Gregorio Ortega Molina / La Costumbre Del Poder
Ocasionalmente evoco la imagen, la figura, el rostro, la angustia de Ellen Ripley, sola, dueña de su propio destino, a punto de perderse en el espacio al liberar la cápsula de salvamento de la nave Weylan-Yutani. De igual manera doy vuelta en el caletre al guión de Dan O’Bannon y al magnífico trabajo de dirección de Ridley Scott, porque tengo la certeza de que el origen de la narración es bíblico, montado sobre la historia de Jonás y la ballena. Quizá también sobre el Evangelio de Mateo, cuando refiere a lo puro e impuro, al ciego que guía a otro ciego.
Es en este contexto que enmarco la prisa, la premura de los políticos cuando sienten que se les cuecen las habas por sentarse en la Silla del Águila, como si ese solo hecho, y por ósmosis, les transfiriera, además de la legitimad de mandar y la fuerza para imponer la obediencia debida, la sabiduría necesaria para recomponer el tiradero en que dos gobiernos de Acción Nacional dejaron la patria, porque Vicente Fox y Felipe Calderón no quisieron o no pudieron encausar la transición, que ya es urgente, pues el daño causado al sistema político nacional es sistémico. Empezaron a romperlo en 1970.
¿Cuántos días debe disfrutarse del éxito? Quien no se detiene a evaluar, ponderar, promover, cacarear los beneficios de la victoria, sobre todo cuando ese triunfo es un peldaño para acceder a la cúspide deseada, soñada, carece de la paciencia necesaria para guiar el destino de la nación, para tejer y destejer los acuerdos que conduzcan a una transición irreversible y ajena al pasado, porque pensar en la restauración es pretender el regreso al modelo que colocó a México en la situación en la que se encuentra.
Cuarenta puntos porcentuales sobre el segundo lugar, se hayan obtenido como se hayan obtenido, son razón suficiente para bordar una campaña mediática sobre el hecho, para dar al candidato que los obtuvo, al partido que lo abanderó, la certeza de que caminan por el sendero de la reconstrucción nacional, iniciar la reconciliación, el levantamiento de cadáveres de todo tipo, cerrar el capítulo de la violencia como premisa para ejercer el poder y justificar una presidencia, lo que no quiere decir que se cancela el combate inteligente a la delincuencia organizada.
El nombre del membrete para justificar, al margen del tiempo legal y en violación flagrante a las leyes electorales, una apresurada actividad política de precampaña electoral para la presidencia de la República, únicamente refleja impaciencia e inseguridad, porque en estricto sentido ideológico, partidista y programático, nada significa Expresión Política Nacional, que para los expertos del lenguaje, indica María Moliner lo siguiente: Representación sensible, con palabras, gestos, etc., de las ideas, los deseos o los sentimientos. Habla: nombre aplicado a la facultad o acción de expresarse hablando, cuando se califica de alguna manera.- Palabra o frase.- Conjunto de los cambios de entonación.- Aspecto de la fisonomía de una persona. No es, entonces, una etiquetación inequívoca para una actividad política destinada a hacerse con el poder.
Ese Demonio de Sócrates que siempre me tiene a su alcance, susurra, explica, indica que he de recordar que “un régimen desaparece cuando sus representantes han dejado de creer en sí mismos. De igual forma, el hombre desaparecerá cuando haya perdido la fe en su destino. Ocurrirá, si no ha ocurrido ya. No necesitará fuerzas adversas para abatirlo; se desplomará por sí solo”.
Es lo que están empeñados en reconstruir quienes se aceleran, se esponjan y se amontonan en torno a un hombre, sin detenerse a considerar su discurso y lo que éste, por anticipado, puede provocar, sobre todo considerando que la cápsula de salvamento es para una persona, no para una nación. El viejo régimen, el viejo priismo no puede y no debe regresar.
EPN puede ser, ya, el octavo pasajero, no porque haya sido inoculado dentro de cada uno de los votantes que dieron un arrollador triunfo a Eruviel Ávila, o en el cerebro de cada uno de aquellos que fueron a sumarse a un besamanos fuera de lugar, desproporcionado, indicativo del propósito de lograr la restauración, sin considerar que cuando Jonás salió del vientre de la ballena no era él mismo, sino un hombre nuevo, otro profeta distinto. De igual manera, el todavía gobernador mexiquense debe ser otro después del triunfo, porque como actuó, a pesar de deslindarse tardíamente, representa el riesgo de convertirse en el depositario de la simiente del pasado.
Resulta esclarecedor relacionar la película de Ridley Scott con el Evangelio de san Mateo: Unos fariseos y maestros de la Ley habían venido de Jerusalén. Se acercaron a Jesús y le dijeron: « ¿Por qué tus discípulos no respetan la tradición de los antepasados? No se lavan las manos antes de comer.» Jesús contestó: «Y ustedes, ¿por qué quebrantan el mandamiento de Dios en nombre de sus tradiciones? Pues Dios ordenó: Cumple tus deberes con tu padre y con tu madre. Y también: El que maldiga a su padre o a su madre debe ser condenado a muerte. En cambio, según ustedes, es correcto decir a su padre o a su madre: Lo que podías esperar de mí, ya lo tengo reservado para el Templo. En este caso, según ustedes, una persona queda libre de sus deberes para con su padre y su madre. Y es así como ustedes anulan el mandamiento de Dios en nombre de sus tradiciones. ¡Qué bien salvan las apariencias! Con justa razón profetizó Isaías de ustedes, cuando dijo: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me rinden no sirve de nada, las doctrinas que enseñan no son más que mandatos de hombres.» Luego Jesús mandó acercarse a la gente y les dijo: «Escuchen y entiendan: Lo que entra por la boca no hace impura a la persona, pero sí mancha a la persona lo que sale de su boca.» Poco después los discípulos se acercaron y le dijeron: « ¿Sabes que los fariseos se han escandalizado de tu declaración?» Jesús respondió: «Toda planta que no haya plantado mi Padre celestial, será arrancada de raíz. ¡No les hagan caso! Son ciegos que guían a otros ciegos. Y si un ciego guía a otro ciego, los dos caerán en el hoyo.» Entonces Pedro tomó la palabra: «Explícanos esta sentencia.» Jesús le respondió: « ¿También ustedes están todavía cerrados? ¿No comprenden que todo lo que entra por la boca va al estómago y después termina en el basural? En cambio lo que sale de la boca procede del corazón, y eso es lo que hace impura a la persona. Del corazón proceden los malos deseos, asesinatos, adulterios, inmoralidad sexual, robos, mentiras, chismes. Estas son las cosas que hacen impuro al hombre; pero el comer sin lavarse las manos, no hace impuro al hombre.»
El octavo pasajero pudiera convencer si decide modificar las reglas del juego, apostar al futuro, negociar las reformas y proponer, ya, temas y acuerdos para la transición, porque de otra manera reventará a quien haya recibido las ideas que apuestan a una restauración. Después del tiradero dejado por Acción Nacional, imposible.
Ocasionalmente evoco la imagen, la figura, el rostro, la angustia de Ellen Ripley, sola, dueña de su propio destino, a punto de perderse en el espacio al liberar la cápsula de salvamento de la nave Weylan-Yutani. De igual manera doy vuelta en el caletre al guión de Dan O’Bannon y al magnífico trabajo de dirección de Ridley Scott, porque tengo la certeza de que el origen de la narración es bíblico, montado sobre la historia de Jonás y la ballena. Quizá también sobre el Evangelio de Mateo, cuando refiere a lo puro e impuro, al ciego que guía a otro ciego.
Es en este contexto que enmarco la prisa, la premura de los políticos cuando sienten que se les cuecen las habas por sentarse en la Silla del Águila, como si ese solo hecho, y por ósmosis, les transfiriera, además de la legitimad de mandar y la fuerza para imponer la obediencia debida, la sabiduría necesaria para recomponer el tiradero en que dos gobiernos de Acción Nacional dejaron la patria, porque Vicente Fox y Felipe Calderón no quisieron o no pudieron encausar la transición, que ya es urgente, pues el daño causado al sistema político nacional es sistémico. Empezaron a romperlo en 1970.
¿Cuántos días debe disfrutarse del éxito? Quien no se detiene a evaluar, ponderar, promover, cacarear los beneficios de la victoria, sobre todo cuando ese triunfo es un peldaño para acceder a la cúspide deseada, soñada, carece de la paciencia necesaria para guiar el destino de la nación, para tejer y destejer los acuerdos que conduzcan a una transición irreversible y ajena al pasado, porque pensar en la restauración es pretender el regreso al modelo que colocó a México en la situación en la que se encuentra.
Cuarenta puntos porcentuales sobre el segundo lugar, se hayan obtenido como se hayan obtenido, son razón suficiente para bordar una campaña mediática sobre el hecho, para dar al candidato que los obtuvo, al partido que lo abanderó, la certeza de que caminan por el sendero de la reconstrucción nacional, iniciar la reconciliación, el levantamiento de cadáveres de todo tipo, cerrar el capítulo de la violencia como premisa para ejercer el poder y justificar una presidencia, lo que no quiere decir que se cancela el combate inteligente a la delincuencia organizada.
El nombre del membrete para justificar, al margen del tiempo legal y en violación flagrante a las leyes electorales, una apresurada actividad política de precampaña electoral para la presidencia de la República, únicamente refleja impaciencia e inseguridad, porque en estricto sentido ideológico, partidista y programático, nada significa Expresión Política Nacional, que para los expertos del lenguaje, indica María Moliner lo siguiente: Representación sensible, con palabras, gestos, etc., de las ideas, los deseos o los sentimientos. Habla: nombre aplicado a la facultad o acción de expresarse hablando, cuando se califica de alguna manera.- Palabra o frase.- Conjunto de los cambios de entonación.- Aspecto de la fisonomía de una persona. No es, entonces, una etiquetación inequívoca para una actividad política destinada a hacerse con el poder.
Ese Demonio de Sócrates que siempre me tiene a su alcance, susurra, explica, indica que he de recordar que “un régimen desaparece cuando sus representantes han dejado de creer en sí mismos. De igual forma, el hombre desaparecerá cuando haya perdido la fe en su destino. Ocurrirá, si no ha ocurrido ya. No necesitará fuerzas adversas para abatirlo; se desplomará por sí solo”.
Es lo que están empeñados en reconstruir quienes se aceleran, se esponjan y se amontonan en torno a un hombre, sin detenerse a considerar su discurso y lo que éste, por anticipado, puede provocar, sobre todo considerando que la cápsula de salvamento es para una persona, no para una nación. El viejo régimen, el viejo priismo no puede y no debe regresar.
EPN puede ser, ya, el octavo pasajero, no porque haya sido inoculado dentro de cada uno de los votantes que dieron un arrollador triunfo a Eruviel Ávila, o en el cerebro de cada uno de aquellos que fueron a sumarse a un besamanos fuera de lugar, desproporcionado, indicativo del propósito de lograr la restauración, sin considerar que cuando Jonás salió del vientre de la ballena no era él mismo, sino un hombre nuevo, otro profeta distinto. De igual manera, el todavía gobernador mexiquense debe ser otro después del triunfo, porque como actuó, a pesar de deslindarse tardíamente, representa el riesgo de convertirse en el depositario de la simiente del pasado.
Resulta esclarecedor relacionar la película de Ridley Scott con el Evangelio de san Mateo: Unos fariseos y maestros de la Ley habían venido de Jerusalén. Se acercaron a Jesús y le dijeron: « ¿Por qué tus discípulos no respetan la tradición de los antepasados? No se lavan las manos antes de comer.» Jesús contestó: «Y ustedes, ¿por qué quebrantan el mandamiento de Dios en nombre de sus tradiciones? Pues Dios ordenó: Cumple tus deberes con tu padre y con tu madre. Y también: El que maldiga a su padre o a su madre debe ser condenado a muerte. En cambio, según ustedes, es correcto decir a su padre o a su madre: Lo que podías esperar de mí, ya lo tengo reservado para el Templo. En este caso, según ustedes, una persona queda libre de sus deberes para con su padre y su madre. Y es así como ustedes anulan el mandamiento de Dios en nombre de sus tradiciones. ¡Qué bien salvan las apariencias! Con justa razón profetizó Isaías de ustedes, cuando dijo: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me rinden no sirve de nada, las doctrinas que enseñan no son más que mandatos de hombres.» Luego Jesús mandó acercarse a la gente y les dijo: «Escuchen y entiendan: Lo que entra por la boca no hace impura a la persona, pero sí mancha a la persona lo que sale de su boca.» Poco después los discípulos se acercaron y le dijeron: « ¿Sabes que los fariseos se han escandalizado de tu declaración?» Jesús respondió: «Toda planta que no haya plantado mi Padre celestial, será arrancada de raíz. ¡No les hagan caso! Son ciegos que guían a otros ciegos. Y si un ciego guía a otro ciego, los dos caerán en el hoyo.» Entonces Pedro tomó la palabra: «Explícanos esta sentencia.» Jesús le respondió: « ¿También ustedes están todavía cerrados? ¿No comprenden que todo lo que entra por la boca va al estómago y después termina en el basural? En cambio lo que sale de la boca procede del corazón, y eso es lo que hace impura a la persona. Del corazón proceden los malos deseos, asesinatos, adulterios, inmoralidad sexual, robos, mentiras, chismes. Estas son las cosas que hacen impuro al hombre; pero el comer sin lavarse las manos, no hace impuro al hombre.»
El octavo pasajero pudiera convencer si decide modificar las reglas del juego, apostar al futuro, negociar las reformas y proponer, ya, temas y acuerdos para la transición, porque de otra manera reventará a quien haya recibido las ideas que apuestan a una restauración. Después del tiradero dejado por Acción Nacional, imposible.
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