Martha Anaya / Crónica de Política
El Presidente Felipe Calderón no luce nada contento ante el Presidente de la Suprema Corte de Justicia, Juan Silva Meza. Más bien se le nota compungido, si no es que tenso o molesto, las manos bajo le mesa y la mirada a tres cuartos. Es su interlocutor quien tiene la palabra y le mira directo a los ojos. Así se les ve en la fotografía que se publica en el mismísimo sitio de internet de la Presidencia de la República, única imagen que aparece del encuentro privado que sostuvieron ayer por la mañana ambos personajes en los Pinos.
Elocuente imagen de los máximos representantes de los poderes Ejecutivo y Judicial, dado lo ocurrido en las últimas semanas, particularmente durante el Diálogo que sostuvo calderón con el poeta Javier Sicilia en el Castillo de Chapultepec.
Fue ahí, el pasado 23 de junio, que el Presidente de la República –al tocar el tema de Jorge Hank Rohn– se refirió a la corrupción en el poder judicial, que habló de la “cantaleta” de los jueces sobre papeles que no tienen ningún valor probatorio y donde claramente acusó: “Pero yo sé que están en la nómina, yo sé cuánto reciben”.No se quedó ahí. Calderón todavía agregó ante las víctimas de la violencia:
“He sabido, por ejemplo, de jueces que han recibido dinero o que dialogan con criminales, y que liberan a criminales, pero mientras yo no tenga una prueba, o la procuradora no tenga una prueba, ese juez es juez, y ese ciudadano es ciudadano, y es además, es inocente”.
Esas acusaciones calaron hondo en el medio judicial. No pocos jueces y ministros demandaron a Silva Meza, una respuesta a tales acusaciones al Primer Mandatario.
El presidente de la SCJN y del Consejo de la Judicatura aguardó la ocasión oportuna para ello. Y ayer se dio.
Silva Meza sacó el tema a colación y le explicó al Presidente que Poder Judicial de la Federación “cuenta con estrictos mecanismos de vigilancia y de disciplina para garantizar una justicia efectiva, confiable y transparente”.
(Como quien dice, que si tenía pruebas de corrupción de algún juez, esa era la vía a seguir)
El boletín que salió en Los Pinos sobre el encuentro dice a su vez que el ministro Silva Meza “solicitó de manera respetuosa que si existiera información en ese sentido (corrupción en el poder judicial), ésta se haga llegar a las instancias competentes del Estado mexicano para que se proceda conforme a la ley, en virtud de que el Poder Judicial de la Federación se ha refrendado abierto al escrutinio de la sociedad, con el fin de garantizar una justicia imparcial, oportuna y transparente”.
No debe haber sido una conversación fácil la que sostuvieron, por lo que reflejan ambos comunicados. Y el que tuvo que ceder, dado que habló y lanzó acusaciones sin prueba alguna puesto (que se sepa, no ha presentado ninguna, aunque le asista la razón), fue el jefe del Ejecutivo. Lo reconoce en su comunicado y da marcha atrás en su opinión respecto de los jueces:
“El Presidente Calderón reconoció la labor de los integrantes del Poder Judicial de la Federación, el profesionalismo y la integridad en el desempeño de sus funciones”.
Y aceptó seguir el camino que le propuso el presidente de la Corte:
“Sobre los posibles casos de corrupción de funcionarios judiciales Federales, a los que recientemente se hiciera alusión, el Jefe del Ejecutivo manifestó que en aquellos casos en los que se cuente con información relevante se hará del conocimiento del Consejo de la Judicatura Federal de manera oportuna”, indica el boletín de la Presidencia de la República.
Fue, sin duda, una recriminación “con todo respeto”. De ahí la elocuente foto.
El Presidente Felipe Calderón no luce nada contento ante el Presidente de la Suprema Corte de Justicia, Juan Silva Meza. Más bien se le nota compungido, si no es que tenso o molesto, las manos bajo le mesa y la mirada a tres cuartos. Es su interlocutor quien tiene la palabra y le mira directo a los ojos. Así se les ve en la fotografía que se publica en el mismísimo sitio de internet de la Presidencia de la República, única imagen que aparece del encuentro privado que sostuvieron ayer por la mañana ambos personajes en los Pinos.
Elocuente imagen de los máximos representantes de los poderes Ejecutivo y Judicial, dado lo ocurrido en las últimas semanas, particularmente durante el Diálogo que sostuvo calderón con el poeta Javier Sicilia en el Castillo de Chapultepec.
Fue ahí, el pasado 23 de junio, que el Presidente de la República –al tocar el tema de Jorge Hank Rohn– se refirió a la corrupción en el poder judicial, que habló de la “cantaleta” de los jueces sobre papeles que no tienen ningún valor probatorio y donde claramente acusó: “Pero yo sé que están en la nómina, yo sé cuánto reciben”.No se quedó ahí. Calderón todavía agregó ante las víctimas de la violencia:
“He sabido, por ejemplo, de jueces que han recibido dinero o que dialogan con criminales, y que liberan a criminales, pero mientras yo no tenga una prueba, o la procuradora no tenga una prueba, ese juez es juez, y ese ciudadano es ciudadano, y es además, es inocente”.
Esas acusaciones calaron hondo en el medio judicial. No pocos jueces y ministros demandaron a Silva Meza, una respuesta a tales acusaciones al Primer Mandatario.
El presidente de la SCJN y del Consejo de la Judicatura aguardó la ocasión oportuna para ello. Y ayer se dio.
Silva Meza sacó el tema a colación y le explicó al Presidente que Poder Judicial de la Federación “cuenta con estrictos mecanismos de vigilancia y de disciplina para garantizar una justicia efectiva, confiable y transparente”.
(Como quien dice, que si tenía pruebas de corrupción de algún juez, esa era la vía a seguir)
El boletín que salió en Los Pinos sobre el encuentro dice a su vez que el ministro Silva Meza “solicitó de manera respetuosa que si existiera información en ese sentido (corrupción en el poder judicial), ésta se haga llegar a las instancias competentes del Estado mexicano para que se proceda conforme a la ley, en virtud de que el Poder Judicial de la Federación se ha refrendado abierto al escrutinio de la sociedad, con el fin de garantizar una justicia imparcial, oportuna y transparente”.
No debe haber sido una conversación fácil la que sostuvieron, por lo que reflejan ambos comunicados. Y el que tuvo que ceder, dado que habló y lanzó acusaciones sin prueba alguna puesto (que se sepa, no ha presentado ninguna, aunque le asista la razón), fue el jefe del Ejecutivo. Lo reconoce en su comunicado y da marcha atrás en su opinión respecto de los jueces:
“El Presidente Calderón reconoció la labor de los integrantes del Poder Judicial de la Federación, el profesionalismo y la integridad en el desempeño de sus funciones”.
Y aceptó seguir el camino que le propuso el presidente de la Corte:
“Sobre los posibles casos de corrupción de funcionarios judiciales Federales, a los que recientemente se hiciera alusión, el Jefe del Ejecutivo manifestó que en aquellos casos en los que se cuente con información relevante se hará del conocimiento del Consejo de la Judicatura Federal de manera oportuna”, indica el boletín de la Presidencia de la República.
Fue, sin duda, una recriminación “con todo respeto”. De ahí la elocuente foto.
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