Creel, el desobediente

Campos Elíseos / Katia D'Artigues

Adiós, fuero militar

Hace poco más de 3 años, cuando Germán Martínez, entonces presidente del PAN, decidió de pronto quitar a Santiago Creel de la coordinación de ese partido en el Senado, el ahora senador con licencia tuvo dos alternativas: O quedarse a lamer sus heridas o salir a trabajar para ganar la candidatura presidencial. Decidió lo segundo.

Entonces el panorama era muy diferente para Creel. Estaba en el punto más álgido de la propia “guerra” con las grandes televisoras del país, quienes lo vetaron. Fue el “villano” que logró la reforma electoral, misma que por cierto, fue palomeada desde Los Pinos, iniciativa en el que el mismo Felipe Calderón arrastró el lápiz. La tele ya lo perdonó. Sabremos algún día cómo y por qué.

¿Qué hizo Creel en este tiempo? Todo lo contrario a lo que hizo hace 6 años (espejo en el que otros secretarios se podrían ver): Viajó, se dedicó a acercarse a panistas y comenzó a armar lo que ahora se llamará México Adelante y será una A.C. Ahora, presume, tiene una estructura independiente como ningún otro precandidato: Un grupo de coordinación en 54 centros urbanos del país.

Qué paradoja que un hombre tan institucional como él, tan seriecito encarne ahora el nuevo “hijo desobediente”. El dice que quiere de su lado a los panistas “rebeldes”. Iuuu. Cosas veredes: Creel es el rebelde.

Que alguien haga ¡pero ya! un curso exprés para jueces del país. Ayer la Suprema Corte decidió que todos -no sólo los federales- deben favorecer la constitucionalidad: Es decir, que deben privilegiar en sus decisiones el orden Constitución-Tratados Internacionales y luego las leyes. En ese orden.

Esto que suena lógico, es un cambio histórico. No sólo porque ya decidieron, que los militares que violen derechos humanos deben ser juzgados por el fuero civil y no el militar sino por todo lo que implica sobre todo en materia de derechos humanos para muchos grupos.

Un dato: nuestro país ha firmado sólo 47 tratados de derechos humanos. Eso sin contemplar otros ¿cientos? que podrían ver con el artículo 1 de la Constitución.

Que no es lo mismo, dice Felipe Calderón, entregar una institución, que “hubiera licencia” para saquearla. Es decir te la presto pero que a pesar de que “dialogó”, los nombramientos del ISSSTE y Lotería Nacional con el sindicato -es decir, Elba Esther Gordillo- él es the boss, es decir, el jefe que nombra. Y ah, que además fue por el famoso acuerdo por la calidad educativa…

¿A todo esto, de cuánto estamos hablando con respecto al “saqueo” del IMSS que supuestamente, subrayo, detonó este escándalo el distanciamiento entre el PAN y Gordillo? Pues según la transparente líder sindical, un hoyo de 50 millones de pesos (que no es naaaada si se compara con los 10 millones pero de dólares que ella recibiría de cuotas de maestros, ¡al mes!).

Según la Función Pública -tras 600 procesos de auditoria e investigación, y 551 sanciones como inhabilitaciones y destituciones y en total 3 mil 704 sanciones- actualmente hay otras más de 80 auditorías en temas como compra de medicinas, tecnología, pensiones, los famosos “gastos deportivos y celebraciones” y ese hoyo llamado “asesorías, consultoría y adquisiciones”. Pero sin cifras.

¡Sorpresa! El caso de la Guardería ABC toma un nuevo giro. La PGR aceptó abrir una nueva línea de investigación que retoma el peritaje realizado entre el 4 y 5 de enero de 2010 por David Smith, un estadounidense, presidente de la Associated Fire Consultants.

¿Qué dice? Bueno, que el incendio que inició en la bodega de la Secretaría de Hacienda contigua a la Guardería fue pro-vo-ca-do para prender fuego a cajas de cartón con documentos.
Una teoría que el entonces secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, manejó y que fue desechada por Francisco Blake, al llegar.

Ojo: el incendio coincidió con el fin del sexenio de Eduardo Bours; y está el antecedente de que otras bodegas, también de documentos de la Secretaría de Finanzas ardieron justo 6 años antes.
Podría cambiar todo, de probarse. De entrada, el delito podría reclasificarse de culposo a doloso, haciéndolo ahora sí formalmente “grave”. Aunque claro, ¿dónde quedó la responsabilidad de los 3 niveles de Gobierno?.

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