El peligro de la discrecionalidad

Martha Anaya / Crónica de Política

A medida que transcurría el foro “Importancia de la Seguridad Nacional en el marco de una sociedad democrática”, algo quedaba muy claro:

- Que el borrador de Ley de Seguridad Nacional presentado en la Cámara de Diputados por Alfonsos Navarrete Prida hace mes y medio –descomponiendo por completo la minuta enviada por el Senado sobre el tema– era prácticamente idéntico a las exposiciones que presentaron ayer en el Senado el general Demetrio Gaytán y el subsecretario de la Secretaría de Gobernación, Rubén Alfonso Fernández Aceves.

Descubría claramente que los señores diputados hicieron bolas la minuta del Senado –discutida ampliamente y aprobada por unanimidad–, la tiraron al cesto de la basura, y en su lugar tomaron tal cual las propuestas de la secretaría de Gobernación y de la Defensa Nacional –con los mismos términos, divisiones, subdivisiones, razonamientos, adjetivos y demás–, y la presentaron como si hubiese sido resultado del trabajo de las comisiones de seguridad de la Cámara de Diputados.

Una falsedad, pues.

Ahora bien, si este nuevo proyecto de Ley que quieren aprobar los diputados fuera mejor –más democrático– que la minuta aprobada por el Senado, no habría mayor problema; simplemente se trataría de una caravana con sombrero ajeno.

Pero no es el caso. Todo lo contrario. Es abusiva y abre peligrosamente la puerta a la discrecionalidad.

Emilio Álvarez Icaza, ex ombudsman del Distrito Federal, lo expresó clara y directamente frente
al subsecretario de la secretaría de la Defensa Nacional, el general Gaytán: El borrador que se está presentando, indicó, muestra que están más preocupados por la seguridad de las instituciones que la de las personas… Se abren extraordinariamente mecanismos de discrecionalidad y esto es en extremo peligroso.

Para quienes conozcan el borrador comprenderán a lo que se refería: que esencialmente el Presidente de la República tiene la facultad de decidir cuándo existe una “afectación a la Seguridad Nacional” para actuar en consecuencia –utilizar al Ejército y aplicar medidas excepcionales–, sin necesidad de solicitud o permiso alguno de ningún otro poder.

La única obligación que tiene el Mandatario es de “informar”.

De ahí que Álvarez Icaza hablara del peligro de la “discrecionalidad” que conlleva este borrador.
Valga señalar a propósito de ello que ni el general Gaytán, ni el funcionario de la Segob mencionaron nada al respecto. Se quedaron en la superficie del tema para no entrar en honduras ni alertar a aquellos que desconocen el proyecto. Y cuando De Icaza se refirió al tema, tampoco hubo respuesta a ello. Dejaron pasar el tema para ver si así pasaba desapercibido.

En ese sentido, para ser un foro de discusión sobre Seguridad Nacional, dejó mucho qué desear.

Hubiera sido deseable que el general Gaytán, quien por vez primera participaba en nombre de las Fuerzas Armadas en un foro de discusión sobre algo que les atañe directamente, hablara claramente y defendiera los puntos de vista de su gremio y no se quedara sólo en una exposición superflua tras la que se escondían los verdaderos puntos a discusión.

Lo mismo habría que señalar del enlace de Gobernación, el señor Fernández Aceves.

Y del discurso inaugural del presidente del Senado, Manlio Fabio Beltrones, otro tanto habría que agregar. Quién sabe quién le escribió las notas para su discurso porque el senador terminó por intentar traducir las oscuras frases que él mismo pronunciaba.

El caso es que al concluir la primera mesa de discusión la impresión que quedaba es que es más lo que intentaron ocultar y evadir, que lo que nos explicaron sobre el famoso borrador que quieren convertir en Ley de Seguridad Nacional.

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