Apro
La Agencia Federal Antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) admitió que tuvo participación indirecta en el frustrado operativo “Rápido y Furioso”, mediante el cual la Oficina para el Control del Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (ATF) alentó y permitió el ingreso ilegal a México de más de 2 mil 500 armas de alto poder.
Cinco meses después de que estalló el escándalo, la DEA es la primera agencia federal, ajena a la ATF, que acepta haber participado en la fallida operación.
En una carta enviada al presidente del Comité de Supervisión Gubernamental de la Cámara de Representantes, Darrell Issa, la administradora general de la DEA, Michele Leonhart, aclaró que los agentes que participaron en la fallida operación no tuvieron nada que ver en las decisiones operativas del proyecto.
De acuerdo con la carta que fue divulgada hoy por el diario Los Angeles Times, agentes antinarcóticos destacamentados en El Paso, Texas realizaron distintas labores de vigilancia, órdenes de búsqueda y rastreo de números telefónicos e interrogatorios, entre otras.
El pasado 6 de julio, Issa reveló que los contrabandistas que eran rastreados por la ATF eran informantes pagados de la DEA y del FBI. Asimismo, el director en funciones de la Oficina para el Control de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego, Kenneth Melson, denunció ante congresistas estadunidenses que agentes del FBI y de la DEA le ocultaron su participación directa en este esquema ilegal de tráfico de armas hacia México.
El presidente Barack Obama y el fiscal general, Eric Holder, han asegurado que no fueron informados sobre el operativo, y adivirtieron que se castigará a los responsables del fracaso plan.
“La division de la DEA en El Paso respondió a una llamada en marzo del 2010 para asistir a la ATF en una operación de vigilancia como parte del operativo ‘Rápido y Furioso’”, aseguró Leonhart en su carta enviada a Issa.
Los agentes de la DEA ayudaron a recolectar evidencia en los casos de trasiego de armas en Phoenix y El Paso, además de cooperar en el único encauzamiento judicial emanado de la operación, que incluyó acusaciones contra 20 personas.
La Agencia Federal Antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) admitió que tuvo participación indirecta en el frustrado operativo “Rápido y Furioso”, mediante el cual la Oficina para el Control del Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (ATF) alentó y permitió el ingreso ilegal a México de más de 2 mil 500 armas de alto poder.
Cinco meses después de que estalló el escándalo, la DEA es la primera agencia federal, ajena a la ATF, que acepta haber participado en la fallida operación.
En una carta enviada al presidente del Comité de Supervisión Gubernamental de la Cámara de Representantes, Darrell Issa, la administradora general de la DEA, Michele Leonhart, aclaró que los agentes que participaron en la fallida operación no tuvieron nada que ver en las decisiones operativas del proyecto.
De acuerdo con la carta que fue divulgada hoy por el diario Los Angeles Times, agentes antinarcóticos destacamentados en El Paso, Texas realizaron distintas labores de vigilancia, órdenes de búsqueda y rastreo de números telefónicos e interrogatorios, entre otras.
El pasado 6 de julio, Issa reveló que los contrabandistas que eran rastreados por la ATF eran informantes pagados de la DEA y del FBI. Asimismo, el director en funciones de la Oficina para el Control de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego, Kenneth Melson, denunció ante congresistas estadunidenses que agentes del FBI y de la DEA le ocultaron su participación directa en este esquema ilegal de tráfico de armas hacia México.
El presidente Barack Obama y el fiscal general, Eric Holder, han asegurado que no fueron informados sobre el operativo, y adivirtieron que se castigará a los responsables del fracaso plan.
“La division de la DEA en El Paso respondió a una llamada en marzo del 2010 para asistir a la ATF en una operación de vigilancia como parte del operativo ‘Rápido y Furioso’”, aseguró Leonhart en su carta enviada a Issa.
Los agentes de la DEA ayudaron a recolectar evidencia en los casos de trasiego de armas en Phoenix y El Paso, además de cooperar en el único encauzamiento judicial emanado de la operación, que incluyó acusaciones contra 20 personas.
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