Enrique Mendoza y Adela Navarro
Hasta junio de 2011, a la administración del presidente Felipe Calderón se le conocía como “el sexenio de los 40 mil muertos”. (…) La cifra ya fue rebasada por mucho. A partir de julio de 2011 éste es “el sexenio de los 50 mil muertos”… hasta el momento.
Tomando en cuenta las tarjetas informativas de las fiscalías estatales y la federal y de las secretarías de Seguridad Pública estatales y federal, en cuatro años y medio (…) Zeta ha documentado por lo menos 50 mil 490 asesinatos relacionados con el crimen organizado; la cantidad incluye lo que el gobierno federal clasifica como “ejecuciones”, “enfrentamientos” y “homicidios-agresiones”:
En 2006, 62 muertes relacionadas con el crimen organizado nada más en diciembre; (…) en 2007 sumaron 2 mil 826. Fueron 6 mil 837 en 2008; 11 mil 753 un año después, 19 mil 546 en 2010 y 9 mil 466 en lo que va de este año.
De acuerdo con la Comisión de Seguridad Pública de la Cámara de Diputados en la anterior legislatura, de 2001 a 2006 se registraron 8 mil 780 ejecuciones. En cuatro años y medio del sexenio del presidente Felipe Calderón los asesinatos relacionados con el crimen organizado aumentaron 575% en relación con la administración de Vicente Fox.
Además, de los 74 mil 551 homicidios dolosos ocurridos durante el sexenio foxista, 8 mil 780 corresponden a ejecuciones relacionadas con el crimen organizado. 11.7 de cada 100 homicidios dolosos durante la gestión de Fox estaban relacionados con el narcotráfico. En la administración de Felipe Calderón, de 70 mil 107 homicidios dolosos ocurridos entre diciembre de 2006 y mayo de 2011, 72% corresponde a asesinatos relacionados con el crimen organizado. (…)
Los “otros” muertos
No todos los homicidios dolosos son ejecuciones; éstas son definidas por el gobierno federal por su “presunta relación con el crimen organizado”. (…) De los 19 mil 546 homicidios dolosos ocurridos en 2010, el gobierno federal (…) reconoció el 12 de enero de 2011 la cantidad de 15 mil 273 “ejecuciones” clasificadas oficialmente como relacionadas con el crimen organizado.
De acuerdo con la SSP federal, las 15 mil 273 “ejecuciones” corresponden a homicidios dolosos cometidos con arma de fuego, arma blanca o, como dice un tercer renglón, “sin datos”.
Pero hay una cuarta categoría de homicidios dolosos denominada por la Secretaría de Seguridad Pública como “otros”.
En una especie de “fosa común” en las estadísticas oficiales, en la clasificación “otros” homicidios dolosos, se encuentran apilados los que no fueron asesinados por arma de fuego ni arma blanca. En este rubro se sumaron 4 mil 674 nada más en 2010.
En 2009 hubo 3 mil 946 “otros” muertos; 3 mil 487 en 2008; 4 mil 202 en 2007; 271 en diciembre de 2006 y 2 mil 253 hasta mayo de 2011. Por si fuera poco, en la categoría de homicidios dolosos “sin datos”, de acuerdo con la SSP federal hasta los primeros cinco meses suman 459; en 2010, mil 271; en 2009, mil 43; en 2008, 2 mil 302, y en 2007 sumaron 743.
En total, los “otros” muertos suman en cuatro años y medio del actual sexenio 18 mil 833, y en el apartado de homicidios dolosos “sin datos”, la cantidad es de 5 mil 818. En pocas palabras, por lo menos 24 mil 651 muertos clasificados como “otros” y “sin datos” no son tomados en cuenta en las estadísticas del gobierno relacionados con el crimen organizado.
–En cuanto a las cuatro categorías de homicidios dolosos (por arma de fuego, arma blanca, “otros” y “sin datos”), ¿en cuál de estas clasificaciones entran los decapitados, desenterrados de fosas comunes, enteipados, encajuelados, desmembrados, estrangulados, colgados e incinerados? –preguntó Zeta a un funcionario del Sistema Nacional de Información (SIN), quien pidió el anonimato.
–Justamente en “otros”. O sea, si es un decapitado, pues obviamente en “otros”, porque no está la categoría de decapitados. Tampoco hay un apartado que diga “ejecuciones”, “decapitados”, que estén específicamente y que tú digas: “Bueno, ¿dónde está el descuartizado que encontraron hace dos semanas?”. A lo mejor lo reportan (las procuradurías estatales) sencillamente como un homicidio y es “sin datos”.
Un ejemplo de cómo el gobierno federal ha sido rebasado en cuanto al registro de ejecuciones está en Chihuahua: el 14 de marzo pasado la Procuraduría General de Justicia de aquel estado reportó 7 mil 209 homicidios, pero sólo informó a la SSP federal sobre 4 mil 233, de los cuales 3 mil 806 fueron clasificados como dolosos y 427 como culposos. Es decir, que por lo menos 2 mil 976 asesinatos no fueron reportados.
–Ahí entra la cuestión de las procuradurías (estatales), que a lo mejor quieren dar alguna otra imagen y que a lo mejor no te reportan los cinco encajuelados que encontraron hace tres semanas –dice a Zeta el funcionario del SIN.
De los 50 mil 490 homicidios dolosos relacionados con el crimen organizado documentados por Zeta en los cuatro años y medio del sexenio de Calderón, 30 mil 740 sucedieron nada más en ocho estados del norte de México:
En Chihuahua, 11 mil 264; en Sinaloa, 6 mil 55; en Baja California, 3 mil 702; 2 mil 800, en Durango; 2 mil 43, en Nuevo León; en Tamaulipas, mil 964; en Sonora, mil 876, y mil 36, en Coahuila.
La guerra que mantiene el gobierno federal contra el crimen organizado y la que sostiene el cártel de Sinaloa contra otras organizaciones criminales han arrojado 30 mil 740 ejecuciones, tomando en cuenta que según la Procuraduría General de la República en los estados norteños El Chapo Guzmán disputa toda la frontera a organizaciones como el cártel de los Arellano Félix en Baja California, el de los Beltrán Leyva en Sinaloa, el de Juárez en Chihuahua y el del Golfo y Los Zetas en Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila y Durango.
Una zona cruenta en la frontera de México con Estados Unidos es Nuevo León y Tamaulipas: cielo, tierra y mar significan la plaza perfecta para el trasiego de droga a Estados Unidos y es harto codiciada por diversas organizaciones delictivas, entre ellas el cártel del Golfo y Los Zetas. En esos dos estados en los últimos cuatro años y medio han sucedido por lo menos 4 mil 7 ejecuciones.
De acuerdo con el Informe PGR de 2010 sobre delincuencia organizada, “originalmente Los Zetas eran el grupo armado del cártel del Golfo; sin embargo, en diciembre de 2009 rompieron con sus aliados por diferencias en el control de los mercados y rutas. A partir de enero de 2010 se han enfrentado en Tamaulipas y Nuevo León, lo que explica el incremento de la violencia en estos estados”.
–¿Cómo se da esa separación de Los Zetas del cártel del Golfo y empiezan ustedes (Los Zetas) a operar? –preguntó la Policía Federal a Jesús Enrique Rejón Aguilar, El Mamito, uno de los líderes y fundador de Los Zetas aprehendido el martes 5.
–Ellos (los integrantes del cártel del Golfo) empiezan, se juntan con los cárteles de La Familia Michoacana, con El Mayo Zambada, con El Chapo Guzmán, con los de Jalisco; ellos hacen su alianza y para cuando se hace la ruptura nos empiezan a matar gente; ya estaban organizados y ahí es donde se separan los dos grupos… se hacen golfos o zetas.
La confluencia de los estados de Chihuahua, Sinaloa y Durango, conocida como El Triángulo Dorado, es el “narcoparaíso” de El Chapo Guzmán, parcela fértil para el cultivo de mariguana y amapola y, sobre todo, el corredor idóneo para el trasiego de droga hacia Estados Unidos.
Nada más en esos tres estados en los últimos cuatro años y medio se concentran 20 mil 119 ejecuciones de las 50 mil 490 documentadas: 11 mil 264 en Chihuahua, 6 mil 55 en Sinaloa y 2 mil 800 en Durango.
“Bajas colaterales”
Empresarios, defensores de los derechos humanos, activistas, secuestrados, estudiantes, niños, periodistas y muchos otros civiles forman parte de la larga lista de asesinatos cometidos en medio de la violencia en el país.
En la memoria de los mexicanos están los civiles muertos “por estar en el lugar equivocado”; por protestar, como la activista Marisela Escobedo en Chihuahua; los más de 70 cuerpos exhumados de las narcofosas en Nuevo León en 2010; los 72 migrantes asesinados en San Fernando, Tamaulipas, en 2010, y en 2011, 193 cuerpos exhumados también en San Fernando; las 251 personas desenterradas de diversas narcofosas de Durango; los 11 empresarios asesinados en 2010 y 8 en lo que va de 2011, las matanzas de adolescentes mientras se encuentran en fiestas, como en Ciudad Juárez; los 60 periodistas asesinados en el actual sexenio. La lista de víctimas civiles no tiene fin…
No hay estadísticas oficiales de cuántos civiles han sido asesinados en el sexenio. Ante la falta de investigación federal, la especulación del gobierno se ha convertido en oficial: “90% de bajas está en la delincuencia organizada. Sólo 10% de esas bajas son de las instituciones y de blancos civiles”, diría Gobernación en abril de 2010.
Si desde diciembre de 2006 hasta los primeros cinco meses de 2011 Zeta ha documentado 50 mil 490 ejecuciones a lo largo y ancho del país, 10% de bajas de las instituciones y blancos civiles serían 5 mil 490. En todo caso lo que invita a la especulación es la ausencia de investigación por parte del gobierno federal para determinar con exactitud las estadísticas. l
* El presente texto fue publicado en la edición más reciente (de la semana del 5 al 14 de julio de 2011) del semanario tijuanense Zeta con el título En la administración de Felipe Calderón y producto del crimen organizado: 50 mil ejecuciones. Proceso reproduce aquí las partes medulares del reportaje. Del cierre de edición de Zeta al viernes 15, las cifras de muertos
Hasta junio de 2011, a la administración del presidente Felipe Calderón se le conocía como “el sexenio de los 40 mil muertos”. (…) La cifra ya fue rebasada por mucho. A partir de julio de 2011 éste es “el sexenio de los 50 mil muertos”… hasta el momento.
Tomando en cuenta las tarjetas informativas de las fiscalías estatales y la federal y de las secretarías de Seguridad Pública estatales y federal, en cuatro años y medio (…) Zeta ha documentado por lo menos 50 mil 490 asesinatos relacionados con el crimen organizado; la cantidad incluye lo que el gobierno federal clasifica como “ejecuciones”, “enfrentamientos” y “homicidios-agresiones”:
En 2006, 62 muertes relacionadas con el crimen organizado nada más en diciembre; (…) en 2007 sumaron 2 mil 826. Fueron 6 mil 837 en 2008; 11 mil 753 un año después, 19 mil 546 en 2010 y 9 mil 466 en lo que va de este año.
De acuerdo con la Comisión de Seguridad Pública de la Cámara de Diputados en la anterior legislatura, de 2001 a 2006 se registraron 8 mil 780 ejecuciones. En cuatro años y medio del sexenio del presidente Felipe Calderón los asesinatos relacionados con el crimen organizado aumentaron 575% en relación con la administración de Vicente Fox.
Además, de los 74 mil 551 homicidios dolosos ocurridos durante el sexenio foxista, 8 mil 780 corresponden a ejecuciones relacionadas con el crimen organizado. 11.7 de cada 100 homicidios dolosos durante la gestión de Fox estaban relacionados con el narcotráfico. En la administración de Felipe Calderón, de 70 mil 107 homicidios dolosos ocurridos entre diciembre de 2006 y mayo de 2011, 72% corresponde a asesinatos relacionados con el crimen organizado. (…)
Los “otros” muertos
No todos los homicidios dolosos son ejecuciones; éstas son definidas por el gobierno federal por su “presunta relación con el crimen organizado”. (…) De los 19 mil 546 homicidios dolosos ocurridos en 2010, el gobierno federal (…) reconoció el 12 de enero de 2011 la cantidad de 15 mil 273 “ejecuciones” clasificadas oficialmente como relacionadas con el crimen organizado.
De acuerdo con la SSP federal, las 15 mil 273 “ejecuciones” corresponden a homicidios dolosos cometidos con arma de fuego, arma blanca o, como dice un tercer renglón, “sin datos”.
Pero hay una cuarta categoría de homicidios dolosos denominada por la Secretaría de Seguridad Pública como “otros”.
En una especie de “fosa común” en las estadísticas oficiales, en la clasificación “otros” homicidios dolosos, se encuentran apilados los que no fueron asesinados por arma de fuego ni arma blanca. En este rubro se sumaron 4 mil 674 nada más en 2010.
En 2009 hubo 3 mil 946 “otros” muertos; 3 mil 487 en 2008; 4 mil 202 en 2007; 271 en diciembre de 2006 y 2 mil 253 hasta mayo de 2011. Por si fuera poco, en la categoría de homicidios dolosos “sin datos”, de acuerdo con la SSP federal hasta los primeros cinco meses suman 459; en 2010, mil 271; en 2009, mil 43; en 2008, 2 mil 302, y en 2007 sumaron 743.
En total, los “otros” muertos suman en cuatro años y medio del actual sexenio 18 mil 833, y en el apartado de homicidios dolosos “sin datos”, la cantidad es de 5 mil 818. En pocas palabras, por lo menos 24 mil 651 muertos clasificados como “otros” y “sin datos” no son tomados en cuenta en las estadísticas del gobierno relacionados con el crimen organizado.
–En cuanto a las cuatro categorías de homicidios dolosos (por arma de fuego, arma blanca, “otros” y “sin datos”), ¿en cuál de estas clasificaciones entran los decapitados, desenterrados de fosas comunes, enteipados, encajuelados, desmembrados, estrangulados, colgados e incinerados? –preguntó Zeta a un funcionario del Sistema Nacional de Información (SIN), quien pidió el anonimato.
–Justamente en “otros”. O sea, si es un decapitado, pues obviamente en “otros”, porque no está la categoría de decapitados. Tampoco hay un apartado que diga “ejecuciones”, “decapitados”, que estén específicamente y que tú digas: “Bueno, ¿dónde está el descuartizado que encontraron hace dos semanas?”. A lo mejor lo reportan (las procuradurías estatales) sencillamente como un homicidio y es “sin datos”.
Un ejemplo de cómo el gobierno federal ha sido rebasado en cuanto al registro de ejecuciones está en Chihuahua: el 14 de marzo pasado la Procuraduría General de Justicia de aquel estado reportó 7 mil 209 homicidios, pero sólo informó a la SSP federal sobre 4 mil 233, de los cuales 3 mil 806 fueron clasificados como dolosos y 427 como culposos. Es decir, que por lo menos 2 mil 976 asesinatos no fueron reportados.
–Ahí entra la cuestión de las procuradurías (estatales), que a lo mejor quieren dar alguna otra imagen y que a lo mejor no te reportan los cinco encajuelados que encontraron hace tres semanas –dice a Zeta el funcionario del SIN.
De los 50 mil 490 homicidios dolosos relacionados con el crimen organizado documentados por Zeta en los cuatro años y medio del sexenio de Calderón, 30 mil 740 sucedieron nada más en ocho estados del norte de México:
En Chihuahua, 11 mil 264; en Sinaloa, 6 mil 55; en Baja California, 3 mil 702; 2 mil 800, en Durango; 2 mil 43, en Nuevo León; en Tamaulipas, mil 964; en Sonora, mil 876, y mil 36, en Coahuila.
La guerra que mantiene el gobierno federal contra el crimen organizado y la que sostiene el cártel de Sinaloa contra otras organizaciones criminales han arrojado 30 mil 740 ejecuciones, tomando en cuenta que según la Procuraduría General de la República en los estados norteños El Chapo Guzmán disputa toda la frontera a organizaciones como el cártel de los Arellano Félix en Baja California, el de los Beltrán Leyva en Sinaloa, el de Juárez en Chihuahua y el del Golfo y Los Zetas en Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila y Durango.
Una zona cruenta en la frontera de México con Estados Unidos es Nuevo León y Tamaulipas: cielo, tierra y mar significan la plaza perfecta para el trasiego de droga a Estados Unidos y es harto codiciada por diversas organizaciones delictivas, entre ellas el cártel del Golfo y Los Zetas. En esos dos estados en los últimos cuatro años y medio han sucedido por lo menos 4 mil 7 ejecuciones.
De acuerdo con el Informe PGR de 2010 sobre delincuencia organizada, “originalmente Los Zetas eran el grupo armado del cártel del Golfo; sin embargo, en diciembre de 2009 rompieron con sus aliados por diferencias en el control de los mercados y rutas. A partir de enero de 2010 se han enfrentado en Tamaulipas y Nuevo León, lo que explica el incremento de la violencia en estos estados”.
–¿Cómo se da esa separación de Los Zetas del cártel del Golfo y empiezan ustedes (Los Zetas) a operar? –preguntó la Policía Federal a Jesús Enrique Rejón Aguilar, El Mamito, uno de los líderes y fundador de Los Zetas aprehendido el martes 5.
–Ellos (los integrantes del cártel del Golfo) empiezan, se juntan con los cárteles de La Familia Michoacana, con El Mayo Zambada, con El Chapo Guzmán, con los de Jalisco; ellos hacen su alianza y para cuando se hace la ruptura nos empiezan a matar gente; ya estaban organizados y ahí es donde se separan los dos grupos… se hacen golfos o zetas.
La confluencia de los estados de Chihuahua, Sinaloa y Durango, conocida como El Triángulo Dorado, es el “narcoparaíso” de El Chapo Guzmán, parcela fértil para el cultivo de mariguana y amapola y, sobre todo, el corredor idóneo para el trasiego de droga hacia Estados Unidos.
Nada más en esos tres estados en los últimos cuatro años y medio se concentran 20 mil 119 ejecuciones de las 50 mil 490 documentadas: 11 mil 264 en Chihuahua, 6 mil 55 en Sinaloa y 2 mil 800 en Durango.
“Bajas colaterales”
Empresarios, defensores de los derechos humanos, activistas, secuestrados, estudiantes, niños, periodistas y muchos otros civiles forman parte de la larga lista de asesinatos cometidos en medio de la violencia en el país.
En la memoria de los mexicanos están los civiles muertos “por estar en el lugar equivocado”; por protestar, como la activista Marisela Escobedo en Chihuahua; los más de 70 cuerpos exhumados de las narcofosas en Nuevo León en 2010; los 72 migrantes asesinados en San Fernando, Tamaulipas, en 2010, y en 2011, 193 cuerpos exhumados también en San Fernando; las 251 personas desenterradas de diversas narcofosas de Durango; los 11 empresarios asesinados en 2010 y 8 en lo que va de 2011, las matanzas de adolescentes mientras se encuentran en fiestas, como en Ciudad Juárez; los 60 periodistas asesinados en el actual sexenio. La lista de víctimas civiles no tiene fin…
No hay estadísticas oficiales de cuántos civiles han sido asesinados en el sexenio. Ante la falta de investigación federal, la especulación del gobierno se ha convertido en oficial: “90% de bajas está en la delincuencia organizada. Sólo 10% de esas bajas son de las instituciones y de blancos civiles”, diría Gobernación en abril de 2010.
Si desde diciembre de 2006 hasta los primeros cinco meses de 2011 Zeta ha documentado 50 mil 490 ejecuciones a lo largo y ancho del país, 10% de bajas de las instituciones y blancos civiles serían 5 mil 490. En todo caso lo que invita a la especulación es la ausencia de investigación por parte del gobierno federal para determinar con exactitud las estadísticas. l
* El presente texto fue publicado en la edición más reciente (de la semana del 5 al 14 de julio de 2011) del semanario tijuanense Zeta con el título En la administración de Felipe Calderón y producto del crimen organizado: 50 mil ejecuciones. Proceso reproduce aquí las partes medulares del reportaje. Del cierre de edición de Zeta al viernes 15, las cifras de muertos
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