La robusta se desacelera

Actividad económica a la baja
Irreal, el pronóstico oficial

Carlos Fernández-Vega / México SA


No es novedad, desde luego, pero el machacón discurso oficial en torno a la presunta solidez de la economía nacional (robusta y en crecimiento, según versiones del entrenador del delfín, y del propio cetáceo híbrido) resulta inversamente proporcional a la realidad. El garbanzo de a libra que se registró en 2010 (5.5 de incremento en el PIB) sólo fue espectacular para efectos de marketing, porque en los hechos ni siquiera alcanzó para tapar el profundo boquete del año previo (desplome de 6.5 por ciento). Pero en Los Pinos insisten, y la propaganda también.

La más reciente información del Inegi revela que el indicador global de la actividad económica (IGAE) reportó un crecimiento, si así se le puede llamar, de 0.35 por ciento –cifras desestacionalizadas– durante abril del presente año, con relación al mes precedente. Dos de los tres grandes grupos de actividad económica considerados en el análisis del organismo registraron comportamientos negativos (primarias -2.04 por ciento y secundarias -0.14), y la tercera, con las uñas, avanzó –si así se le puede llamar– 0.39 por ciento. Por ninguna parte se observa lo robusto que cacarean Calderón y Cordero. En comparación anual, el IGAE se elevó –Inegi dixit– 2.4 por ciento en términos reales en abril pasado, la proporción más reducida en el calderonato (salvo el de 2009) para un mes igual. Así que, sólida lo que se llama sólida, no es la economía nacional.

El reporte del Inegi invitó al Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) –a cargo de José Luis de la Cruz Gallegos– del Tecnológico de Monterrey, campus estado de México, a realizar un ejercicio analítico (¿Fin de la recuperación incipiente?), en el que señala que como se había previsto, la actividad económica de México ha comenzado a moderarse. Los ciclos económicos de los principales sectores productivos indican que está terminando la fase de expansión para dar pie a una desaceleración. Lo anterior es motivado por la caída en la producción del sector primario y el modesto crecimiento del sector manufacturero.

Mientras en Los Pinos siguen de fiesta, la nueva evidencia de la debilidad económica ahora está dada por el IGAE, el cual muestra tasas de crecimiento positivas pero decrecientes en todos sus componentes; de manera particular el sector económico de las actividades secundarias enfrentará un freno en su desempeño, por el menor ritmo de recuperación de Estados Unidos. De esta manera, las exportaciones que fueron el motor de crecimiento de México de los pasados meses, serán factor decisivo del nuevo rumbo de su coyuntura económica.

Asociado con lo anterior, apunta el CIEN, el empleo formal continuará siendo factor de debilidad. Persisten tasas de desocupación con niveles similares a los de la crisis, al tiempo que el análisis de las cifras generadas por el Instituto Mexicano del Seguro Social reporta que la creación de empleo formal, aparte de ser notoriamente insuficiente, manifiesta una mayor tasa de crecimiento en la parte eventual, por lo que el bajo desempeño de la economía deja vulnerable a los trabajadores que laboran bajo esta condición.

La creciente inestabilidad del mercado laboral, la tendencia a la baja del ciclo económico, la improductividad de la inversión y la elevada dependencia de Estados Unidos (país que se encuentra en una fase de desaceleración), constituyen elementos que complican alcanzar la estimación oficial de 4.3 por ciento de crecimiento en el producto interno bruto del presente año (proporción de por sí inferior, en 20 por ciento, al registro de 2010).

Hasta abril, las tasas de crecimiento del IGAE han ido decayendo, tendencia que se acentuará durante el segundo y tercer trimestre del año, advierte el CIEN. Todos los ciclos presentan indicios de haber alcanzado su máximo y, por tanto, el fin de su fase de expansión. En particular, el sector primario presenta niveles de contracción aún más marcados. La menor dinámica económica ya afecta las finanzas públicas, toda vez que en el periodo enero-abril los ingresos tributarios del sector público disminuyeron en 0.1 por ciento con respecto al mismo periodo del año pasado. Sin embargo, la contracción en la recaudación del IETU (una caída de 12.3 por ciento), del IDE (desplome de 62.2) y del IVA (contracción de 3.2), apuntan a una merma en las transacciones en efectivo en la economía formal y en el consumo privado.

El IGAE presentó resultados ligeramente positivos de crecimiento con una tasa de 2.4 por ciento en abril de 2011, frente a igual mes de 2010. Sin embargo, cuando se le asocia con el registro de abril de 2010 (crecimiento de 7.3 por ciento), se puede observar que en conjunto no alcanzan a recuperar la caída de 11.74 por ciento contabilizada en abril de 2009. La actividad primaria disminuyó su crecimiento anual en 1.2 por ciento, mientras el crecimiento de las actividades secundarias solamente fue de 1.4. El mejor desempeño correspondió a la actividad terciaria, la cual presentó un crecimiento importante de 3.1. El ritmo del sector terciario dependerá de las condiciones del mercado laboral, las cuales lamentablemente no son favorables.

Por lo que toca al empleo, el CIEN subraya que el registro de plazas formales del IMSS todavía es positivo, aunque un análisis más detallado permite observar que el empleo formal generado permanente se encuentra en tasas inferiores a las de la parte eventual. Lo anterior aumenta la sensibilidad de esta población ante un posible escenario económico de desaceleración o aún más si éste es negativo. El empleo en transformación, construcción, comercio y servicios se encuentra estrechamente ligado al ciclo económico, mostrando así su flexibilidad respecto a las fluctuaciones de la producción (al menos desde 2005). Lo anterior matiza el alcance real que podría tener una reforma laboral únicamente avocada a la flexibilización de la contratación. Para fines de 2011 se estima que el IMSS únicamente reportará 550 mil empleos adicionales, la mitad de los necesarios para dar cabida a los requerimientos demográficos.

La perspectiva no es alentadora, pues para mayo se estima que el crecimiento del IGAE será únicamente de 2.8 por ciento, por lo que el ciclo económico continuará su fase de desaceleración. Para el segundo trimestre del año, el PIB aumentaría apenas 2.7 por ciento.

Las rebanadas del pastel

No es lo mismo que lo mesmo: negocié con Calderón porque no había otro, declara la ética cuan escultural Elba Esther Gordillo. ¿En serio no había otro? Más bien, el único que rápidamente aceptó el chanchullo fue el actual inquilino de Los Pinos.

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