Eduardo Ferrer / La Jornada Michoacán
El temor se apoderó nuevamente de los morelianos. El robo a mano armada de una joyería del concurrido centro comercial Plaza Las Américas, y el posterior arribo y movilización de elementos del Ejército Mexicano y de las policías estatal y Federal, provocaron escenas de histeria colectiva y pánico en las personas que se encontraban en el complejo, quienes fueron encerradas en los locales por más de una hora.
Los hechos ocurrieron alrededor de las 12:50 horas de este domingo, cuando siete asaltantes que portaban armas de grueso calibre irrumpieron en la plaza y de inmediato ingresaron a la joyería Mallor, donde amagaron y golpearon a los guardias de seguridad para someterlos.
Los sujetos rompieron varias vitrinas del comercio y sustrajeron joyas y relojes de las marcas Cartier y Rolex. Después se dieron a la fuga en una camioneta Honda modelo CRV, color blanca y sin placas.
En menos de 10 minutos la plaza se convirtió en un hervidero de miedo y rumores. Cientos de clientes y empleados fueron encerrados en los locales comerciales y desde los aparadores observaron cómo unos 20 soldados y más de 50 policías recorrían los pasillos del complejo.
Sin la certeza de lo que había ocurrido, las personas comenzaron a comunicarse por celular y a subir información errónea a las redes sociales. El operativo castrense y policiaco fue, para la mayoría, un indicio de que se había desatado una balacera dentro de la plaza. Otros intuyeron un atentado, mientras algunos más afirmaron que los asaltantes permanecían escondidos en una tienda departamental y que el choque con soldados y federales era inminente. Incluso, las empleadas de una tienda de ropa informaron a su jefe que había personas bañadas en sangre.
Afuera, decenas de vehículos tanto del Ejército como de la policía rodearon la plaza. Un soldado que vigilaba el acceso principal exigió a las personas que se acercaron a observar que se alejaran, porque era posible que desde avenida Camelinas un grupo armado abriera fuego.
A pesar de lo aparatoso del operativo, decenas de reporteros y fotógrafos lograron ingresar a la plaza por una de las entradas al estacionamiento.
El temor y los rumores se dejaron sentir por más de una hora. Poco después de las 13:30, el personal de seguridad de la plaza comenzó a desalojar el complejo. Decenas de personas salieron a la calle llorando y sin saber bien a bien lo que había ocurrido. A las 14 horas, el centro reabrió, aunque los gerentes de varios negocios prefirieron dar el día libre a sus empleados.
Finalmente, por la tarde, la procuraduría estatal informó que ya se realizaban las primeras indagatorias para el esclarecimiento del robo. Los guardias de seguridad que resultaron heridos en la cabeza fueron atendidos por paramédicos de la plaza. De los asaltantes, hasta el cierre de esta edición se desconocía su paradero. El monto de lo robado no fue dado a conocer.
El temor se apoderó nuevamente de los morelianos. El robo a mano armada de una joyería del concurrido centro comercial Plaza Las Américas, y el posterior arribo y movilización de elementos del Ejército Mexicano y de las policías estatal y Federal, provocaron escenas de histeria colectiva y pánico en las personas que se encontraban en el complejo, quienes fueron encerradas en los locales por más de una hora.
Los hechos ocurrieron alrededor de las 12:50 horas de este domingo, cuando siete asaltantes que portaban armas de grueso calibre irrumpieron en la plaza y de inmediato ingresaron a la joyería Mallor, donde amagaron y golpearon a los guardias de seguridad para someterlos.
Los sujetos rompieron varias vitrinas del comercio y sustrajeron joyas y relojes de las marcas Cartier y Rolex. Después se dieron a la fuga en una camioneta Honda modelo CRV, color blanca y sin placas.
En menos de 10 minutos la plaza se convirtió en un hervidero de miedo y rumores. Cientos de clientes y empleados fueron encerrados en los locales comerciales y desde los aparadores observaron cómo unos 20 soldados y más de 50 policías recorrían los pasillos del complejo.
Sin la certeza de lo que había ocurrido, las personas comenzaron a comunicarse por celular y a subir información errónea a las redes sociales. El operativo castrense y policiaco fue, para la mayoría, un indicio de que se había desatado una balacera dentro de la plaza. Otros intuyeron un atentado, mientras algunos más afirmaron que los asaltantes permanecían escondidos en una tienda departamental y que el choque con soldados y federales era inminente. Incluso, las empleadas de una tienda de ropa informaron a su jefe que había personas bañadas en sangre.
Afuera, decenas de vehículos tanto del Ejército como de la policía rodearon la plaza. Un soldado que vigilaba el acceso principal exigió a las personas que se acercaron a observar que se alejaran, porque era posible que desde avenida Camelinas un grupo armado abriera fuego.
A pesar de lo aparatoso del operativo, decenas de reporteros y fotógrafos lograron ingresar a la plaza por una de las entradas al estacionamiento.
El temor y los rumores se dejaron sentir por más de una hora. Poco después de las 13:30, el personal de seguridad de la plaza comenzó a desalojar el complejo. Decenas de personas salieron a la calle llorando y sin saber bien a bien lo que había ocurrido. A las 14 horas, el centro reabrió, aunque los gerentes de varios negocios prefirieron dar el día libre a sus empleados.
Finalmente, por la tarde, la procuraduría estatal informó que ya se realizaban las primeras indagatorias para el esclarecimiento del robo. Los guardias de seguridad que resultaron heridos en la cabeza fueron atendidos por paramédicos de la plaza. De los asaltantes, hasta el cierre de esta edición se desconocía su paradero. El monto de lo robado no fue dado a conocer.
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