El gobernador de Chihuahua, César Duarte, actuó sin gracia y zalamería durante la reunión de la Conago de la cual fue anfitrión este lunes. Duarte encontró el eco en otro gobernador catalogado entre sus pares como de media talla, el de Durante, Jorge Herrera, quien lo colmó en elogios por su gran éxito en el control de la violencia en Ciudad Juárez. Duarte no podía quedarse callado, puesto que él no ha hecho absolutamente nada al respecto, pero tenía enfrente a uno de los responsables de la reducción en la criminalidad, el secretario de Seguridad Pública Federal, Genaro García Luna. No se le ocurrió nada mejor al ingenioso gobernador que felicitar públicamente a García Luna por su cumpleaños este domingo, pero tanto se le hizo bolas el engrudo, que no fue una, sino varias veces las que repitió lo mismo. Grandes deben ser las culpas que trae encima con el funcionario.
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