Con una marcha y un ayuno indefinido frente a Palacio de Gobierno, familiares de 10 oaxaqueños que desaparecieron hace un año en el estado de Tamaulipas exigieron a las autoridades su apoyo para localizarlos.
El apoderado legal de la arquidiócesis de Oaxaca, Francisco Wilfrido Mayrén Peláez, dijo que una de las cosas que indignó a los familiares de los desaparecidos es que el 23 de mayo anterior, en la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (Siedo), las autoridades pretendieron entregarles un cuerpo presuntamente de Isauro Rojas Rojas, sin permitirles observarlo y sin que coincidieran las pruebas de ADN.
Tal parece, acusaron los afectados, que la Procuraduría General de la República (PGR) pretende “deshacerse de cuerpos y a la vez de problemas como el de Pochutla”, aunque para ello entregue “costales de tierra”, ya que no permite a los familiares abrir los féretros.
La esposa de Isauro Rojas, María de Jesús Vizarretea Salinas, relató que la PGR la citó porque presuntamente ya habían localizado en una fosa a su marido: “Me dijeron, ‘aquí está la foto y es tu esposo’. Entonces pedí verlo. Y no nos dejaron ver el cuerpo, con el argumento de que estaba en estado de putrefacción”.
Luego el hermano de Isauro dijo, añadió la mujer, “no hay problema, es mi hermano, esté como esté yo lo voy a identificar, porque hay una señal muy particular entre la familia”.
Sin embargo, las autoridades le dijeron que “no se puede abrir el ataúd y, si aceptan, llévenselo así como está y no lo pueden abrir ni aquí ni allá (en Pochutla)”, narró María de Jesús.
Molesta, reviró que “a lo mejor nos quieren entregar costales de tierra, como si fuera un cuerpo, para deshacerse de un problema y meternos en la cabeza que es un familiar y eso no lo aceptamos”.
Entonces, advirtió, “no vamos agarrar cuerpos nomás por agarrar, vamos a revisar y hacer las pruebas necesarias para saber que mi familiar es el que está ahí tendido”.
Eso ocurrió en el ámbito federal. En el estatal también enfrentaron contrariedades, como cuando las autoridades locales informaron a los familiares que ya se habían enviado las pruebas de ADN y, cuando éstos acudieron a la Siedo, les dijeron que eso no era cierto y, por consiguiente, tuvieron que enviarlas ellos mismos.
Esas situaciones, consideró el coordinador de la Comisión Diocesana de Justicia y Paz, denigran la dignidad de las personas.
De acuerdo con la averiguación previa 289/(PE II)/2010, el exdiputado del PRD, Andrés Vizarretea Salinas, y el agente municipal de Zapotengo, Gregorio Hernández Rodríguez, acompañados de otras ocho personas, viajaron a Tamaulipas para comprar tres camionetas y, a un año de su desaparición, aún se desconoce su paradero.
Es por ello que familiares de Andrés, Luis y Juan Carlos Vizarretea Salinas, Isauro Rojas, Nemorio Vizarretea Vinalay, Benito Salinas Robles, Antonio Feria Hernández, Adelaido Espino Carmona, Fidel Espino Ruiz y Gregorio Hernández entregaron a la Siedo, el 13 de abril pasado, muestras de ADN para cotejarlas con los cuerpos encontrados en las narcofosas de San Fernando, en Tamaulipas.
Concepción Vizarretea Salinas relató que su hermana Dolores recibió el último mensaje de sus parientes en el que le hicieron saber que ya se encontraban en Tamaulipas, y después ya no se reportaron más.
Enseguida procedieron a rastrearlos por teléfono, llamada que fue respondida por una persona que dijo ser de la Policía Federal.
El párroco de Xochimilco, mejor conocido como el padre Uvi, sostuvo que lo que piden los familiares es que les digan si los oaxaqueños están presos y, si así es, saber en dónde están detenidos y el porqué.
O si acaso están entre los cuerpos inhumados de las narcofosas, también quieren saberlo, añadió el padre Uvi, ya que los familiares “quieren tener una tranquilidad y la certeza de decir ‘aquí los tengo, los voy a enterrar, les voy a dar cristiana sepultura y, por lo menos, saber dónde llorar y dónde hacer mi oración’, pero no los pueden tener así, en la incertidumbre total”.
El religioso consideró que “es inhumano que no les den la atención que merecen, pues han querido hacer escuchar su voz y nadie les pone la atención que merecen, cuando es un compromiso de las autoridades el atender y resolver este caso”.
Las mujeres que iniciaron el ayuno indefinido son: Juana Salinas Méndez, Nubia Espino Carmona, Elida Hernández, Carmela Espino Sánchez, Guadalupe Vásquez Silva, Eulalia Vizarretea Vinalay, Iraís Salinas Pantaleón, Marisol Ramos, José Gaspar, Gloria García, Vianey Leyva Gabriel, María de Jesús Vizarretea y Plácida Reyes Juárez, habitantes de San Pedro Pochutla.
El apoderado legal de la arquidiócesis de Oaxaca, Francisco Wilfrido Mayrén Peláez, dijo que una de las cosas que indignó a los familiares de los desaparecidos es que el 23 de mayo anterior, en la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (Siedo), las autoridades pretendieron entregarles un cuerpo presuntamente de Isauro Rojas Rojas, sin permitirles observarlo y sin que coincidieran las pruebas de ADN.
Tal parece, acusaron los afectados, que la Procuraduría General de la República (PGR) pretende “deshacerse de cuerpos y a la vez de problemas como el de Pochutla”, aunque para ello entregue “costales de tierra”, ya que no permite a los familiares abrir los féretros.
La esposa de Isauro Rojas, María de Jesús Vizarretea Salinas, relató que la PGR la citó porque presuntamente ya habían localizado en una fosa a su marido: “Me dijeron, ‘aquí está la foto y es tu esposo’. Entonces pedí verlo. Y no nos dejaron ver el cuerpo, con el argumento de que estaba en estado de putrefacción”.
Luego el hermano de Isauro dijo, añadió la mujer, “no hay problema, es mi hermano, esté como esté yo lo voy a identificar, porque hay una señal muy particular entre la familia”.
Sin embargo, las autoridades le dijeron que “no se puede abrir el ataúd y, si aceptan, llévenselo así como está y no lo pueden abrir ni aquí ni allá (en Pochutla)”, narró María de Jesús.
Molesta, reviró que “a lo mejor nos quieren entregar costales de tierra, como si fuera un cuerpo, para deshacerse de un problema y meternos en la cabeza que es un familiar y eso no lo aceptamos”.
Entonces, advirtió, “no vamos agarrar cuerpos nomás por agarrar, vamos a revisar y hacer las pruebas necesarias para saber que mi familiar es el que está ahí tendido”.
Eso ocurrió en el ámbito federal. En el estatal también enfrentaron contrariedades, como cuando las autoridades locales informaron a los familiares que ya se habían enviado las pruebas de ADN y, cuando éstos acudieron a la Siedo, les dijeron que eso no era cierto y, por consiguiente, tuvieron que enviarlas ellos mismos.
Esas situaciones, consideró el coordinador de la Comisión Diocesana de Justicia y Paz, denigran la dignidad de las personas.
De acuerdo con la averiguación previa 289/(PE II)/2010, el exdiputado del PRD, Andrés Vizarretea Salinas, y el agente municipal de Zapotengo, Gregorio Hernández Rodríguez, acompañados de otras ocho personas, viajaron a Tamaulipas para comprar tres camionetas y, a un año de su desaparición, aún se desconoce su paradero.
Es por ello que familiares de Andrés, Luis y Juan Carlos Vizarretea Salinas, Isauro Rojas, Nemorio Vizarretea Vinalay, Benito Salinas Robles, Antonio Feria Hernández, Adelaido Espino Carmona, Fidel Espino Ruiz y Gregorio Hernández entregaron a la Siedo, el 13 de abril pasado, muestras de ADN para cotejarlas con los cuerpos encontrados en las narcofosas de San Fernando, en Tamaulipas.
Concepción Vizarretea Salinas relató que su hermana Dolores recibió el último mensaje de sus parientes en el que le hicieron saber que ya se encontraban en Tamaulipas, y después ya no se reportaron más.
Enseguida procedieron a rastrearlos por teléfono, llamada que fue respondida por una persona que dijo ser de la Policía Federal.
El párroco de Xochimilco, mejor conocido como el padre Uvi, sostuvo que lo que piden los familiares es que les digan si los oaxaqueños están presos y, si así es, saber en dónde están detenidos y el porqué.
O si acaso están entre los cuerpos inhumados de las narcofosas, también quieren saberlo, añadió el padre Uvi, ya que los familiares “quieren tener una tranquilidad y la certeza de decir ‘aquí los tengo, los voy a enterrar, les voy a dar cristiana sepultura y, por lo menos, saber dónde llorar y dónde hacer mi oración’, pero no los pueden tener así, en la incertidumbre total”.
El religioso consideró que “es inhumano que no les den la atención que merecen, pues han querido hacer escuchar su voz y nadie les pone la atención que merecen, cuando es un compromiso de las autoridades el atender y resolver este caso”.
Las mujeres que iniciaron el ayuno indefinido son: Juana Salinas Méndez, Nubia Espino Carmona, Elida Hernández, Carmela Espino Sánchez, Guadalupe Vásquez Silva, Eulalia Vizarretea Vinalay, Iraís Salinas Pantaleón, Marisol Ramos, José Gaspar, Gloria García, Vianey Leyva Gabriel, María de Jesús Vizarretea y Plácida Reyes Juárez, habitantes de San Pedro Pochutla.
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