Rodrigo Vera / Apro
Joao Braz de Aviz, prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica del Vaticano, reconoció que anteriormente era muy “autoritaria” la estructura de los Legionarios de Cristo, ya que a base de pura “disciplina” imponía su autoridad a los miembros de la congregación.
En una entrevista publicada en el último número de la revista italiana 30 Giorni, Braz de Aviz señaló contundente que en la Legión había “un autoritarismo que buscaba dominar todo con la disciplina”.
Y agregó que él mismo estuvo desencantado por este rigor de La Legión: “En su estructura, no me convenció la falta de confianza en la libertad de las personas”.
De origen brasileño, Braz de Aviz ejemplificó con seminaristas de su país que fueron suspendidos porque no se ajustaban a tal disciplina: “Había ya quitado (La Legión) a los seminaristas de Brasilia de sus seminarios, porque veía que, así las cosas, no podían seguir adelante”.
El prefecto lamentó que esta disciplina legionaria, tan rígida en sus preceptos morales, haya quedado invalidada al descubrirse “la indignidad de su iniciador”, Marcial Maciel, a quien el mismo Vaticano terminó por acusar de pederasta.
Y concluyó:
“En las nuevas comunidades y en los nuevos movimientos no todo es bello y justo a priori. En algunas realidades se ve que existen aspectos verdaderamente desequilibrados”.
Joao Braz de Aviz, prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica del Vaticano, reconoció que anteriormente era muy “autoritaria” la estructura de los Legionarios de Cristo, ya que a base de pura “disciplina” imponía su autoridad a los miembros de la congregación.
En una entrevista publicada en el último número de la revista italiana 30 Giorni, Braz de Aviz señaló contundente que en la Legión había “un autoritarismo que buscaba dominar todo con la disciplina”.
Y agregó que él mismo estuvo desencantado por este rigor de La Legión: “En su estructura, no me convenció la falta de confianza en la libertad de las personas”.
De origen brasileño, Braz de Aviz ejemplificó con seminaristas de su país que fueron suspendidos porque no se ajustaban a tal disciplina: “Había ya quitado (La Legión) a los seminaristas de Brasilia de sus seminarios, porque veía que, así las cosas, no podían seguir adelante”.
El prefecto lamentó que esta disciplina legionaria, tan rígida en sus preceptos morales, haya quedado invalidada al descubrirse “la indignidad de su iniciador”, Marcial Maciel, a quien el mismo Vaticano terminó por acusar de pederasta.
Y concluyó:
“En las nuevas comunidades y en los nuevos movimientos no todo es bello y justo a priori. En algunas realidades se ve que existen aspectos verdaderamente desequilibrados”.
Comentarios