaron sustancialmente en el recuento, pues el priísta mantuvo casi 64 por ciento, con 3 millones 18 mil 588 votos, y gobernará desde septiembre próximo hasta 2017.
Antes de la entrega de la constancia y la declaratoria de validez de la elección, el IEEM realizó el cómputo final, según el cual el perredista Alejandro Encinas, de la coalición Unidos Podemos Más, obtuvo un millón 20 mil 857 sufragios y el panista Luis Felipe Bravo Mena 598 mil 45. El Tribunal Electoral Estatal anuló 179 casillas de las 17 mil 500 instaladas el 3 de julio, con lo cual la suma se redujo en 43 mil votos.
Tras verificarse los resultados, los miembros del consejo general asentaron que el derecho al sufragio fue garantizado y las campañas transcurrieron en condiciones de equidad: sin embargo, los representantes de PAN y PRD acusaron al IEEM de favorecer al vencedor y aseguraron que las autoridades rompieron el orden constitucional al no actuar ante las violaciones a la ley cometidas por el gobierno estatal, el propio Ávila Villegas y la coalición Unidos por Ti, que formaron los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Verde Ecologista de México (PVEM) y Nueva Alianza (Panal).
No hubo competencia. El signo de los comicios fue la inequidad de un gobierno que se fusionó al PRI, poniendo a su disposición recursos humanos y materiales, infraestructura y programas sociales, dijo el panista Francisco Gárate Chapa. Recordó el episodio que protagonizó Bernardo García Cisneros, presidente de la Junta de Conciliación y Arbitraje del Valle de Toluca, videograbado cuando exigía a beneficiarios de programas oficiales respaldar al PRI, sin que lo sancionara el IEEM.
El común denominador del proceso fue la dádiva para que se sufragara por una opción política, la inequidad que se convirtió en parcialidad y ésta en complacencia y encubrimiento de la autoridad electoral, insistió el panista.
Manuel Camacho Solís, representante de la coalición Unidos Podemos Más –compuesta por PRD, PT y Convergencia– calificó la elección de retroceso para la vida democrática del país, pues hubo excesos en el gasto, actos anticipados de campaña, no se suspendió la propaganda oficial y siempre se buscó utilizar el derecho para justificar la asociación entre gobierno estatal y PRI, todo con la complacencia del IEEM.
Anunció que la coalición impugnará la entrega de la constancia de mayoría ante los tribunales electorales local y federal.
En respuesta, el priísta César Camacho Quiroz, representante de la coalición Unidos Por Ti, pidió a la oposición un poco de autocrítica, no atribuir su derrota a lo que hizo el de enfrente, y vaticinó que el PRI también ganará de forma contundente los comicios de 2012.
Ávila Villegas (acompañado de Cristina Ruiz, secretaria general del PRI, y Mónica Arriola, del Panal: por los líderes estatales de ambos partidos y del PVEM), recibió la constancia tras el debate, y después de reconocer al IEEM su labor imparcial, pidió disposición a todas las fuerzas políticas para construir un acuerdo en beneficio del estado.
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