Apro
El grupo criminal de Los Zetas secuestra hombres y mujeres migrantes, los adiestra y los convierte en su “ejército de reserva”, afirmó el sacerdote Alejandro Solalinde, que dirige el albergue “Hermanos en el camino”, ubicado en Ixtepec, Oaxaca.
Testigo de los múltiples agravios que sufren los indocumentados centroamericanos en su paso por México para llegar a Estados Unidos, Solalinde, también organizador de la caravana “Paso a paso hacia la paz” sostuvo que ahora los migrantes son tomados como “desechables” por el grupo criminal.
Entrevistado por una estación radiofónica de Tabasco, el activista defensor de los derechos de los migrantes, recordó que los plagios por parte de Los Zetas empezaron a denunciarse hace dos años, pero entonces no pedían rescate a los familiares, sólo obligaban a sus víctimas a trabajar para ellos.
“Los migrantes están atrapados. Los sicarios primero los entrenan y luego los ponen a trabajar en las plazas nacionales que controlan o incluso fuera del país. No se pueden salir del entorno al que los confinan porque los matan”, relató.
Solalinde contó que en una ocasión recibió información de que dos jóvenes de Veracruz fueron obligados a participar en una matanza en Guatemala.
También relató que algunos jóvenes que llevaban tiempo desaparecidos, lograban comunicarse con su familia sólo para decirles que estaban trabajando para Los Zetas y que mejor se olvidaran de ellos porque jamás los iban a soltar.
Solalinde fue entrevistado en el marco de la caravana “Paso a paso hacia la paz” que recorrerá el mismo trayecto que la llamada ruta de muerte que realizan los migrantes desde Tenosique Tabasco, hacia Orizaba, Veracruz.
Afirmó que en Veracruz se da con mayor intensidad el reclutamiento forzado y ahora los criminales han centrado su atención en los adolescentes de los pueblos y ciudades veracruzanas.
El sacerdote Alejandro Solalinde, encargado del área pastoral de migrantes de la Conferencia del Episcopado Mexicano sostuvo que lo mejor que les podría pasar a los “nuevos esclavos” del crimen organizado es que los metan a la cárcel. De esa manera, dijo, aunque les den una sentencia larga se liberarían del poder de los narcotraficantes.
La movilización contra de los secuestros y violaciones a los derechos de los migrantes inició el pasado sábado 23 de manera simultánea en Nicaragua, Honduras, El Salvador y Guatemala, y culminará en México el domingo 31 de julio.
El grupo criminal de Los Zetas secuestra hombres y mujeres migrantes, los adiestra y los convierte en su “ejército de reserva”, afirmó el sacerdote Alejandro Solalinde, que dirige el albergue “Hermanos en el camino”, ubicado en Ixtepec, Oaxaca.
Testigo de los múltiples agravios que sufren los indocumentados centroamericanos en su paso por México para llegar a Estados Unidos, Solalinde, también organizador de la caravana “Paso a paso hacia la paz” sostuvo que ahora los migrantes son tomados como “desechables” por el grupo criminal.
Entrevistado por una estación radiofónica de Tabasco, el activista defensor de los derechos de los migrantes, recordó que los plagios por parte de Los Zetas empezaron a denunciarse hace dos años, pero entonces no pedían rescate a los familiares, sólo obligaban a sus víctimas a trabajar para ellos.
“Los migrantes están atrapados. Los sicarios primero los entrenan y luego los ponen a trabajar en las plazas nacionales que controlan o incluso fuera del país. No se pueden salir del entorno al que los confinan porque los matan”, relató.
Solalinde contó que en una ocasión recibió información de que dos jóvenes de Veracruz fueron obligados a participar en una matanza en Guatemala.
También relató que algunos jóvenes que llevaban tiempo desaparecidos, lograban comunicarse con su familia sólo para decirles que estaban trabajando para Los Zetas y que mejor se olvidaran de ellos porque jamás los iban a soltar.
Solalinde fue entrevistado en el marco de la caravana “Paso a paso hacia la paz” que recorrerá el mismo trayecto que la llamada ruta de muerte que realizan los migrantes desde Tenosique Tabasco, hacia Orizaba, Veracruz.
Afirmó que en Veracruz se da con mayor intensidad el reclutamiento forzado y ahora los criminales han centrado su atención en los adolescentes de los pueblos y ciudades veracruzanas.
El sacerdote Alejandro Solalinde, encargado del área pastoral de migrantes de la Conferencia del Episcopado Mexicano sostuvo que lo mejor que les podría pasar a los “nuevos esclavos” del crimen organizado es que los metan a la cárcel. De esa manera, dijo, aunque les den una sentencia larga se liberarían del poder de los narcotraficantes.
La movilización contra de los secuestros y violaciones a los derechos de los migrantes inició el pasado sábado 23 de manera simultánea en Nicaragua, Honduras, El Salvador y Guatemala, y culminará en México el domingo 31 de julio.
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