El gobernador de Tamaulipas, Egidio Torre Cantú, cuyo hermano Rodolfo fue asesinado en vísperas de la elección para la gubernatura del estado, había roto prácticamente su relación con su predecesor, Eugenio Hernández. La principal razón era las sospechas, alimentadas desde el gobierno federal, que el asesinato de su hermano había tenido en el PRI a sus autores intelectuales. Dicen los que saben que Torre Cantú y Hernández han platicado en las dos últimas semanas para aclarar algunos episodios oscuros de esos momentos y que cuando menos de lo charlado, la fractura que se venía dando entre los dos tamaulipecos se frenó.
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