José Carreño Figueras
Al margen de lo que suceda en Estados Unidos en torno al escándalo sobre la fallida operación “Rápido y Furioso”, hay dos preguntas pendientes que valdría la pena plantear. Una a ser respondida en Estados Unidos, la otra, en México.
Las revelaciones sobre detalles del operativo en Estados Unidos indican que varios mandos de uno o varios grupos involucrados en el contrabando de armas -de hecho se estima que al menos seis- cooperan como informantes de las agencias de inteligencia estadounidenses.
La técnica no es nueva, al menos en Estados Unidos y aunque en México seguramente es y será mal vista, por decir lo menos, va conforme a los modos de trabajo de la policía estadounidense. Lo que o está claro, y esto es lo importante, sería saber en que forma ayuda a México que algunos jefes delincuentes tengan formas de comunicación con los estadounidenses.
La segunda pregunta es igualmente simple: ¿donde estaban los agentes aduaneros mexicanos?
Al margen de que los estadounidenses se hayan hecho de la “vista gorda” sobre el paso de armas entre Arizona y México, se supone que hay una organización policial mexicana dedicada a combatir el contrabando.
Los agentes del Servicio de Administración Tributaria (SAT) dependen de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y su existencia puede notarse cuando alguien llega a los aeropuertos o puertos de entrada fronterizos -o tal vez si se retrasa en su declaración de impuestos y no es un influyente-. Pero no mucho mas.
De hecho, una investigación hecha en mayo último por Víctor Hugo Michel, de “Milenio”, reveló que entre 2006 y 2011 los aduaneros mexicanos habían confiscado algo así como 1,015 armas.
Claro que quienquiera recorra los “tianguis” puede darse una idea del nivel de eficiencia con que se combate al contrabando en México, aunque hay que consignar que otras dependencias, quizá porque como la Policía Federal y los militares tienen un interés mas directo, han hecho mas confiscaciones específicamente de armas.
Michel indicó que “de agosto de 2009 a junio de 2010, las Unidades Operativas de Investigación de la Policía Federal reportaron haber decomisado 537 armas largas”, o sea casi el 60 por ciento de todas las que han sido detenidas por el SAT en cinco veces más de tiempo.
La Secretaría de Defensa Nacional ha decomisado 163 mil armas desde el inicio del sexenio.
Pero claro, la vigilancia del SAT se limita a las zonas pavimentadas y a los causantes cautivos…
Al margen de lo que suceda en Estados Unidos en torno al escándalo sobre la fallida operación “Rápido y Furioso”, hay dos preguntas pendientes que valdría la pena plantear. Una a ser respondida en Estados Unidos, la otra, en México.
Las revelaciones sobre detalles del operativo en Estados Unidos indican que varios mandos de uno o varios grupos involucrados en el contrabando de armas -de hecho se estima que al menos seis- cooperan como informantes de las agencias de inteligencia estadounidenses.
La técnica no es nueva, al menos en Estados Unidos y aunque en México seguramente es y será mal vista, por decir lo menos, va conforme a los modos de trabajo de la policía estadounidense. Lo que o está claro, y esto es lo importante, sería saber en que forma ayuda a México que algunos jefes delincuentes tengan formas de comunicación con los estadounidenses.
La segunda pregunta es igualmente simple: ¿donde estaban los agentes aduaneros mexicanos?
Al margen de que los estadounidenses se hayan hecho de la “vista gorda” sobre el paso de armas entre Arizona y México, se supone que hay una organización policial mexicana dedicada a combatir el contrabando.
Los agentes del Servicio de Administración Tributaria (SAT) dependen de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y su existencia puede notarse cuando alguien llega a los aeropuertos o puertos de entrada fronterizos -o tal vez si se retrasa en su declaración de impuestos y no es un influyente-. Pero no mucho mas.
De hecho, una investigación hecha en mayo último por Víctor Hugo Michel, de “Milenio”, reveló que entre 2006 y 2011 los aduaneros mexicanos habían confiscado algo así como 1,015 armas.
Claro que quienquiera recorra los “tianguis” puede darse una idea del nivel de eficiencia con que se combate al contrabando en México, aunque hay que consignar que otras dependencias, quizá porque como la Policía Federal y los militares tienen un interés mas directo, han hecho mas confiscaciones específicamente de armas.
Michel indicó que “de agosto de 2009 a junio de 2010, las Unidades Operativas de Investigación de la Policía Federal reportaron haber decomisado 537 armas largas”, o sea casi el 60 por ciento de todas las que han sido detenidas por el SAT en cinco veces más de tiempo.
La Secretaría de Defensa Nacional ha decomisado 163 mil armas desde el inicio del sexenio.
Pero claro, la vigilancia del SAT se limita a las zonas pavimentadas y a los causantes cautivos…
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