Caso Elba Esther - Yunes: Institucionalidad a prueba

Vía Correo Guanajuato

De no haber consecuencias por las graves denuncias de Elba Esther Gordillo, habremos descendido un peldaño más


Más allá de la picardía que la lideresa del SNTE propone como cualidad del quehacer político, las revelaciones que hizo la semana pasada implican serias violaciones a la ley, y el uso privado de las instituciones públicas como moneda de cambio para cualquier arreglo. En tanto, viene a ser un mal síntoma el que ninguna autoridad haya decidido intervenir, aún.

La lideresa magisterial reveló que en 2006 hizo un arreglo político con el entonces candidato presidencial Felipe Calderón Hinojosa, y que una vez en la Presidencia de la República éste le cedió las direcciones del ISSSTE, del Sistema Nacional de Seguridad Pública, SNSP, y de la Lotería Nacional para integrantes de su grupo.

Ante tan seria denuncia, el presidente Calderón aceptó la existencia de ese arreglo, pero transfirió la autoría a su antecesor, Vicente Fox, quien prefirió guardar silencio. Lejos de cualquier pretensión exculpatoria, ambos han quedado emplazados, por salud pública, a aclarar las responsabilidades que les quepan.

Gordillo también denunció "malos manejos" en la gestión de más de 58 mil millones de pesos del ISSSTE cuando era director su "compañero" Miguel Ángel Yunes. Al defenderse, éste lo hizo con otra denuncia, que ella le había pedido que diera a su partido, PANAL, 300 millones de pesos, y luego 20 millones mensuales, de las arcas del ISSSTE.

Ninguna de las instituciones implicadas, Poder Ejecutivo, ISSSTE, Lotería Nacional, SNSP, IFE, Auditoría Superior de la Federación, Secretaría de la Función Pública, PGR… ha decidido intervenir para aclarar las cosas y fincar las responsabilidades que de ello deriven.

Y es la peor señal que se puede enviar a la sociedad: la impunidad en la violación a la ley para quienes la ejercen desde el poder. Así, malamente podremos lograr lo que hoy nos resulta esencial: el respeto a la legalidad, y el justo castigo a quien la transgreda, sin importar lo poderoso que sea.

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