Entre los grandes perdedores de las elecciones del domingo se encuentra la maestra Elba Esther Gordillo. Aunque dentro de su equipo insistan que es una de las ganadoras del proceso por su alianza con Eruviel Ávila en el estado de México, y los hermanos Moreira en Coahuila, en realidad el valor del magisterio en elecciones se difuminó por los porcentajes tan elevados como ganó el PRI las gubernaturas. El valor de la maestra se da en elecciones cerradas, donde menos de cinco puntos porcentuales pueden significar la victoria o la derrota. Pero con márgenes de 30 y 40% como se dieron las diferencias, lo que puso aportar el magisterio fue totalmente marginal. Por ejemplo en Coahuila, donde se puede medir perfectamente su valor electoral en los documentos del órgano electoral estatal, los maestros contribuyeron con 0.35% del voto, que significan cuatro mil 25 votos, contra 34.05% del voto del PRI, que le dio a Rubén Moreira 388 mil 47 votos. Es decir, la contribución de Nueva Alianza a la victoria de Moreira fue de menos de uno por ciento de los votos. En el estado de México no se puede contabilizar el valor de Nueva Alianza, pues a diferencia de Coahuila, donde viene el voto dividido, el órgano electoral mexiquense no hace esa desagregación. Pero queda Coahuila, tierra de maestros, para ejemplificar que la maestra no tiene, como presumen, todas las fichas en su poder.
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