PRI: hasta febrero
Copete a la intemperie
Madero propone purga
Julio Hernández López / Astillero
El PRI ha decidido procesar en laboratorios íntimos el posible disentimiento firme de Manlio Fabio Beltrones ante adelantos, cargada y desbordamientos en favor de Enrique Peña Nieto y, por tanto, ayer el comisionado médico de Toluca ante el comité nacional obstétrico de tres colores, Humberto Moreira, pergeñó un trabajo de parto que considera dar a luz hasta febrero del año entrante el embarazo copetón que todo este tiempo estará expuesto a las crecientes tentaciones blanquiazules de incursión abortiva y a las presiones y maquiavelismo de la contraparte interna beltronista que así, al conseguir que prime la adaptación sonorense del muy veracruzano son fallido de don Jesús Reyes Heroles (primero el programa, después el hombre), tendrá tiempo y oportunidad de intentar la recuperación de terreno frente al gaviotismo desatado o, cuando menos, de negociar adhesiones de última hora a encarecidas tarifas.
Decididos a subrayar su condición institucional y nada revolucionaria ni revulsiva ni revolvedora, los priístas del gel ideológico pretenden convencer a la desmemoria colectiva de que no son afectos a lastimar legalidades ni incumplir normas, así es que, solemnes cual niño de escuela bien peinado en saludo a la Bandera, juran y perjuran que no adelantarán tiempos electorales y que recorrerán con pulcritud inquebrantable una ruta de consultas, encuestas y algunas otras formas democráticas profundas que les permitan más delante dar forma a la Expresión Política Nacional que defina el nombre y apellidos del ignoto candidato posible.
El priísta trazado ingenieril de la carretera electoral con esperado destino final en Los Pinos (casa ésta que hoy privilegia en su denominación de origen la V, pero no la de la victoria) contrasta con los tumbos y desfiguros que hace la contraparte presuntamente en el poder, cuyo jefe máximo (o mínimo, según se quiera ver) se la ha pasado dos días consecutivos en afanosas tareas de presidente del comité nacional panista (dejando de lado, para no entrar en evidente conflicto de intereses, el manejo –es un decir– del atribulado país supuestamente a su cargo), tratando de reducir el número de aspirantes a la postulación del PAN y haciendo lo que puede para ver si en esa compresión por decreto acaba quedando como candidato oficial su delfín que más bien es un cordero.
Mientras el bailarín Moreira da pasitos a tiempo lento sobre un ladrillo danzonero, el también norteño Gustavo Madero se reúne a comer con seis de sus siete precandidatos sin Blanca Nieves (descripción métrica dada a conocer meses atrás por el entonces ocurrente Humberto) en busca de un medicamento depurativo cuyo uso resultaría inexplicable si no estuvieran los altos mandos panistas (es decir, por encima del citado Madero) muy preocupados y desesperados por el rezago en que están frente a otras precandidaturas ya muy definidas. Claro es que el vocero del comité panista, el senador con licencia Madero, no se caracteriza por un límpido uso del lenguaje, pero es denotativo del ánimo censor, purgativo, que le han ordenado ejercer, el haber dicho que la lista de siete precandidatos se va a depurar, pues este verbo, según la RAE, tiene la acepción de limpiar y purificar (obviamente, lo sucio o impuro), pero también la de Eliminar de un cuerpo, organización, partido político, etcétera, a los miembros considerados disidentes.
Por lo pronto, ya no fue a la comida de espiritismo neomaderista Heriberto Félix, el hombre que paga renta a la familia Calderón-Zavala Gómez del Campo por vivir en su casa particular y que por extrañas revelaciones equívocas se llegó a creer con posibilidades inmobiliarias de ser candidato presidencial a partir de su extraña designación como secretario de Desarrollo Social muchas lunas sinaloenses atrás. Javier Lozano sí fue, pero tal vez por última ocasión a un encuentro de ese tipo, pues está en un difícil e imprevisible proceso de toma de decisiones que le llevará a lo que todo mundo sabe desde días atrás, es decir, a declinar a su falsa precandidatura para apoyar al favorito del jefe, el insípido Cordero. Alonso Lujambio asistió, pero tal vez por ir sin compañía del subsecretario y yerno de la profesora Gordillo pareció diluirse más. ¿Y el gobernador de Jalisco? Ah, aprovechó para comer.
En resumen, los dos hijos desobedientes siguen impidiendo que el presidente Felipe (presidente del CEN del PAN) pueda respirar tranquilo: Santiago Creel y Josefina Vázquez Mota retoban, retan y se niegan a aceptar la candidatura única. Chepina se dice la precandidata de las manos limpias, porque asegura que ella no hizo las negociaciones de cargos con Gordillo, y que al yerno cómodo lo nombró Felipe y ella nomás obedeció. Y Creel es el puntero en las encuestas y el líder de la oposición panista interna, lo que bien da una idea de lo mal que anda el pobre rebaño de blanco y azul que en busca de un Cordero designado parece encaminarse a un anunciado Madero de crucifixión electoral en 2012 a causa de un gran Caldero hirviente volcado sobre el país.
Astillas:
Eduardo García Chavira, el militante panista que agredió a otro durante un foro en el que participaban Marko Cortés y Luisa María Calderón (Cocoa), expresó mediante poco difundido boletín de prensa: “Hago constar también las agresiones físicas en mi contra por parte de elementos del Estado Mayor Presidencial que escoltan a Cocoa. Lamento mucho que en un evento para panistas haya personas armadas, su presencia nos da temor...” Por cierto, el magno interés de Los Pinos por promover a la hermana precandidata en el estado de Michoacán queda de manifiesto (dejando de lado el asunto de la selectiva guerra contra el narcotráfico) con la inversión federal dirigida a aquella entidad, la atención especial de los delegados nacionales a las peticiones y necesidades promovidas por activistas de blanco y azul y el bombardeo de propaganda en medios masivos acerca de las presuntas bondades y logros del gobierno de Calderón Hinojosa (Felipe)... Y, mientras la oportuna cuerda de la justicia militar se rompe por el cabo más delgado, ¡hasta mañana!
Copete a la intemperie
Madero propone purga
Julio Hernández López / Astillero
El PRI ha decidido procesar en laboratorios íntimos el posible disentimiento firme de Manlio Fabio Beltrones ante adelantos, cargada y desbordamientos en favor de Enrique Peña Nieto y, por tanto, ayer el comisionado médico de Toluca ante el comité nacional obstétrico de tres colores, Humberto Moreira, pergeñó un trabajo de parto que considera dar a luz hasta febrero del año entrante el embarazo copetón que todo este tiempo estará expuesto a las crecientes tentaciones blanquiazules de incursión abortiva y a las presiones y maquiavelismo de la contraparte interna beltronista que así, al conseguir que prime la adaptación sonorense del muy veracruzano son fallido de don Jesús Reyes Heroles (primero el programa, después el hombre), tendrá tiempo y oportunidad de intentar la recuperación de terreno frente al gaviotismo desatado o, cuando menos, de negociar adhesiones de última hora a encarecidas tarifas.
Decididos a subrayar su condición institucional y nada revolucionaria ni revulsiva ni revolvedora, los priístas del gel ideológico pretenden convencer a la desmemoria colectiva de que no son afectos a lastimar legalidades ni incumplir normas, así es que, solemnes cual niño de escuela bien peinado en saludo a la Bandera, juran y perjuran que no adelantarán tiempos electorales y que recorrerán con pulcritud inquebrantable una ruta de consultas, encuestas y algunas otras formas democráticas profundas que les permitan más delante dar forma a la Expresión Política Nacional que defina el nombre y apellidos del ignoto candidato posible.
El priísta trazado ingenieril de la carretera electoral con esperado destino final en Los Pinos (casa ésta que hoy privilegia en su denominación de origen la V, pero no la de la victoria) contrasta con los tumbos y desfiguros que hace la contraparte presuntamente en el poder, cuyo jefe máximo (o mínimo, según se quiera ver) se la ha pasado dos días consecutivos en afanosas tareas de presidente del comité nacional panista (dejando de lado, para no entrar en evidente conflicto de intereses, el manejo –es un decir– del atribulado país supuestamente a su cargo), tratando de reducir el número de aspirantes a la postulación del PAN y haciendo lo que puede para ver si en esa compresión por decreto acaba quedando como candidato oficial su delfín que más bien es un cordero.
Mientras el bailarín Moreira da pasitos a tiempo lento sobre un ladrillo danzonero, el también norteño Gustavo Madero se reúne a comer con seis de sus siete precandidatos sin Blanca Nieves (descripción métrica dada a conocer meses atrás por el entonces ocurrente Humberto) en busca de un medicamento depurativo cuyo uso resultaría inexplicable si no estuvieran los altos mandos panistas (es decir, por encima del citado Madero) muy preocupados y desesperados por el rezago en que están frente a otras precandidaturas ya muy definidas. Claro es que el vocero del comité panista, el senador con licencia Madero, no se caracteriza por un límpido uso del lenguaje, pero es denotativo del ánimo censor, purgativo, que le han ordenado ejercer, el haber dicho que la lista de siete precandidatos se va a depurar, pues este verbo, según la RAE, tiene la acepción de limpiar y purificar (obviamente, lo sucio o impuro), pero también la de Eliminar de un cuerpo, organización, partido político, etcétera, a los miembros considerados disidentes.
Por lo pronto, ya no fue a la comida de espiritismo neomaderista Heriberto Félix, el hombre que paga renta a la familia Calderón-Zavala Gómez del Campo por vivir en su casa particular y que por extrañas revelaciones equívocas se llegó a creer con posibilidades inmobiliarias de ser candidato presidencial a partir de su extraña designación como secretario de Desarrollo Social muchas lunas sinaloenses atrás. Javier Lozano sí fue, pero tal vez por última ocasión a un encuentro de ese tipo, pues está en un difícil e imprevisible proceso de toma de decisiones que le llevará a lo que todo mundo sabe desde días atrás, es decir, a declinar a su falsa precandidatura para apoyar al favorito del jefe, el insípido Cordero. Alonso Lujambio asistió, pero tal vez por ir sin compañía del subsecretario y yerno de la profesora Gordillo pareció diluirse más. ¿Y el gobernador de Jalisco? Ah, aprovechó para comer.
En resumen, los dos hijos desobedientes siguen impidiendo que el presidente Felipe (presidente del CEN del PAN) pueda respirar tranquilo: Santiago Creel y Josefina Vázquez Mota retoban, retan y se niegan a aceptar la candidatura única. Chepina se dice la precandidata de las manos limpias, porque asegura que ella no hizo las negociaciones de cargos con Gordillo, y que al yerno cómodo lo nombró Felipe y ella nomás obedeció. Y Creel es el puntero en las encuestas y el líder de la oposición panista interna, lo que bien da una idea de lo mal que anda el pobre rebaño de blanco y azul que en busca de un Cordero designado parece encaminarse a un anunciado Madero de crucifixión electoral en 2012 a causa de un gran Caldero hirviente volcado sobre el país.
Astillas:
Eduardo García Chavira, el militante panista que agredió a otro durante un foro en el que participaban Marko Cortés y Luisa María Calderón (Cocoa), expresó mediante poco difundido boletín de prensa: “Hago constar también las agresiones físicas en mi contra por parte de elementos del Estado Mayor Presidencial que escoltan a Cocoa. Lamento mucho que en un evento para panistas haya personas armadas, su presencia nos da temor...” Por cierto, el magno interés de Los Pinos por promover a la hermana precandidata en el estado de Michoacán queda de manifiesto (dejando de lado el asunto de la selectiva guerra contra el narcotráfico) con la inversión federal dirigida a aquella entidad, la atención especial de los delegados nacionales a las peticiones y necesidades promovidas por activistas de blanco y azul y el bombardeo de propaganda en medios masivos acerca de las presuntas bondades y logros del gobierno de Calderón Hinojosa (Felipe)... Y, mientras la oportuna cuerda de la justicia militar se rompe por el cabo más delgado, ¡hasta mañana!
Comentarios