Reforma
Andrés Manuel López Obrador aseguró que las acusaciones entre Elba Esther Gordillo y el ex director del ISSSTE, Miguel Ángel Yunes, no será más que un escándalo mediático que no derivará en castigo alguno contra la líder magisterial, debido a que ayudó al "fraude electoral" de la elección presidencial del 2006.
"No va a pasar nada, todo va a quedar, desgraciadamente, en un escándalo más, porque Elba Esther Gordillo le ayudó en el fraude a Calderón y Calderón no se va a atrever a enjuiciar a Elba Esther Gordillo, porque Elba Esther Gordillo le tiene pisada la cola", dijo el ex candidato presidencial del PRD
Entrevistado esta tarde, a su llegada a esta capital antes de iniciar una gira de dos días para encabezar mítines del Movimiento de Reconstrucción Nacional en estados del sureste, sostuvo que aún con la revelación de Yunes, respecto a que en su calidad de director del ISSSTE, Gordillo le pidió 20 millones de pesos para financiar al Panal, se trata sólo un pleito de un "motín".
Ambos, remarcó, son de la misma "mafia del poder", en la que también acusó que figuran priistas, como Carlos Salinas, el senador Manlio Fabio Beltrones y el Gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto o panistas, como Diego Fernández de Cevallos.
Además, afirmó que la pugna entre Gordillo y Yunes no derivará en más allá de sus declaraciones.
¿No son suficientes entonces las acusaciones que está haciendo Miguel Ángel Yunes?, se le preguntó.
"No, porque es igual Esther Gordillo que Yunes, son lo mismo, es realmente la misma corrupción y detrás de Yunes y de la maestra Elba Esther está Salinas y Televisa, o sea, es la mafia del poder.
"Son algunas diferencias que tienen, pero no pasa más, porque se tienen que proteger unos con otros", añadió.
López Obrador recordó también el capítulo de la etapa previa a las votaciones de aquellos comicios presidenciales, en el que también Gordillo le ofreció apoyar su campaña.
Reconoció que haber aceptado el apoyo con dirigente vitalicia del SNTE, hubiese significado un pacto "sin escrúpulos morales de ninguna índole", y el triunfo en su caso, sería sin autoridad moral y que habría quedado "atado de manos".
Andrés Manuel López Obrador aseguró que las acusaciones entre Elba Esther Gordillo y el ex director del ISSSTE, Miguel Ángel Yunes, no será más que un escándalo mediático que no derivará en castigo alguno contra la líder magisterial, debido a que ayudó al "fraude electoral" de la elección presidencial del 2006.
"No va a pasar nada, todo va a quedar, desgraciadamente, en un escándalo más, porque Elba Esther Gordillo le ayudó en el fraude a Calderón y Calderón no se va a atrever a enjuiciar a Elba Esther Gordillo, porque Elba Esther Gordillo le tiene pisada la cola", dijo el ex candidato presidencial del PRD
Entrevistado esta tarde, a su llegada a esta capital antes de iniciar una gira de dos días para encabezar mítines del Movimiento de Reconstrucción Nacional en estados del sureste, sostuvo que aún con la revelación de Yunes, respecto a que en su calidad de director del ISSSTE, Gordillo le pidió 20 millones de pesos para financiar al Panal, se trata sólo un pleito de un "motín".
Ambos, remarcó, son de la misma "mafia del poder", en la que también acusó que figuran priistas, como Carlos Salinas, el senador Manlio Fabio Beltrones y el Gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto o panistas, como Diego Fernández de Cevallos.
Además, afirmó que la pugna entre Gordillo y Yunes no derivará en más allá de sus declaraciones.
¿No son suficientes entonces las acusaciones que está haciendo Miguel Ángel Yunes?, se le preguntó.
"No, porque es igual Esther Gordillo que Yunes, son lo mismo, es realmente la misma corrupción y detrás de Yunes y de la maestra Elba Esther está Salinas y Televisa, o sea, es la mafia del poder.
"Son algunas diferencias que tienen, pero no pasa más, porque se tienen que proteger unos con otros", añadió.
López Obrador recordó también el capítulo de la etapa previa a las votaciones de aquellos comicios presidenciales, en el que también Gordillo le ofreció apoyar su campaña.
Reconoció que haber aceptado el apoyo con dirigente vitalicia del SNTE, hubiese significado un pacto "sin escrúpulos morales de ninguna índole", y el triunfo en su caso, sería sin autoridad moral y que habría quedado "atado de manos".
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