Calderón-Elba Esther: Revelaciones y traiciones

Álvaro Delgado

“Tengo las manos limpias”, respondió Josefina Vázquez Mota cuando le pregunté, el viernes 16, sobre su participación en el contubernio de Felipe Calderón con Elba Esther Gordillo en la elección de 2006 y que, en realidad, se inició un año antes, en 2005, cuando la cacique magisterial se inmiscuyó en el Partido Acción Nacional (PAN) para hacerlo ganar la candidatura presidencial.

La respuesta de Vázquez Mota y su afirmación de que participó sólo en negociaciones “muy generales” con Gordillo en la fase de la campaña, y no en la entrega de cargos en el gobierno, como lo expuso en la entrevista publicada esta semana en Proceso, representan no sólo un deslinde, sino la imputación inequívoca de que Calderón es el único responsable de ese pacto que sigue teniendo plena vigencia.

Identificada por Manuel Espino, presidente del PAN en 2006, como la principal operadora de Calderón para entregarle a Gordillo más de 40 candidaturas de ese partido a diputados y senadores, Vázquez Mota aclaró inclusive que ella en su carácter de secretaria de Educación sólo formalizó el nombramiento como subsecretario de Fernando González, yerno de Gordillo, que era parte del pacto.

“Lo digo con esta apertura y esta honestidad, porque así es esta historia. Cuando yo llego a la Secretaría de Educación Pública ya había la existencia de este acuerdo, de este compromiso y yo cumplo con el mismo”, dijo la diputada panista, quien, como coordinadora de la campaña de Calderón, fue la negociadora con Gordillo.

“Por supuesto, yo mantuve este diálogo y esta interlocución y en ese momento en el equipo de campaña se consideró que era una interlocución importante, y lo digo porque lo que yo haya acordado en ese momento no fue ilegal, que es el marco en el que yo lo pondría.”

–¿Fue inmoral?

–No fue ilegal.

–¿Fue inmoral?

–Yo creo que esto estaría a juicio de cada cual. No me gustaría calificarlo ni descalificarlo.
Pero justamente el carácter inmoral del pacto –que tiene también elementos de ilegalidad– es lo que ha desencadenado revelaciones y traiciones entre los involucrados, que se iniciaron con la ruptura de Miguel Angel Yunes con Elba Esther, y ahora de Vázquez Mota con Calderón, ligados unos y otros por las complicidades.

Pero estas complicidades vienen desde antes de la elección de 2006, cuando se materializó la defraudación electoral, que fue la contraparte del pacto: Por las propias confesiones de Yunes se sabe que éste se inició un año antes, en 2005, cuando los operadores de Gordillo apoyaron a Calderón para ganar la candidatura presidencial.

“Reconoció que él apoyó a Calderón desde antes de 2006, ni siquiera cuando era candidato, sino que lo apoyó para ser candidato. Fue después de una negociación que hubo entre Elba Esther y Calderón”, contó Espino al reportero.

–¿Elba Esther intervino en la vida interna del PAN? –le pregunté.

–Por supuesto. A confesión de parte. Me lo dijo Yunes el viernes 18 de febrero en la sede del Comité Nacional. Entonces me parece que se están haciendo acuerdos para privilegiar a grupos de poder ajenos al partido.

La propia Gordillo confirmó, el miércoles 13, esta intervención en el PAN, luego de balconear a Santiago Creel por haberla buscado para supuestamente pactar su apoyo:

“Santiago tampoco olvida que cuando quiso ser presidente yo también estuve con Felipe Calderón y no con él, pero lo que es inmoral es querer pararse en ese discurso… ¿Para qué me invitó? ¿Para decirme que no quiere alianza conmigo?”

Confesa Gordillo de su intervención en el PAN, Creel subrayó: “Eso está muy grave, ¿eh? ¡Ojo! Ahí está ya consignado.”

Y sólo ha emergido parte de la inmundicia…

Apuntes

A propósito, el presidente del Instituto Federal Electoral (IFE) en la elección de 2006, Luis Carlos Ugalde, me envió, el viernes 16, un mensaje sobre mi artículo de la semana pasada en www.proceso.com.mx, que se difundió también, el jueves, en Radio Universidad de Guadalajara. “Escuché tus comentarios hoy por la mañana en la radio. Sueltos, genéricos donde mencionas mi nombre alrededor de EEG. Ya hemos platicado del tema, la última vez quizá en 2007. Creo que deslizar nombres para reafirmar prejuicios no es buen periodismo.” Mi respuesta: “Eres taimado, sin autoridad para hablar de periodismo, menos de honradez”. Ugalde, no hay que olvidarlo, llegó al IFE gracias a Gordillo y Calderón...

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