Joel Hernández Santiago
En esto de la política a la mexicana, “el que esté libre de pecado, que arroje la primera piedra”. Y no es que se trate de descalificar a una clase política en la que también hay excepciones muy valiosas: joyas preciadas; pero la verdad es lo que es: ahí casi todos parecen gusanos de la misma guayaba.
Por eso no es sorpresa que el señor Miguel Ángel Yunes diga que no hace mucho, cuando era director general del ISSSTE, la señora Elba Esther Gordillo le pidió que le entregara 20 millones de pesos al mes con fondos de Instituto para su partido político, el PANAL. Por supuesto la señora maestra y sus ad-lateres pegaron el grito en el cielo y acusaron al veracruzano de malvado, mentiroso, malandrín, provocador y todo eso que se dice cuando alguien se siente ofendido y quiere ofender a quien le ofendió.
Lo del pase de charola para “fines benéficos” se ve usual en la administración pública mexicana. Con mucha frecuencia las arcas nacionales se desvisten de gloria pues todos les meten la mano para pagar campañas políticas, para pagar favores recibidos, para apoyar a tal o cual institución inexistente, para repartir entre los pobres, para hacer puentes en donde no hay ríos o hasta para ciertos periodistas que viven recorriendo el país y sus instituciones nacionales para sufragar sus gastos y decir “si” cuando es “no”.
Todo esto tiene un nombre y se llama corrupción, que es una enfermedad que le cayó al cuerpo social mexicano y del que no se ha encontrado la vacuna, aunque ya se realizan investigaciones en laboratorios internacionales y se experimenta en conejillos mexicanos, aunque se dice que esos conejillos han quedado como agorzomados en el intento.
El tema: No sólo se trata de los veinte millones de pesos mensuales –que son muchos millones para un país en desgracia como el nuestro-, pero sí que se lo digan dos que antes fueron aliados-asociados-amigos-cuates-irreductibles y que ¡oh, sorpresa! se involucre a una señora que es todo probidad y talento y cuyo recuerdo permanecerá incólume en los libros de historia mexicanos, porque ella es la muestra viva de lo que quiere para el futuro de nuestros jóvenes que viven-luchan-trabajan-se reproducen y no saben escribir ni leer “la O, por lo redondo” porque sus maestros están acotados en un sindicato en el que ella sigue siendo la reina.
…Pero resulta que de pronto el señor Yunes cae de la gracia de la señora Elba Esther Gordillo, luego se lanzan acusaciones y de pronto se dicen las verdades. Sus verdades. La verdad que es de todos. Esto es así porque nos involucra a todos los que aquí vivimos y trabajamos o descansamos a fuerza o estudiamos y salimos al pan cuando hay para pan porque todos hemos permitido que las cosas lleguen a estos límites de indecencia y desvergüenza.
La clase política nacional que en mucho tiene cola que le pisen no ha dicho más allá de que se revisen las cuentas del ISSSTE. No ha dicho nada de que se revisen las cuentas del SNTE, las de la señora Elba Esther Gordillo y las de quienes viven alrededor de ella; por ejemplo: ¿De dónde viene toda esa opulencia que se le nota en su ser y en su vestir a la señora? ¿Así como viste ella cada día de su vida se visten las maestras de primaria y secundaria en este país del bien vestir? ¿Así como vive ella viven los maestros y las maestras como producto de su sueldo quincenal? …Pero, bueno… todo esto es epidermis…
… El problema central de todo esto es la feria de las complicidades; la misma señora Gordillo pone a disposición del mejor postor su fuerza política, la que le han otorgado los gobiernos federales y estatales en este país de debilidades institucionales: ya otorgó su apoyo al señor Felipe Calderón cuando quiso ser presidente de México y el tuvo que pagar con puestos de su administración con los que la señora paga a otros deudores y esos otros deudores llevan ahí a gente a la que le pagan favores y así… al infinito: de esto se compone en mucho la burocracia nacional. Así, la señora pone al SNTE en oferta, sin enganche y sin fiador, para el mejor postor en el siguiente proceso electoral.
El presidente Calderón dice que sí, que hizo acuerdos con la señora maestra Gordillo, pero que no es nada malo (¡sic!) y que de todos modos, estos acuerdos venían desde el gobierno del anterior presidente Vicente Fox… y sin duda este señor Fox, cuando hable –que lo hace tan poco, el pobre- dirá que esto viene de antes y el de antes dirá que antes y así hasta cuando llegaron los primeros pobladores americanos provenientes de Behring.
El sindicalismo mal entendido en este país cuesta muy caro a todos los mexicanos y es peligroso. Pagar al SNTE para proteger a los líderes sindicales es extremadamente oneroso, como ocurre con otros muchos sindicatos como el de Pemex y muchos más que han transformado su intención original de defensa del trabajador en un agrio enemigo de todos los mexicanos…
De pronto nos decimos sorprendidos de lo que ocurre entre el señor Yunes, indefendible, la maestra milagrosa y el presidente del país de los balazos. Pero no debería ser así. Sí deberíamos estar sorprendidos, todos, por ser un país en donde los mortales de a pie guardamos silencio por afrentas como las que nos hacen; como la del presidente otorgando plazas que no son de él sino de todos los mexicanos para servirnos a los mexicanos y no para servirse con ellas y sentirse fuerte para soportar las embestidas que ellos mismos se dan mientras la sociedad mexicana, il popolo, los de tres pesos el boleto de metro, está dormida-cansada-lacia y sin ganas de saber si es… o se hace.
En estos arguendes, que son muestra exacta de lo que es la administración pública mexicana en toda su hediondez, ellos son los actores políticos: ella, doña Elba Esther, es actriz principalísima, los demás son miembros del coro… Pero nosotros, los de a pie, los de a voto de tiempo en tiempo, somos los archiculpables por permitirlo y por no dejar de ser público sonriente. Falta democracia, que dijera Bobbio; o falta Estado, que dijera Heller.
¿Qué sigue a este ‘Zongo le dio a Borondongo; Borondongo le dio a Bernabé…’? No va a pasar nada más allá del anecdotario. Luego lo pondrán bajo control, en unos cuantos días. Y ellos seguirán haciendo sus rapacerías, pasando la charola, sirviéndose con nuestro trabajo para sus infames vidas ilustres. Eso seguirá hasta que todos digamos “no” cuando es “no”.
En esto de la política a la mexicana, “el que esté libre de pecado, que arroje la primera piedra”. Y no es que se trate de descalificar a una clase política en la que también hay excepciones muy valiosas: joyas preciadas; pero la verdad es lo que es: ahí casi todos parecen gusanos de la misma guayaba.
Por eso no es sorpresa que el señor Miguel Ángel Yunes diga que no hace mucho, cuando era director general del ISSSTE, la señora Elba Esther Gordillo le pidió que le entregara 20 millones de pesos al mes con fondos de Instituto para su partido político, el PANAL. Por supuesto la señora maestra y sus ad-lateres pegaron el grito en el cielo y acusaron al veracruzano de malvado, mentiroso, malandrín, provocador y todo eso que se dice cuando alguien se siente ofendido y quiere ofender a quien le ofendió.
Lo del pase de charola para “fines benéficos” se ve usual en la administración pública mexicana. Con mucha frecuencia las arcas nacionales se desvisten de gloria pues todos les meten la mano para pagar campañas políticas, para pagar favores recibidos, para apoyar a tal o cual institución inexistente, para repartir entre los pobres, para hacer puentes en donde no hay ríos o hasta para ciertos periodistas que viven recorriendo el país y sus instituciones nacionales para sufragar sus gastos y decir “si” cuando es “no”.
Todo esto tiene un nombre y se llama corrupción, que es una enfermedad que le cayó al cuerpo social mexicano y del que no se ha encontrado la vacuna, aunque ya se realizan investigaciones en laboratorios internacionales y se experimenta en conejillos mexicanos, aunque se dice que esos conejillos han quedado como agorzomados en el intento.
El tema: No sólo se trata de los veinte millones de pesos mensuales –que son muchos millones para un país en desgracia como el nuestro-, pero sí que se lo digan dos que antes fueron aliados-asociados-amigos-cuates-irreductibles y que ¡oh, sorpresa! se involucre a una señora que es todo probidad y talento y cuyo recuerdo permanecerá incólume en los libros de historia mexicanos, porque ella es la muestra viva de lo que quiere para el futuro de nuestros jóvenes que viven-luchan-trabajan-se reproducen y no saben escribir ni leer “la O, por lo redondo” porque sus maestros están acotados en un sindicato en el que ella sigue siendo la reina.
…Pero resulta que de pronto el señor Yunes cae de la gracia de la señora Elba Esther Gordillo, luego se lanzan acusaciones y de pronto se dicen las verdades. Sus verdades. La verdad que es de todos. Esto es así porque nos involucra a todos los que aquí vivimos y trabajamos o descansamos a fuerza o estudiamos y salimos al pan cuando hay para pan porque todos hemos permitido que las cosas lleguen a estos límites de indecencia y desvergüenza.
La clase política nacional que en mucho tiene cola que le pisen no ha dicho más allá de que se revisen las cuentas del ISSSTE. No ha dicho nada de que se revisen las cuentas del SNTE, las de la señora Elba Esther Gordillo y las de quienes viven alrededor de ella; por ejemplo: ¿De dónde viene toda esa opulencia que se le nota en su ser y en su vestir a la señora? ¿Así como viste ella cada día de su vida se visten las maestras de primaria y secundaria en este país del bien vestir? ¿Así como vive ella viven los maestros y las maestras como producto de su sueldo quincenal? …Pero, bueno… todo esto es epidermis…
… El problema central de todo esto es la feria de las complicidades; la misma señora Gordillo pone a disposición del mejor postor su fuerza política, la que le han otorgado los gobiernos federales y estatales en este país de debilidades institucionales: ya otorgó su apoyo al señor Felipe Calderón cuando quiso ser presidente de México y el tuvo que pagar con puestos de su administración con los que la señora paga a otros deudores y esos otros deudores llevan ahí a gente a la que le pagan favores y así… al infinito: de esto se compone en mucho la burocracia nacional. Así, la señora pone al SNTE en oferta, sin enganche y sin fiador, para el mejor postor en el siguiente proceso electoral.
El presidente Calderón dice que sí, que hizo acuerdos con la señora maestra Gordillo, pero que no es nada malo (¡sic!) y que de todos modos, estos acuerdos venían desde el gobierno del anterior presidente Vicente Fox… y sin duda este señor Fox, cuando hable –que lo hace tan poco, el pobre- dirá que esto viene de antes y el de antes dirá que antes y así hasta cuando llegaron los primeros pobladores americanos provenientes de Behring.
El sindicalismo mal entendido en este país cuesta muy caro a todos los mexicanos y es peligroso. Pagar al SNTE para proteger a los líderes sindicales es extremadamente oneroso, como ocurre con otros muchos sindicatos como el de Pemex y muchos más que han transformado su intención original de defensa del trabajador en un agrio enemigo de todos los mexicanos…
De pronto nos decimos sorprendidos de lo que ocurre entre el señor Yunes, indefendible, la maestra milagrosa y el presidente del país de los balazos. Pero no debería ser así. Sí deberíamos estar sorprendidos, todos, por ser un país en donde los mortales de a pie guardamos silencio por afrentas como las que nos hacen; como la del presidente otorgando plazas que no son de él sino de todos los mexicanos para servirnos a los mexicanos y no para servirse con ellas y sentirse fuerte para soportar las embestidas que ellos mismos se dan mientras la sociedad mexicana, il popolo, los de tres pesos el boleto de metro, está dormida-cansada-lacia y sin ganas de saber si es… o se hace.
En estos arguendes, que son muestra exacta de lo que es la administración pública mexicana en toda su hediondez, ellos son los actores políticos: ella, doña Elba Esther, es actriz principalísima, los demás son miembros del coro… Pero nosotros, los de a pie, los de a voto de tiempo en tiempo, somos los archiculpables por permitirlo y por no dejar de ser público sonriente. Falta democracia, que dijera Bobbio; o falta Estado, que dijera Heller.
¿Qué sigue a este ‘Zongo le dio a Borondongo; Borondongo le dio a Bernabé…’? No va a pasar nada más allá del anecdotario. Luego lo pondrán bajo control, en unos cuantos días. Y ellos seguirán haciendo sus rapacerías, pasando la charola, sirviéndose con nuestro trabajo para sus infames vidas ilustres. Eso seguirá hasta que todos digamos “no” cuando es “no”.
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