¿Un embajador rehén de “Rápido y Furioso”?

José Carreño Figueras

El nombramiento de Earl Anthony Wayne como embajador de Estados Unidos en México tiene un solo obstáculo: la Operación “Rápido y Furioso”.

Wayne, un prestigioso diplomático de carrera, no tiene ninguna relación con la fallida operación de la Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (BATF) pero su proceso de confirmación en el Senado estadounidense sí, al menos por ahora. Mas aún, Wayne ya ha pasado antes por el proceso y por tanto no debería haber problema para su nombramiento.

El escándalo alrededor del caso va en crecimiento, si no en términos de atención pública si en cuanto a los políticos, y las acusaciones de que el Departamento de Justicia o personas en él bloquean la investigación del Congreso reflejan en buena medida los intereses políticos alrededor del problema.

El Departamento de Justicia realiza desde hace meses una investigación en torno al caso, pero el senador Charles Grassley y el diputado Darrell Issa, los republicanos que encabezan la indagación legislativa, han señalado tanto su desconfianza en la pesquisa oficial como su impresión de que ha una conspiración gubernamental para ocultar la verdad.

En ese sentido cobra actualidad una advertencia hecha hace semanas por Grassley, de que bloquearía la confirmación de cualesquier funcionario del gobierno del presidente Barack Obama hasta que el Departamento de Justicia responda satisfactoriamente a sus preguntas.

Pero por ley, el Departamento en cuestión no puede dar muchas respuestas sino hasta que su propia investigación haya concluido.

Teóricamente, el campo está despejado para que el gobierno Obama haga el nombramiento de Wayne como embajador en México y el Comité de Relaciones Exteriores del Senado recomienda su confirmación y la Cámara alta, dominada por los demócratas, confirmen el nombramiento.

La realidad sin embargo es que de acuerdo con el reglamento y los usos del Senado, cualquier senador está en capacidad de poner en suspensión cualquier confirmación. Grassley no es miembro del Comité de Relaciones Exteriores, pero no necesita serlo.

Los meses del verano serían ideales para una audiencia de confirmación, pero el Senado estará en receso durante el mes de agosto y no regresará sino hasta los primeros días de septiembre.

Es posible que ese tiempo sea suficiente y que para el reinicio de las sesiones legislativas la investigación gubernamental sobre “Rápido y Furioso” haya terminado -al gobierno Obama le conviene concluir el caso antes de que se transforme en un verdadero escándalo- pero los republicanos parecen convencidos de que tienen mucho que ganar.

El Departamento de Estado puede enviar la nominación de Wayne para confirmación en cualquier momento, y si todas las cosas se alinean correctamente, el nuevo embajador estadounidense estará aquí para Octubre. Pero la acrimonia entre los dos partidos políticos estadounidenses puede ser un obstáculo importante…

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